
No siempre se entiende una tecnología en el momento en que aparece. A lo largo de la historia, muchos avances fundamentales se desarrollaron antes de que el conocimiento para explicarlos estuviera completamente disponible.
Al igual que ocurre hoy con la inteligencia artificial, que ya está presente en millones de dispositivos y sistemas sin que gran parte de la población logre comprender sus fundamentos, otras tecnologías pasaron por un proceso similar. Se usaron, se adaptaron y se integraron a la vida cotidiana antes de que su lógica interna fuera plenamente aceptada o conocida.
Cómo se descubrió el microondas sin saber cómo funcionaba

El caso del microondas es uno de los más representativos. En la década de 1940, el ingeniero Percy Spencer trabajaba en radares para la empresa Raytheon cuando notó que una barra de chocolate que llevaba en el bolsillo se derretía sin razón aparente al pasar cerca de un magnetrón.
Así descubrió que las microondas podían calentar alimentos. A pesar de que los primeros hornos domésticos empezaron a aparecer en los años 70, su funcionamiento todavía genera confusión. Algunos usuarios siguen creyendo en mitos sobre su efecto en la salud, o sobre supuestas alteraciones en los nutrientes de la comida.
Aunque la evidencia científica ha desmentido estos temores, la tecnología sigue envuelta en una niebla de dudas populares.
Los aviones volaron antes de que se entendiera la aerodinámica

En el ámbito de la aviación ocurrió algo similar. Cuando los hermanos Wright lograron el primer vuelo con motor en 1903, no existía una teoría consolidada sobre el vuelo sostenido. Los principios de sustentación y aerodinámica apenas comenzaban a estudiarse, y la ciencia tardó décadas en ponerse al día con lo que ya se estaba probando en el cielo.
El desarrollo de la aeronáutica fue impulsado por la práctica, por ensayo y error, antes que por la comprensión teórica. Fue después, con el avance de la ingeniería y la física, que se pudo explicar con precisión por qué un avión vuela.
Radioactividad: del entusiasmo médico al reconocimiento de sus riesgos
La radioactividad también vivió un periodo de aplicación desinformada. A finales del siglo XIX se comenzaron a utilizar materiales radiactivos con entusiasmo en la medicina. Se sabía que tenían efectos sobre el cuerpo humano, pero no se conocía la dimensión de sus riesgos.

Durante años se usaron sin precaución incluso en cosméticos y juguetes para niños. No fue sino hasta bien entrado el siglo XX cuando la comunidad científica estableció protocolos de seguridad y se reconocieron los daños potenciales de la exposición.
Hoy, tecnologías como la radioterapia y los rayos X son indispensables en la práctica clínica, pero su camino estuvo marcado por la ignorancia y por consecuencias trágicas.
La electricidad se usaba sin entenderla del todo
Con la electricidad ocurrió algo parecido. Aunque hoy es parte fundamental de la vida diaria, su estudio fue en sus inicios más experimental que científico. Durante los siglos XVIII y XIX, investigadores como Alessandro Volta, Michael Faraday o Nikola Tesla exploraban sus posibilidades sin tener claro su comportamiento a nivel microscópico.

Thomas Edison, por ejemplo, promovió la corriente continua, mientras que Tesla defendía la corriente alterna, más eficiente pero entonces menos comprendida. La polémica se prolongó durante años, y aún hoy conceptos como voltaje o amperaje siguen siendo malinterpretados por muchos usuarios.
Internet: una revolución que nadie anticipó
Internet es quizá el ejemplo más próximo a la inteligencia artificial. En los años 90, pocos imaginaron el cambio de paradigma que implicaría conectar computadoras en red a nivel global.
Sus creadores pensaron en compartir información académica, pero no previeron su impacto en la política, la economía, la comunicación y la vida cotidiana. Cuando surgieron los primeros navegadores, no existía una visión clara sobre el poder que tendría Internet para transformar culturas, generar nuevas industrias o modificar el comportamiento humano. La red se expandió sin un plan maestro y fue moldeándose sobre la marcha
La inteligencia artificial repite el patrón histórico
Hoy la inteligencia artificial recorre un camino similar. Está presente en asistentes de voz, motores de búsqueda, diagnósticos médicos, cámaras de vigilancia y sistemas financieros.
Pero su funcionamiento sigue siendo un misterio para buena parte de la sociedad. Como ocurrió con el microondas, la radioactividad o la electricidad, se la usa antes de entenderla. Y como con Internet, su verdadero impacto aún está por escribirse
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