“Me sorprende que los políticos no hablen más de esto”, el contundente llamado de Bill Gates sobre esta tecnología

El cofundador de Microsoft dejó una advertencia inquietante sobre el poder transformador de la inteligencia artificial y la ceguera institucional que la rodea

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El magnate tecnológico declaró que
El magnate tecnológico declaró que los años venideros superarán cualquier hito previo gracias al avance de la inteligencia artificial - (AP Foto/Jae C. Hong)

En el mundo de la tecnología, una de las figuras más respetadas es el cocreador de Microsoft Bill Gates. El icónico hombre de lentes y suéter es una de las voces más influyentes en la industria digital, por lo que sus recientes declaraciones hechas en la cadena CNBC han retumbado en las redes.

Gates, antiguo CEO de Microsoft, se encontraba en una charla televisada junto a Steve Ballmer y Satya Nadella, también CEOs de la empresa, donde resaltó que la inteligencia artificial no solo está transformando el mundo, sino que lo hace sin que los líderes políticos parezcan notarlo.

“Yo diría que la tendencia más grande del mundo hoy en día, por encima incluso de la compleja geopolítica, es la llegada de la IA (...) Me sorprende que los políticos no estén hablando más de la inteligencia artificial. Creo que esa es la oleada que viene. Una en la que cada país intentará liderar esta nueva era de la IA”, comentó Gates, enfatizando en la ceguera y falta de compromiso institucional.

Inteligencia artificial, trabajo reducido y
Inteligencia artificial, trabajo reducido y caos legislativo, el futuro según Gates - EFE/Lenin Nolly

La próxima década será decisiva, incluso para Microsoft

A su juicio, la humanidad está ingresando en una década decisiva, una transformación tecnológica que podría eclipsar incluso los logros fundacionales de compañías como Microsoft. “Es extraño pensar que, en una compañía de 50 años, la década más profunda probablemente será la siguiente”, agregó con tono reflexivo.

Bill Gates no es nuevo en esta línea de pensamiento. Hace apenas unos meses, en su paso por ‘The Tonight Show’ con Jimmy Fallon, reiteró su entusiasmo por el potencial innovador de la inteligencia artificial, aunque no ocultó cierta inquietud.

“Me encanta la manera en la que eso impulsará la innovación, pero creo que de momento es un terreno desconocido. ¿Seremos capaces de darle forma?”, preguntó en voz alta, reflejando el desconcierto que todavía genera el alcance real de esta tecnología.

En tono tranquilo pero firme,
En tono tranquilo pero firme, el exCEO proyectó un mundo donde la IA libere a millones del empleo tradicional sin que las sociedades estén preparadas - EFE/CLEMENS BILAN

Ese desconcierto se mezcla con visiones radicales del futuro cercano. En el mismo programa, Gates deslizó una hipótesis que, de haberse planteado hace una década, habría sido tachada de ciencia ficción una semana laboral de solo dos días.

“¿Sabes cómo serán los trabajos? ¿Deberíamos, bueno, trabajar solo dos o tres días a la semana?”, planteó exponiendo una consecuencia lógica del avance de la automatización.

Lejos de ser una provocación, la idea refleja una posible consecuencia del avance de la IA: la liberación de millones de personas de tareas repetitivas, gracias a sistemas que aprenden, ejecutan y mejoran procesos sin descanso.

El desafío no radica solo en lo técnico, sino en lo social y cultural. ¿Cómo reorganizar la economía global si las máquinas hacen el trabajo por nosotros? ¿Qué valor tendrán el tiempo libre, la creatividad o la formación profesional en un mundo dominado por sistemas autónomos?

La inteligencia artificial no solo
La inteligencia artificial no solo desafía lo técnico, también exige repensar modelos laborales, normas sociales y estructuras políticas - (Imagen Ilustrativa Infobae)

El exCEO de Microsoft evitó ofrecer certezas. No habló de calendarios ni de escenarios concretos. Pero dejó en claro que, más allá de sus beneficios, la inteligencia artificial inaugura una etapa incierta. “Es un territorio completamente nuevo”, afirmó.

El contraste entre la velocidad de adopción de estas herramientas y la lentitud de la respuesta institucional quedó en evidencia en su intervención.

Si cada país busca liderar esta transformación, como sugirió Gates, esa competencia no se librará solo en los laboratorios o en las startups, también en los parlamentos, en las leyes que se escriban, o no, en la forma en que las democracias comprendan y encaren los desafíos de una nueva inteligencia no humana.

Así, en un contexto global donde la regulación avanza con dificultad y los discursos políticos siguen anclados en problemáticas tradicionales, el llamado de Gates no fue solo una observación casual. Fue un mensaje directo a quienes tienen en sus manos la posibilidad y la responsabilidad de moldear el impacto de la tecnología en las próximas décadas.