Por qué no debes decir “hola” al contestar una llamada de un número desconocido

Atender una llamada de un número desconocido es una práctica común en la vida cotidiana, porque puede tratarse de un banco o un familiar que está usando otro número, pero también es posible que detrás haya un estafador. Por eso se deben evitar ciertas palabras y una de ellas es “hola”.

Aunque esta es la expresión más común al momento de contestar una llamada, se recomienda evitarla y buscar otras alternativas cuando no tenemos claridad sobre quién está llamando y para qué.

A pesar de que puede parecer una costumbre inofensiva, decir “hola” al contestar una llamada desconocida puede poner en riesgo tu seguridad y facilitar el trabajo de los ciberdelincuentes. Según alertas emitidas por organizaciones de consumidores y entidades bancarias, estas respuestas pueden ser grabadas por los estafadores y utilizadas en su beneficio para llevar a cabo fraudes bajo el nombre de la víctima.

Como advierte la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) de España, los estafadores también pueden manipular grabaciones de voz para hacerlas pasar como legítimas. Usando programas avanzados de manipulación de audio, los ciberdelincuentes pueden simular conversaciones con bancos o empresas de crédito para engañar a los sistemas automatizados o a empleados humanos que trabajan en centros de atención telefónica.

De esta forma, no solo logran suplantar la identidad, sino que también pueden hacerte creer que se han aceptado servicios inexistentes, lo que obliga, posteriormente, a hacer frente a pagos fraudulentos.

Tomando una muestra de la voz de la víctima, luego usan programas de IA para crear clones con frases distintas, que no son detectadas por bancos para autorizar pagos o préstamos.

Las estafas telefónicas han evolucionado de manera alarmante en los últimos años. Según diversas alertas de instituciones como el Banco de España y el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE), los ciberdelincuentes han encontrado maneras innovadoras de utilizar las llamadas telefónicas para robar información personal y bancaria de las víctimas. Estas llamadas suelen estar bien estructuradas, y los estafadores se hacen pasar por empresas confiables para engañar a sus víctimas.

En muchos casos, los delincuentes tienen acceso a una gran cantidad de información personal, que obtienen de bases de datos filtradas o de engaños previos en los que las víctimas proporcionan, sin saberlo, datos sensibles.

Por ejemplo, con la filtración de datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), se lograron obtener miles de registros personales de ciudadanos, lo que permitió a los estafadores crear perfiles falsos y utilizar la información para realizar fraudes financieros o darse de alta en servicios bancarios en nombre de las víctimas. Los ciberdelincuentes recurren a esta información personal para que el engaño resulte más creíble y sea más difícil de detectar.

Es importante entender que este tipo de fraudes no solo se limitan a la grabación de una palabra, sino que los estafadores emplean una serie de tácticas para manipular la situación. Pueden mantenerse en silencio al principio de la llamada para esperar que digas alguna palabra o, incluso, hacerse pasar por instituciones bancarias, lo que lleva a una conversación aparentemente legítima.

Este nivel de sofisticación hace que sea cada vez más difícil detectar la naturaleza fraudulenta de las llamadas, lo que convierte la prevención en la clave para evitar ser víctima de estos delitos.

• No contestar con “sí”, “hola” o “aló”: en lugar de utilizar estas respuestas comunes, optar por alternativas más neutrales como “¿Quién habla?” o “¿Con quién deseas hablar?”. De este modo, se evita facilitar a los delincuentes la grabación de respuestas que puedan ser utilizadas en su beneficio.
• No compartir información personal: nunca proporcionar datos sensibles como el número de cuenta bancaria, contraseñas o información personal durante una llamada de un número desconocido. Si la llamada proviene de un supuesto banco o empresa, se recomienda colgar y contactar directamente a la entidad a través de sus canales oficiales.
• Colgar si hay sospechas de la llamada: si se genera desconfianza en la llamada, lo mejor es colgar inmediatamente y bloquear el número. Si los estafadores continúan llamando, no hay que dudar en denunciar el número a las autoridades competentes o a las empresas de telecomunicaciones.
• Monitorear los movimientos bancarios: revisar frecuentemente la cuenta bancaria y otras plataformas financieras en busca de transacciones sospechosas.
• Instalar aplicaciones de bloqueo de llamadas: utilizar aplicaciones que identifiquen y bloqueen números sospechosos. Muchas de estas aplicaciones cuentan con bases de datos actualizadas que alertan sobre posibles fraudes telefónicos.