Conoce la Generación Alfa o ‘los niños del iPad’: menos creatividad y más problemas emocionales

Actualmente, parece que el llanto de un niño se apaga con un simple clic. El berrinche se disuelve en segundos mientras la pantalla de un iPad le ofrece un video colorido. Ahora el aburrimiento, ese gran desafío de la infancia, desaparece con el toque de un dedo sobre la pantalla.

En muchos hogares, estas escenas se repiten a diario: niños que interactúan más con dispositivos móviles que con las personas a su alrededor. Este fenómeno refleja una realidad cada vez más común entre los niños nacidos desde 2010, quienes conforman la Generación Alfa, la primera que crece inmersa en un entorno de hiperconectividad, con acceso constante a tecnología desde sus primeros años de vida.

La Generación Alfa, que comprende a los niños nacidos entre 2010 y 2025, ha crecido en un mundo donde las pantallas son omnipresentes. Los dispositivos electrónicos como teléfonos móviles, tabletas y computadoras no solo forman parte de su entorno de entretenimiento, sino que también se utilizan como herramientas educativas. Esta constante exposición a la tecnología ha generado inquietudes sobre sus efectos en el desarrollo social, emocional y cognitivo de los más pequeños.

Desde su nacimiento, estos niños se enfrentan a una realidad diferente a la de generaciones anteriores. Mientras que en el pasado el tiempo de juego solía implicar interacción física, creatividad o exploración al aire libre, hoy en día muchas de estas experiencias se sustituyen por contenidos digitales. Este cambio, aunque ofrece oportunidades educativas, también plantea riesgos significativos para el desarrollo integral de los niños.

Desde Mayo Clinic aseguran que el abuso de las pantallas afecta diversas áreas del desarrollo. Uno de los problemas más graves es la dificultad para socializar. Los niños de la Generación Alfa, acostumbrados a interactuar con pantallas, tienen cada vez más dificultades para interactuar cara a cara con otros niños y adultos.

En este sentido, habilidades sociales esenciales, como compartir, esperar o resolver conflictos de manera directa, se ven limitadas cuando las interacciones se reducen al ámbito digital.

Además, los niños que crecen con dispositivos electrónicos como compañía constante suelen mostrar una menor tolerancia a la frustración. La gratificación inmediata proporcionada por los dispositivos crea una dependencia que se refleja en episodios de rabietas intensas cuando se les retira el acceso a las pantallas.

A nivel cognitivo, el uso excesivo de tecnología puede afectar la concentración y la creatividad. Los niños que pasan largas horas frente a una pantalla a menudo dedican menos tiempo a actividades que fomentan el desarrollo del pensamiento crítico, la resolución de problemas y la imaginación. Estos juegos y actividades, que no dependen de un dispositivo, son fundamentales para el desarrollo cerebral, ya que estimulan habilidades cognitivas esenciales.

Mayo Clinic señala que el exceso de tiempo frente a las pantallas está vinculado a una serie de problemas físicos y psicológicos. Estos incluyen la obesidad, trastornos en los horarios de sueño, problemas de conducta, retrasos en el desarrollo del lenguaje y las habilidades sociales, y dificultades de atención. Asimismo, la exposición frecuente a contenidos de baja calidad también puede contribuir a comportamientos violentos y reducir el tiempo dedicado al aprendizaje.

En particular, los niños menores de 2 años tienen más probabilidades de aprender cuando interactúan directamente con sus padres, hermanos y otros niños, en lugar de ser expuestos a contenidos digitales. Sin embargo, a medida que los niños crecen, el uso moderado de la tecnología puede ofrecer beneficios educativos, especialmente si se gestiona adecuadamente.

El término “niño iPad” hace referencia a los niños que pasan largas horas frente a las pantallas, ya sea viendo videos o jugando a juegos en dispositivos móviles. Aunque las tabletas y los teléfonos móviles han existido por más tiempo, el iPad ha marcado una diferencia significativa en la vida de muchos niños desde su lanzamiento, convirtiéndose en un símbolo de la era digital.

En sus redes sociales, Andra Berghoff, niñera y creadora de contenido, comentó cómo la tecnología ha alterado profundamente la dinámica familiar. En su testimonio, compartido en TikTok, señaló que los niños de la “generación del iPad” están “fuera de control”, algo que ella había observado durante años de trabajo como niñera.

“Los niños que tienen acceso ilimitado a las pantallas son los más difíciles de manejar”, expresó, explicando que el tiempo de pantalla sin restricciones está reemplazando las interacciones humanas y la creatividad de los niños. A su juicio, los niños que crecen con un acceso constante a estas tecnologías “ya no quieren crear, pintar o construir, solo quieren estar sentados viendo Netflix o jugando videojuegos”.

A través de sus palabras, Andra enfatiza la rapidez con la que los dispositivos electrónicos se han integrado en la vida cotidiana de los niños, lo que hace aún más difícil establecer límites. “Los padres están reemplazando su tiempo y el de aquellos que cuidan a sus hijos con iPads”, añadió, advirtiendo que los problemas surgen cuando se utiliza la tecnología como sustituto de la interacción directa, no solo con los padres, sino también con otras personas de su entorno.

La Mayo Clinic ofrece pautas útiles para que los padres gestionen el tiempo que sus hijos pasan frente a las pantallas. Para los niños menores de 18 meses, se recomienda evitar el uso de medios audiovisuales, con excepción de las videoconferencias. Para niños de 2 a 5 años, el tiempo frente a la pantalla no debe superar una hora al día. A medida que los niños crecen, es fundamental establecer reglas claras y límites razonables sobre el uso de dispositivos.

Además, los padres deben asegurarse de que los contenidos a los que sus hijos están expuestos sean apropiados. Organizaciones como Common Sense Media ofrecen clasificaciones y revisiones que ayudan a determinar si los programas y aplicaciones son adecuados para la edad de los niños. Se recomienda también utilizar los controles parentales para filtrar o bloquear contenidos inapropiados.