Cómo proteger a los electrodomésticos de los cortes de luz

Además de las molestias inmediatas, los cortes de luz y los cambios en la tensión eléctrica pueden causar daños irreversibles en los electrodomésticos. Desde la sobrecarga de circuitos hasta la combustión de residuos en aparatos descuidados, la electricidad mal gestionada puede convertirse en un problema serio. ¿Cuáles son los riesgos reales y qué medidas pueden tomarse para evitar daños?

Cuando se interrumpe el suministro eléctrico, los electrodomésticos pueden sufrir distintos tipos de daños, en especial los que dependen de circuitos electrónicos.

Uno de los principales problemas ocurre al momento de la reconexión, ya que el retorno de la energía suele venir acompañado de picos de voltaje. Estos incrementos súbitos son capaces de dañar resistencias, transistores y otros componentes críticos, lo que puede hacer que un electrodoméstico deje de funcionar o lo haga de manera defectuosa. Equipos como televisores, computadoras y refrigeradores son particularmente vulnerables a estos cambios.

Por otro lado, los electrodomésticos de gran tamaño, como aires acondicionados, lavarropas y heladeras, pueden sufrir daños en sus motores y compresores debido a la falta repentina de energía. Esto puede causar que el motor se sobrecaliente o se bloquee, mientras que los picos de voltaje al restablecerse el servicio pueden quemar bobinas internas o dañar seriamente el compresor.

Existen varias estrategias para minimizar los efectos negativos de los cortes de energía en los electrodomésticos. El Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) recomienda seguir tres pasos claves ante un apagón:

1. Desenchufar: computadoras, impresoras, cargadores de celulares y tablets, televisores y demás electrodomésticos en uso, ya que estos dispositivos son especialmente vulnerables a los golpes de tensión.
2. Apagar: interruptores de luz para evitar variaciones de voltaje en el sistema eléctrico del hogar.
3. Esperar: una vez restituido el suministro, esperar al menos tres minutos para volver a enchufar los dispositivos y hacerlo de manera gradual para evitar sobrecargas.

Además, el ENRE sugiere el uso de protectores de voltaje, que interrumpen el paso de la corriente eléctrica cuando detectan oscilaciones significativas de tensión. Estos dispositivos resultan especialmente útiles cuando no hay nadie en casa para desconectar los electrodomésticos manualmente.

Para equipos sensibles como computadoras y routers, los sistemas de alimentación ininterrumpida (SAI) son una excelente alternativa, ya que proporcionan una fuente de energía temporal y regulan el voltaje hasta que el suministro eléctrico se estabiliza.

Entre todos los electrodomésticos del hogar, hay uno que debe ser desconectado inmediatamente después de cada uso: la tostadora. A pesar de su pequeño tamaño, este aparato representa un riesgo importante de incendio si no se maneja con precaución.

El peligro radica en la acumulación de migas y restos de pan dentro del dispositivo. Si no se limpia con regularidad, estos residuos pueden encenderse debido al calor generado por las resistencias internas.

Además, las tostadoras pueden sufrir fallos eléctricos que podrían provocar un cortocircuito. Para evitar estos riesgos, se recomienda desenchufarla después de cada uso y realizar una limpieza frecuente de la bandeja de migas.

No todos los electrodomésticos tienen el mismo impacto en la factura de electricidad. Algunos dispositivos requieren una cantidad considerable de energía para su funcionamiento, lo que no solo eleva los costos sino que también incrementa la posibilidad de sobrecargas eléctricas.

Entre los aparatos de mayor consumo se encuentran:

• Aires acondicionados: necesitan una gran cantidad de energía para enfriar grandes volúmenes de aire. Su consumo puede ser aún mayor si se los usa con temperaturas extremas o si no se realiza un mantenimiento adecuado.
• Heladeras y freezers: están en funcionamiento las 24 horas, por lo que su consumo es constante. Un mal aislamiento o abrir la puerta con demasiada frecuencia puede aumentar su demanda energética.
• Lavarropas y secarropas: los ciclos de lavado con agua caliente y el uso de resistencia eléctrica en los secarropas hacen que estos electrodomésticos consuman grandes cantidades de electricidad.
• Hornos eléctricos y microondas: generan altas temperaturas en cortos períodos de tiempo, lo que implica un consumo elevado cada vez que se utilizan.

Para reducir el impacto en el consumo energético del hogar, se recomienda utilizar electrodomésticos con eficiencia energética clase A y seguir buenas prácticas de uso, como regular la temperatura del aire acondicionado a 24 °C, evitar abrir la heladera innecesariamente y usar el lavarropas con carga completa.

Con estas medidas, es posible reducir los riesgos de daños en los electrodomésticos por cortes de luz y picos de voltaje, así como optimizar el consumo energético del hogar. La electricidad es un recurso indispensable, pero su uso seguro y eficiente es clave para evitar inconvenientes y costos innecesarios.