
La inteligencia artificial ya forma parte de la vida cotidiana e influye en campos claves como la salud, el transporte, la educación, las comunicaciones y el entretenimiento. Su alcance crece de manera constante, desde asistentes virtuales que responden preguntas hasta sistemas capaces de aprender tareas nuevas, modificar procesos industriales o analizar imágenes médicas.
Sin embargo, no toda inteligencia artificial tiene el mismo nivel de complejidad ni aporta las mismas capacidades. Existen diversas clases y modelos, cada uno con aplicaciones distintas y grados de avance variables, lo que se traduce en nuevas oportunidades y desafíos para la sociedad.
De acuerdo con How Stuff Works y diversos estudios, existen siete tipos principales de inteligencia artificial que definen su alcance y potencial.
Cuáles son los 7 tipos de inteligencia artificial

El primer tipo corresponde a las máquinas reactivas. Estos sistemas funcionan exclusivamente en el momento actual y no almacenan recuerdos ni aprenden de situaciones anteriores. Un ejemplo paradigmático es Deep Blue, la computadora que venció al ajedrecista Garry Kasparov. Operaba mediante el análisis de posibles movimientos en tiempo real, pero sin capacidad de retener experiencias pasadas ni mejorar a partir de ellas.
El segundo tipo es la inteligencia artificial de memoria limitada. Estos sistemas sí pueden aprender de datos históricos y se entrenan para realizar predicciones con base en experiencias previas.
Según Deep Gram, el aprendizaje automático y el aprendizaje profundo pertenecen a esta categoría, así como muchas de las aplicaciones que se usan hoy. Las tecnologías que gestionan coches autónomos, el reconocimiento facial o el seguimiento logístico recurren a este tipo de inteligencia para ajustar sus funciones y optimizar resultados.

Un estudio sistemático reciente sobre Neuro-Symbolic AI, publicado en 2025, identifica la combinación de redes neuronales y razonamiento simbólico como la frontera emergente entre la IA reactiva y sistemas con memoria.
Del total de investigaciones revisadas (2020–2024), el 63 % se enfocó en aprendizaje e inferencia, y el 35 % en lógica y razonamiento estructurado, mostrando cómo esta integración busca dotar a los modelos de mayor flexibilidad y capacidad contextual
En tanto, el tercer tipo es la inteligencia artificial con teoría de la mente, sigue en etapa puramente teórica. Su fin consiste en comprender y procesar emociones, intenciones y creencias humanas, lo que permitiría una interacción natural y adaptada con las personas.

Una contribución académica de julio de 2025 propone una definición formal, también en Neuro-Symbolic AI, describiendo la inferencia neurosimbólica como la integración lógica de funciones simbólicas y creencias probabilísticas.
Este avance conceptual aporta rigor científico para comprender mejor las aplicaciones híbridas de IA que superan la simple respuesta reactiva.
Para ello, se requeriría que la IA reconozca estados internos, interprete el lenguaje y reaccione según el contexto social. Aunque los avances recientes en procesamiento de lenguaje natural ofrecen un primer paso, los investigadores aún no desarrollaron sistemas que logren operar de este modo.

El cuarto tipo, la inteligencia artificial autoconsciente, representa la versión más avanzada y especulativa de esta disciplina. El objetivo es dar a las máquinas conciencia de sí mismas, la capacidad de experimentar emociones y de tomar decisiones con autonomía plena.
Hasta el momento este nivel de desarrollo permanece en el campo de la ciencia ficción y tampoco se conoce una ruta clara para alcanzarlo a corto plazo, indicó Central Michigan University.
Según detalló IBM, el concepto de inteligencia artificial estrecha corresponde al único tipo que existe hoy de forma efectiva y a gran escala. Se trata de sistemas entrenados de manera específica para resolver una sola tarea de manera eficiente, sin capacidad de generalizar su conocimiento hacia otros campos.

Ejemplos son los asistentes virtuales como Siri y Alexa, chatbots, filtros de spam o herramientas de recomendación en las plataformas digitales. Esta IA estrecha puede ejecutar funciones que superan en rapidez y precisión a los humanos, pero está limitada a una función concreta.
Por otro lado, la inteligencia artificial general sigue siendo un objetivo no logrado. Esta IA necesitaría igualar —o superar— la inteligencia humana en todas las áreas, incluyendo la resolución de problemas complejos, la adaptación al cambio y el aprendizaje autónomo en contextos variados. La investigación en este campo avanza en todo el mundo, pero ninguna aplicación actual ha alcanzado ese estándar.
El artículo “Sparks of Artificial General Intelligence: Early experiments with GPT-4” (2024–2025) documenta que GPT-4, entrenado con una escala de datos y cómputo sin precedentes, realiza tareas complejas —desde matemáticas y medicina hasta programación y análisis visual— con rendimiento cercano al nivel humano, sin necesidad de instrucciones especializadas. Esto sugiere que GPT-4 representa un paso significativo hacia una inteligencia general, aunque aún incompleta.

