Estos son los errores más comunes al limpiar una freidora de aire: el estropajo no es el mejor aliado

Las freidoras de aire son fáciles de usar, pero su limpieza no siempre es tan sencilla. En ocasiones, se cometen errores al intentar limpiar el electrodoméstico , lo que puede generar daños que afecten su funcionamiento a largo plazo.

Para evitar estos problemas, es importante seguir algunas pautas básicas de cuidado. La Organización de Consumidores y Usuarios de España (OCU) ofrece consejos clave sobre cómo limpiar correctamente el electrodoméstico y qué productos evitar durante este proceso.

Usar los productos adecuados y seguir las precauciones necesarias puede garantizar que la freidora se mantenga en óptimas condiciones por más tiempo, prolongando su vida útil y evitando fallos inesperados.

Uno de los errores más comunes al limpiar una freidora de aire es el uso de productos abrasivos, como estropajos de acero o limpiadores con ingredientes muy fuertes.

Estos productos pueden dañar las superficies internas del aparato, sobre todo las zonas donde se encuentra el revestimiento antiadherente, lo que puede ocasionar que los alimentos se peguen o incluso que se deteriore una parte de la capa protectora.

La OCU sugiere evitar este tipo de productos y, en su lugar, utilizar un paño suave con agua caliente y un poco de jabón de lavavajillas. Esta solución es suficiente para mantener el aparato limpio sin poner en riesgo su integridad. Para las manchas más difíciles o incrustadas, se puede usar al bicarbonato sódico, un remedio suave que no compromete su estructura.

Otro error común al limpiar la freidora de aire es no desenchufarla antes de comenzar el proceso de limpieza. Al no desconectarla de la red eléctrica, se corre el riesgo de sufrir una descarga eléctrica accidental durante la manipulación del aparato, lo que puede causar graves daños tanto al usuario como a la freidora misma.

Es fundamental seguir esta pauta de seguridad antes de iniciar cualquier tarea de limpieza. Desenchufar la freidora no solo previene accidentes, sino que asegura que el aparato no se dañe por un cortocircuito si se mojan las partes eléctricas durante la limpieza.

Según la OCU, “antes de manipular cualquier aparato electrodoméstico para su limpieza, hay que desenchufarlo de la red y la freidora de aire no es la excepción”.

Una práctica que puede resultar en daños irreparables es sumergir la freidora de aire en agua. Aunque el aparato parece estar diseñado para resistir la exposición a ciertos elementos, sumergirlo por completo puede afectar su funcionamiento eléctrico y dañarlo de manera permanente.

El contacto con el agua puede producir cortocircuitos que dañen el dispositivo, haciendo que sea inutilizable en el futuro. Para evitar este riesgo, la OCU sugiere limpiar únicamente las partes extraíbles de la freidora, como la cesta o la bandeja, usando agua y detergente suave.

Las partes eléctricas del dispositivo deben mantenerse completamente secas y lejos de cualquier contacto con el agua. Además, se debe ser cuidadoso al limpiar las zonas donde hay mecanismos eléctricos, para evitar que estas partes sufran daños a largo plazo.

La limpieza de la freidora de aire debe hacerse solo cuando el electrodoméstico esté frío. Muchos usuarios, en un afán de ahorrar tiempo, intentan limpiarla inmediatamente luego de usarla, lo que puede provocar quemaduras o daños en los componentes internos por las altas temperaturas que aún puede retener el aparato.

Asimismo, el riesgo de quemaduras es elevado si no se espera el tiempo suficiente para que la freidora se enfríe. Según la OCU, “hay superficies que se pueden mantener calientes durante un tiempo tras el uso y podrías llegar a quemarte si te precipitas con la limpieza”.

Es crucial esperar entre 15 a 30 minutos para que la freidora se enfríe por completo, lo que además garantizará que el proceso de limpieza sea más seguro y efectivo.