Resuelven un misterio arqueológico de 2.000 años gracias a la IA: qué encontró en las Líneas de Nazca en Perú

En el desierto ded, Perú, se encuentra uno de los misterios más fascinantes de la arqueología: las gigantescas figuras grabadas en el suelo hace más de dos mil años. Y un avance tecnológico, impulsado por la inteligencia artificial, ha permitido resolver un aspecto importante de este misterio: el descubrimiento de más de 300 geoglifos desconocidos hasta ahora.

Estas figuras, conocidas como las Líneas de Nazca, han desconcertado a historiadores, arqueólogos y exploradores durante décadas. Entre los hallazgos hay desde un calendario astronómico hasta señales de rituales para deidades preincaicas.

Las Líneas de Nazca fueron descubiertas en 1927, pero su origen y propósito siguen siendo temas de especulación. Estas figuras, algunas de las cuales alcanzan tamaños tan grandes como campos de fútbol, solo pueden apreciarse desde el aire, lo que plantea una pregunta intrigante: cómo pudieron los antiguos Nazca crear estas figuras gigantes sin contar con la capacidad de observarlas desde una perspectiva aérea.

Desde su descubrimiento, los geoglifos han sido interpretados de diversas maneras. Algunos estudios sugieren que podrían haber tenido un propósito religioso o ritual, mientras que otros defienden la idea de que las líneas funcionaban como un calendario astronómico o incluso como señales visuales para guiar a los viajeros a través del desierto.

Sin embargo, la clave de su significado ha permanecido elusiva, en parte debido a la dificultad de identificar nuevas figuras en una vasta extensión de terreno y debido a los efectos de la erosión natural y el paso del tiempo.

En los últimos años, la tecnología ha comenzado a jugar un papel cada vez más importante en el estudio de antiguos vestigios. El uso de la inteligencia artificial para desentrañar los secretos de las Líneas de Nazca es un ejemplo sobresaliente de cómo la IA está cambiando la forma de trabajo en la arqueología.

En este caso, un equipo de investigadores del Instituto Nazca de la Universidad Japonesa de Yamagata, en colaboración con IBM Research, desarrolló un sistema de IA diseñado específicamente para identificar patrones en grandes volúmenes de imágenes aéreas.

El sistema de inteligencia artificial, entrenado con miles de fotografías aéreas de la Pampa de Nazca y los desiertos circundantes, logró identificar patrones que anteriormente habían pasado desapercibidos. Este modelo de IA detectó un número grande de nuevas figuras y duplicó la cantidad de geoglifos figurativos previamente conocidos en la zona.

En total, el sistema identificó 303 nuevos geoglifos en un período de seis meses, un avance que habría tomado mucho más tiempo utilizando métodos tradicionales de observación.

Los geoglifos descubiertos por la IA incluyen una variedad de representaciones humanas y animales, como orcas con cuchillos, camellos, llamas y hasta figuras de humanos con una apariencia que recuerda a los extraterrestres. Algunos de estos geoglifos son más pequeños que los tradicionales, pero su complejidad es notablemente mayor.

A pesar de su tamaño reducido, presentan patrones más intrincados que las famosas figuras gigantes, lo que indica una evolución en las técnicas artísticas de la civilización Nazca.

Para validar el hallazgo, los arqueólogos pasaron más de 2.600 horas en el campo inspeccionando las áreas donde la IA había detectado posibles geoglifos. Utilizaron drones y otras herramientas para mapear las figuras y confirmar su existencia.

A pesar de la eficiencia de la IA, el trabajo de campo fue crucial para asegurar la precisión de los descubrimientos. En total, los investigadores confirmaron 303 nuevas figuras, lo que casi duplicó la cantidad de geoglifos conocidos en la región, elevando el número total a 733.

Según los investigadores, el modelo de IA fue 20 veces más rápido que los humanos al detectar líneas tenues y figuras difíciles de identificar, lo que permitió a los arqueólogos centrarse en la validación y análisis de los descubrimientos en lugar de perder tiempo en la búsqueda manual.

Uno de los hallazgos más sorprendentes de la investigación fue la conexión entre los nuevos geoglifos y una compleja red de senderos antiguos. Los geoglifos recientemente descubiertos se encuentran a poca distancia de rutas que los Nazca habrían utilizado para desplazarse, lo que sugiere que las figuras podrían haber sido diseñadas para ser vistas mientras se caminaba por estos caminos.

Esta teoría refuerza la idea de que los geoglifos no solo servían para fines rituales o astronómicos, sino también como señales visuales que marcaban rutas o destinos específicos.

Algunas de las representaciones humanas parecen estar vinculadas con rituales de sacrificio o actividades cotidianas, lo que podría indicar que estos geoglifos formaban parte de la vida diaria de la comunidad Nazca y no solo de ceremonias religiosas.

Esta conexión entre las figuras y los caminos antiguos también plantea nuevas preguntas sobre la forma en que los Nazca organizaban su territorio y su relación con el paisaje.

A pesar de la emoción que ha generado este hallazgo, también surgen preocupaciones sobre la conservación de estos geoglifos. La erosión natural y el cambio climático están poniendo en riesgo la integridad de las figuras. Las lluvias torrenciales y otros efectos climáticos pueden borrar o dañar las líneas que han permanecido intactas durante siglos.

Por esta razón, los investigadores también están utilizando la tecnología para modelar y predecir qué geoglifos podrían estar en mayor peligro de deterioro, y así desarrollar estrategias de conservación más efectivas.

El uso de la inteligencia artificial ofrece un enfoque más preciso para monitorear y proteger estos tesoros arqueológicos de la acción del tiempo y el cambio climático.