Así fue como Bill Gates cambió las leyes en Estados Unidos para conducir un Porsche con el que estaba obsesionado

Durante 13 años, el cofundador de Microsoft tuvo que pagar diariamente la retención del vehículo, hasta que impulso una ley que impacto el coleccionismo de autos

Guardar
Bill Gates mantuvo su Porsche
Bill Gates mantuvo su Porsche 959 retenido en la aduana de Seattle durante trece años por no cumplir normativas estadounidenses.(REUTERS/Mike Segar/File Photo)

Durante los años 90, Bill Gates ostentó el título de hombre más rico del mundo y protagonizó una singular historia: mantener durante trece años un Porsche 959 retenido en la aduana de Seattle. Este costoso capricho derivó en un cambio legislativo, según contó Auto Week hace unos años, al punto que transformó el acceso de autos exóticos a Estados Unidos.

A finales de los 80, el Porsche 959 era uno de los vehículos más célebres y codiciados del mundo. Solo se produjeron 337 unidades, lo que lo convirtió en un objeto de deseo para coleccionistas y apasionados de la ingeniería automotriz. El cofundador de Microsoft decidió sumarse a esa exclusiva lista y pagó cifras adicionales durante más de una década para asegurarse ese modelo.

Por qué el Porsche de Bill Gates estaba en la aduana

El motivo de la retención aduanera fue claro: el Porsche 959 no superó las exhaustivas pruebas de choque ni cumplía las normativas estadounidenses. La marca alemana, ante el elevado costo de homologación y las pérdidas sufridas con cada unidad, optó por no adaptar el vehículo para el escaso mercado estadounidense.

En consecuencia, el auto de Gates quedó retenido, imposibilitado de circular. Otros influyentes compradores, como Paul Allen y el coleccionista Bruce Canepa, también sufrieron la incautación de sus 959 por las mismas razones.

El Porsche 959 de Gates
El Porsche 959 de Gates no superó pruebas de choque ni homologación, lo que impidió su circulación en Estados Unidos.

La situación se tornó insólita: durante trece años, el deportivo estuvo guardado en depósitos aduaneros de Seattle, con una tarifa diaria de almacenamiento de USD 28, que superó los USD 138.000 con el tiempo. El auto permaneció varado, sin posibilidad de empleo ni exhibición, reflejando la rigidez del sistema.

Cómo Bill Gates impulsó una ley para conducir su Porsche

Lejos de limitarse a esperar, Gates utilizó su influencia y recursos para cambiar la situación, algo que pasaría a la historia del coleccionismo automotriz en Estados Unidos.

Rodeado de asesores legales y dispuesto a agotar todas las instancias posibles, el magnate buscó posibilidades dentro del complejo entramado legal estadounidense para habilitar la importación y uso de vehículos raros o de significancia tecnológica especial.

Bill Gates impulsó la ley
Bill Gates impulsó la ley 'Show or Display' para permitir la importación de autos exóticos de interés histórico o tecnológico. (EFE/CLEMENS BILAN)

En la primera mitad de los noventa, junto al abogado Warren Dean, Gates promovió la redacción de una disposición especial, conocida posteriormente como la ley “Show or Display”.

Esta ley contemplaba que, si un vehículo tenía una producción limitada, no había sido oficialmente comercializado en Estados Unidos, no seguía en producción y podía ser considerado de interés histórico o tecnológico, podría ser importado y circulado, siempre bajo condiciones concretas.

El proceso legislativo se prolongó años, con Gates y otros coleccionistas presionando desde distintas instancias. Finalmente, después de varios intentos y gracias al respaldo del congresista Billy Tauzin, la enmienda fue incluida en un proyecto más amplio del Comité de Comercio y firmada por el presidente Bill Clinton en 1998.

Un mes después de su publicación en el Federal Register el 14 de julio de 1999, la ley entró en vigor, permitiendo por primera vez la entrada legal de estos autos.

La iniciativa de Gates transformó
La iniciativa de Gates transformó el acceso de autos exóticos a Estados Unidos y benefició a otros coleccionistas. (REUTERS/Denis Balibouse)

La medida establecía como condición principal que los vehículos admitidos bajo esta exención nunca superasen las 2.500 millas anuales (unos 4.023 kilómetros) de uso en vía pública, para garantizar que no se convirtieran en autos de uso diario, sino en piezas de colección o exhibición.

Con la entrada en vigor de la ley, otros entusiastas siguieron el mismo camino. Gary Bartlett, residente de Indiana, se convirtió en el primer estadounidense en importar un Jaguar XJ220 bajo la disposición “Show or Display”.

Así, autos como el McLaren F1, Bugatti EB110 y Peugeot 205 Turbo 16 consiguieron su admisión y circulación legal bajo parámetros similares, siempre que acreditaran un valor histórico o tecnológico relevante.