Según explica APD, la idea de la superinteligencia artificial supone una forma de IA que sobrepasa los límites humanos en todos los aspectos: creatividad, razonamiento, aprendizaje y toma de decisiones. Además de presentar enormes oportunidades, este nivel plantea debates filosóficos, éticos y de seguridad que aún carecen de una respuesta definitiva. Los especialistas señalan que aún no existen sistemas que se acerquen a este concepto.
Diversos ejemplos ilustran cómo estos modelos afectan la vida diaria. El aprendizaje automático tradicional requiere la intervención de expertos para modificar datos y entrenar sistemas en nuevas tareas.
Sin embargo, técnicas como el aprendizaje profundo permitieron que muchas aplicaciones sean autónomas al reconocer patrones nuevos, predecir tendencias o actuar de manera proactiva. IBM resaltó que el desarrollo de redes neuronales impulsó innovaciones notorias como la robotización de fábricas, la conducción autónoma, la automatización en el campo y la optimización de procesos médicos.

El impacto social y económico de estos sistemas varía según el campo de aplicación. Los coches automatizados emplean IA de memoria limitada para identificar peatones, semáforos y señales de tránsito en tiempo real.
Las herramientas de visión artificial permiten a robots realizar inspecciones en almacenes o a electrodomésticos limpiar de manera eficiente. En oficinas y empresas, la IA procesa grandes volúmenes de datos para detectar patrones, prevenir fraudes o mejorar la atención al cliente.
Un estudio publicado en abril de 2025 en la revista Manufacturing & Service Operations Management descubrió que los modelos GPT-3.5 y GPT-4 manifiestan sesgos cognitivos humanos en casi la mitad de las situaciones evaluadas.

Entre ellos, se identificaron preferencias por la certeza, sesgo de confirmación y falacia del “hot-hand”, mientras que evitaban otros como la negligencia de la tasa base o la falacia del costo hundido. El hallazgo destaca la necesidad de supervisión ética —no solo técnica— al utilizar estos sistemas para decisiones subjetivas o estratégicas.
Los avances recientes enfatizan la importancia de analizar los posibles efectos y riesgos de cada tecnología, de cara a su integración social. Según IBM, la llamada teoría de la mente en inteligencia artificial permitiría simular relaciones humanas, comprender emociones o personalizar respuestas de manera más eficaz y empática.
Los expertos de APD consideran que el siguiente paso en la evolución de la IA será el desarrollo de máquinas con capacidad para formar representaciones internas sobre sí mismas, lo que acercaría este tipo de sistemas al nivel de la cognición humana.
Tras este panorama, lo cierto es que la inteligencia artificial se clasifica en tipos bien definidos que explican tanto su potencial como sus limitaciones. Conforme muestran las explicaciones, la mayor parte de la inteligencia artificial existente es estrecha y específica, aunque la tendencia apunta a sistemas cada vez más avanzados y versátiles. La comprensión de estas diferencias facilita el diálogo sobre ética, regulación y futuro tecnológico, en un escenario donde el papel de la inteligencia artificial solo crecerá.
Últimas Noticias
En qué consiste la función ‘Tomar un mensaje’ de Google en los celulares
Esta novedad permite a quienes no pueden atender una llamada grabar un mensaje que luego se transcribe automáticamente

Este es el verdadero significado de ordenar los billetes de menor a mayor
Esta conducta puede ser señal de alarma si se desarrolla de forma incontrolable, interfiere con la vida cotidiana o se emplea para neutralizar pensamientos desagradables

Descubre cuál es el teléfono móvil más caro del mundo y sus características
Su elevado precio se justifica por la incorporación de un diamante rosa y un recubrimiento de oro de 24 quilates

Meta creó chatbots coquetos de celebridades sin permiso
Los nombres e imágenes de Taylor Swift, Selena Gomez y Anne Hathaway fueron utilizados para interactuar con usuarios en las redes sociales

Cuidado: Instagram cambia las reglas con los mensajes directos si tienes más de este número de seguidores
Una de las novedades más útiles es la posibilidad de utilizar filtros de selección múltiple dentro de los DM
