Científicos desarrollan un robot que nada con aletas y podría revolucionar la exploración marina

Gracias a su diseño basado en la naturaleza, este dispositivo logra moverse con precisión en entornos acuáticos y podría ser clave en el monitoreo ambiental

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El robot, de menos de
El robot, de menos de 5 cm y 6 gramos, supera en eficiencia al desplazamiento de los platelmintos marinos (EPFL-LMTS)

En el mundo de la robótica bioinspirada, un grupo de investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL) y el Instituto Max Planck de Sistemas Inteligentes desarrolló un robot nadador autónomo basado en el movimiento de los platelmintos marinos (también conocidos como gusanos planos).

Se trata de un dispositivo compacto y ligero, capaz de desplazarse en superficies acuáticas con gran agilidad y sin alterar su entorno.

Esto lo convierte en una herramienta prometedora para el monitoreo ambiental, la agricultura de precisión y la exploración marina. Los resultados de su creación se compartieron en Science Robotics.

Innovación en robótica bioinspirada

El diseño del robot se inspira en los platelmintos, pequeños organismos marinos conocidos por su capacidad de desplazarse con gran fluidez en el agua.

En lugar de utilizar hélices, el dispositivo emplea aletas onduladas, lo que le permite moverse sin generar ruido ni alterar los ecosistemas en los que opera.

Su propulsión consume cuatro veces
Su propulsión consume cuatro veces menos energía que un cepillo de dientes eléctrico (EPFL-LMTS)

Según el medio francés Le Point, Florian Hartmann, quien lideró el proyecto en la EPFL antes de trasladarse al Instituto Max Planck, explicó: “El platelminto era un modelo perfecto, que además podía navegar con mucha facilidad, girar, avanzar, retroceder... Fue una excelente fuente de inspiración”.

Características técnicas

El robot destaca por su tamaño reducido: menos de 5 centímetros de largo y un peso de apenas 6 gramos, similar al de una tarjeta de crédito.

Su sistema de propulsión se basa en dos músculos artificiales, uno a cada lado, que generan el movimiento ondulatorio de sus aletas.

Este mecanismo no solo imita el desplazamiento de los platelmintos, sino que lo supera en eficiencia, permitiéndole alcanzar velocidades de 12 centímetros por segundo, es decir, 2,6 veces su longitud corporal, según explicó el medio científico Tech Xplore.

La clave de su autonomía radica en su electrónica miniaturizada, que incluye sensores y un sistema de control compacto capaz de suministrar hasta 500 voltios a los actuadores del robot con un consumo de 500 milivatios, lo que equivale a cuatro veces menos energía que un cepillo de dientes eléctrico.

Además, el dispositivo cuenta con sensores de luz que le permiten detectar y seguir fuentes luminosas sin necesidad de control remoto.

Según Herbert Shea, director del Laboratorio de Transductores Blandos de la EPFL, el desarrollo de este robot supuso “un desafío completamente nuevo”.

Tuvimos que empezar desde cero, desarrollando actuadores blandos más potentes, nuevas estrategias de locomoción ondulada y electrónica compacta de alto voltaje”, explicó según Tech Xplore.

Aplicaciones y beneficios ambientales

Uno de los principales usos potenciales del robot está en la monitorización ambiental. Gracias a su tamaño y maniobrabilidad, puede operar en entornos de difícil acceso como arrozales, donde ayudaría a medir la concentración de fertilizantes y otros parámetros clave para la agricultura de precisión.

La tecnología es ideal para
La tecnología es ideal para monitorear ambientes delicados como arrozales, arrecifes de coral y humedales (EPFL-LMTS)

En pruebas de laboratorio, el robot fue capaz de desplazarse a través de estructuras similares a plantas acuáticas sin quedar atrapado ni alterar el entorno.

Esto lo hace ideal para exploraciones en ecosistemas sensibles, como arrecifes de coral y humedales, donde los métodos convencionales pueden ser invasivos.

Además, su capacidad de transportar objetos hasta 16 veces su propio peso abre la puerta a nuevas aplicaciones, desde la recolección de muestras hasta la colocación de sensores en zonas de difícil acceso, según Le Point.

Desafíos y próximos pasos

A pesar de sus avances, el robot todavía enfrenta limitaciones. Actualmente, solo puede operar en la superficie del agua, ya que su electrónica no está preparada para la inmersión total.

Uno de los próximos objetivos del equipo de investigadores es desarrollar una versión sumergible que permita explorar a mayor profundidad.

Hartmann afirmó, según Le Point, que visualiza un futuro en el que este robot explorará áreas inaccesibles para los humanos. Con la capacidad de capturar imágenes, recolectar muestras e interactuar con el entorno acuático, lo que abriría nuevas posibilidades para la investigación marina.

Mientras tanto, los científicos continúan perfeccionando su autonomía y robustez, con la esperanza de que esta tecnología bioinspirada no solo avance el campo de la robótica, sino que ofrezca soluciones concretas para la protección y estudio del medio ambiente.

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