Hasta 175.000 dólares vale un robot que simula ser tu esposa o novia

A través de un avanzado software y un diseño modular, Aria ofrece interacciones personalizadas, pero también genera controversia sobre la cosificación del cuerpo femenino

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Creada para ofrecer compañía emocional,
Creada para ofrecer compañía emocional, Aria desafía las expectativas y genera debate sobre el papel de los robots en la vida afectiva humana - crédito Montaje Infobae

En un laboratorio de California, donde se fusionan ingeniería avanzada y psicología social, se encuentra Aria, un robot humanoide que no solo desafía las fronteras de la robótica, también la forma en que concebimos las relaciones y la compañía emocional.

Aria no es solo una máquina, es un dispositivo que promete convertirse en la “compañera emocional” de quienes buscan interacción sin los riesgos inevitables a las relaciones humanas tradicionales. Pero, a diferencia de los robots con fines eróticos, Aria fue diseñada con un propósito diferente, y es en esta distinción donde se encuentra la controversia.

Qué es Aria y por qué no es un robot sexual

Más allá de la tecnología, Aria plantea preguntas sobre el impacto de los robots en las relaciones humanas y el aislamiento social en la era digital - (YouTube: Realbotix)

Aria, creada por la compañía Realbotix, es una figura humanoide que se activa mediante inteligencia artificial y que cuenta con un cuerpo de tamaño real y un rostro intercambiable.

Si bien la empresa detrás de Aria, conocida por fabricar las RealDolls (muñecas de lujo en el mercado de juguetes sexuales), podría generar ciertas expectativas respecto a la naturaleza de este dispositivo, sus creadores se han encargado de aclarar que Aria no fue diseñada con fines eróticos.

A diferencia de sus antecesoras, Aria no incluye genitales, y su función principal es actuar como una “compañera emocional”, no como un objeto sexual.

A pesar de esta aclaración, las redes sociales y las percepciones populares han resaltado la apariencia altamente sexualizada de Aria, lo que ha llevado a cuestionamientos sobre la cosificación del cuerpo femenino en la tecnología. Sin embargo, la compañía ha intentado distanciarse de su pasado al separar sus líneas de productos: por un lado, los robots de compañía y, por otro, las muñecas sexuales.

Tecnología avanzada detrás de Aria

A través de cámaras inteligentes
A través de cámaras inteligentes y un diseño flexible, Aria no solo promete interacciones profundas, también abre un debate sobre la dependencia emocional de los robots - (YouTube: Realbotix)

Aria es mucho más que una muñeca sofisticada. Gracias a las cámaras instaladas en sus ojos, puede reconocer objetos y analizar rostros, lo que le permite mantener conversaciones más fluidas y personalizadas con los usuarios.

Su software alimentado por IA es capaz de recordar detalles de interacciones pasadas, lo que la convierte en una figura que puede simular relaciones continuadas, algo que la sitúa en una zona intermedia entre el acompañamiento digital y la afectividad programada.

Además, su rostro, que está sujeto por imanes, puede ser reemplazado rápidamente, lo que otorga a Aria una flexibilidad impresionante en cuanto a su apariencia.

Su cuerpo, desmontable por partes, permite ajustar su configuración a las preferencias del usuario, lo que refuerza la idea de que esta “compañera emocional” puede ser adaptativa y modular, diseñada para ajustarse a las necesidades individuales.

El alto precio de la compañía robótica

A diferencia de sus predecesoras,
A diferencia de sus predecesoras, Aria no está diseñada para la satisfacción sexual, sino para ofrecer compañía afectiva, lo que genera debate en torno a la ética y la estética de la tecnología - (Imagen Ilustrativa Infobae)

El precio de esta avanzada tecnología es, sin duda, considerable. La versión más completa de Aria tiene un costo cercano a los 175.000 dólares, una cifra que puede parecer exorbitante para muchos.

No obstante, existen versiones más accesibles, como el modelo que se presenta como un busto parlante por 12.000 dólares o una edición portátil, denominada “de viaje”, que cabe en una maleta y cuesta 150.000 dólares. Esta última está pensada para quienes deseen una “compañera emocional” más móvil y discreta.

Qué opina Elon Musk sobre los robots sexuales

Elon Musk, el fundador de Tesla y SpaceX, también ha expresado su opinión sobre la evolución de los robots, incluidos aquellos con fines sexuales. En una entrevista en el pódcast ‘The Joe Rogan Experience’, Musk señaló que los robots sexuales impulsados por inteligencia artificial podrían estar disponibles en un futuro cercano, probablemente en menos de cinco años.

Aunque mostró interés en los avances en robótica y IA, Musk dejó en claro que no apoya activamente este desarrollo. Según sus palabras, “no estoy diciendo que debamos hacerlo, pero si sigue la curva exponencial, es inevitable”.

A pesar de sus avances, Musk expresó que este tipo de tecnología no es algo que él personalmente apoye, aunque reconoció que el desarrollo de robots sexuales impulsados por IA podría ser un fenómeno que no se pueda evitar en el futuro cercano.

La aparición de robots como Aria y las discusiones sobre robots sexuales plantean no solo desafíos técnicos, también éticos y sociales, que necesitarán ser abordados a medida que estas tecnologías continúan desarrollándose.