Publicar el número de teléfono en redes sociales es un error común que abre la puerta a varios fraudes

Compartir el número de teléfono en redes sociales es una práctica común entre los usuarios que buscan facilitar el contacto en ámbitos laborales, comerciales o personales, pero este hábito aparentemente inofensivo conlleva una serie de riesgos que, en la mayoría de los casos, son desconocidos o subestimados.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Ciberseguridad de España (Incibe), publicar libremente el número de teléfono en internet puede convertir a los usuarios en víctimas de diversas amenazas digitales, entre ellas spam, phishing y ciberataques basados en ingeniería social.

Estas prácticas pueden derivar en robos de identidad, suplantaciones y estafas que roban grandes sumas de dinero. Por esta razón, se explican los peligros a los que se someten los usuarios al compartir esta información sin restricciones.

El número de teléfono no es solo un patrón numérico, sino una pieza clave de información personal que puede utilizarse para identificar y rastrear a un usuario en múltiples plataformas.

Los ciberdelincuentes lo pueden utilizar para acceder a cuentas protegidas mediante autenticación de dos factores o para recolectar datos adicionales a través de bases de datos filtrados.

Además, con la proliferación de tecnologías de inteligencia artificial y big data, la clasificación de números de teléfono con otros datos personales se ha convertido en una técnica común en el plano del fraude digital.

Una vez que un atacante obtiene este dato, puede cruzarlo con nombres, direcciones de correo electrónico y perfiles en redes sociales para construir perfiles detallados que faciliten ataques dirigidos.

El número de teléfono es una herramienta crucial para los delincuentes que emplean tácticas de ingeniería social. A través de llamadas o mensajes de texto fraudulentos, los atacantes pueden suplantar la identidad de entidades bancarias, empresas de servicios o instituciones públicas para engañar a las víctimas y obtener información confidencial.

Este tipo de fraude, conocido como phishing telefónico o “vishing”, se ha vuelto cada vez más cómodo. Mediante técnicas como el “spoofing”, los delincuentes pueden hacer que su llamada parezca provenir de un número legítimo, aumentando la probabilidad de que la víctima caiga en la trampa.

Cuando un número de teléfono circula libremente en Internet, se convierte en un blanco fácil para campañas masivas de spam. Los usuarios pueden empezar a recibir llamadas no deseadas, mensajes promocionales y enlaces sospechosos que contienen malware o redirigir a sitios falsos diseñados para robar información personal.

En muchos casos, los ciberdelincuentes utilizan mensajes de WhatsApp o SMS con enlaces a falsas promociones, sorteos o avisos urgentes de supuestos problemas bancarios. Al hacer clic en estos enlaces, las víctimas pueden descargar software malicioso que compromete la seguridad de sus dispositivos o facilita el acceso a sus cuentas.

Un ciberdelincuente con acceso a un número de teléfono puede usarlo para múltiples actividades fraudulentas. Entre los riesgos más comunes se encuentra el secuestro de cuentas, donde el atacante utiliza el número para restablecer contraseñas en plataformas digitales, accediendo a correos electrónicos, redes sociales y aplicaciones bancarias.

Otro peligro es el robo de identidad. Con suficiente información vinculada al número de teléfono, un delincuente puede hacerse pasar por la víctima ante entidades financieras, contratar servicios a su nombre o incluso acceder a datos bancarios si logra sortear los sistemas de autenticación.

Para minimizar la exposición a estos peligros, es crucial restringir la visibilidad del número de teléfono en redes sociales y plataformas en línea que sean públicas.

Configurar correctamente las opciones de privacidad y evitar compartir esta información en comentarios o publicaciones abiertas al público reduce las posibilidades de que sea capturada por extraños.