Este es el hábito más común de las personas inteligentes como Bill Gates, según un neurocientífico

Joseph Jebelli explica que dedicar tiempo a estar solo y dejar que la mente divague fortalece las habilidades cognitivas y emocionales

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Bill Gates, who pledged on
Bill Gates, who pledged on Thursday to give away almost his entire personal wealth in the next two decades and said the world's poorest would receive some $200 billion via his foundation, speaks with Reuters during an interview in New York City, U.S., May 8, 2025. REUTERS/Mike Segar

En un mundo marcado por la cultura del ajetreo, donde la productividad constante parece ser el objetivo final, el descanso y el silencio se han convertido en recursos escasos. Sin embargo, según el neurocientífico Joseph Jebelli, autor del libro The Brain at Rest, darle un respiro al cerebro y pasar tiempo a solas no solo es positivo, sino que puede ser clave para mejorar la creatividad, la inteligencia emocional y la salud mental.

Lejos de promover el aislamiento social, el especialista destaca la importancia de elegir la soledad como una herramienta para el desarrollo personal. “Muchas de las personas más exitosas e inteligentes del mundo preferían estar solas”, señala Jebelli.

Además, menciona al fundador de Microsoft, Bill Gates, quien desde los años 90 realiza lo que él mismo llama “semanas para pensar”. Durante esos días, se retira a una cabaña frente al mar, sin compañía, para leer, reflexionar y diseñar nuevas ideas. Según ha contado públicamente, una de esas semanas dio origen al navegador Internet Explorer en 1995.

Nuerocientífico asegura que pasar momentos
Nuerocientífico asegura que pasar momentos a solas ayuda a desarrollar buenas ideas. Podcast

Para el neurocientífico, este tipo de aislamiento voluntario activa lo que se conoce como la “red neuronal por defecto”, un conjunto de regiones cerebrales que se activa cuando la mente no está concentrada en tareas específicas.

En otras palabras, cuando no estamos trabajando ni prestando atención a algo puntual, el cerebro no se apaga, sino que entra en un modo de funcionamiento interno que favorece la creación de nuevas conexiones sinápticas.

“Actividades como escribir, tocar un instrumento, pintar o hacer jardinería, si se realizan en momentos de soledad, permiten que esta red esté ocupada fortaleciendo nuestras habilidades, aumentando la capacidad de absorber información y potenciando la creatividad”, explica Jebelli en su libro. No se trata necesariamente de meditar, aunque también puede ser útil. Basta con encontrar momentos tranquilos de reflexión sin distracciones externas.

Estar solo no necesariamente es
Estar solo no necesariamente es algo malo. (Freepik)

El experto propone empezar con algo tan simple como dedicar 10 minutos al día a estar en silencio, sin teléfonos, sin conversaciones, y sin otras tareas. “Busca un lugar donde no te molesten y aprovecha ese momento para sentarte, respirar y dejar que la mente divague”, recomienda.

Además, Jebelli sugiere prestar atención a cómo se invierte el tiempo social. Si bien el contacto con otras personas es esencial, el autor plantea que no todas las interacciones son beneficiosas.

“Asegúrate de que, cuando socialices, sea una actividad significativa y de calidad. Muchos pasamos tiempo con personas con las que no deberíamos porque nos sentimos obligados”, advierte. Esto puede elevar los niveles de cortisol, una hormona que, en exceso, puede ser perjudicial tanto para la salud mental como física.

Salir a caminar sin ningún
Salir a caminar sin ningún tipo de distracción es importante para la mente. (Imagen ilustrativa Infobae)

Para quienes no se sienten cómodos pasando tiempo a solas, el autor propone realizar actividades pensadas para ser disfrutadas en solitario, como salir a caminar sin música ni distracciones, escribir un diario, practicar yoga o simplemente sentarse a observar el entorno. “Aprovecha ese tiempo para reflexionar sobre tus experiencias y sentimientos”, indica, destacando que esta práctica ayuda a desarrollar una mayor autoconciencia.

En conclusión, lejos de ser una pérdida de tiempo, los momentos de soledad bien gestionados pueden funcionar como una herramienta poderosa para el desarrollo cognitivo y emocional.

Frente al ritmo acelerado de la vida moderna, desconectarse del exterior por unos minutos al día podría ser una de las formas más simples —y efectivas— de cuidar la salud mental.