Polvo de frenos, la partícula que afecta más la salud que el diesel: qué se dice de los vehículos eléctricos

Un estudio estableció que estas emisiones sin escape pueden ser más nocivas que las generadas por el combustible y no tienen ningún control

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Este tipo de emisiones esta
Este tipo de emisiones esta presente tanto en vehículos de gasolina y como en los eléctricos . REUTERS/Toby Melville/

Un reciente estudio científico ha puesto en evidencia un problema de salud pública que hasta ahora ha pasado desapercibido: el polvo de frenos generado por los vehículos, incluidos los eléctricos, podría ser más dañino para los pulmones que las emisiones de los motores diésel.

El polvo de frenos forma parte de un grupo más amplio de partículas conocidas como emisiones sin escape, que también incluyen las generadas por el desgaste de neumáticos y el pavimento de las carreteras. Aunque estas partículas no son tan perjudiciales para el medio ambiente como las emisiones de los tubos de escape, su impacto en la salud humana podría ser incluso mayor.

Según informó el British Medical Journal, investigadores de la Universidad de Southampton han demostrado que estas partículas, liberadas durante el desgaste de los frenos, representan un riesgo significativo para las células pulmonares humanas. Tras el hallazgo, los expertos subrayan la necesidad urgente de regulación y desarrollo de materiales alternativos para mitigar sus efectos.

Los investigadores encontraron que estas
Los investigadores encontraron que estas partículas eran más nocivas que las que se generan por emisiones de combustible. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Para realizar el estudio, los científicos llevaron a cabo experimentos en laboratorio utilizando células pulmonares humanas, exponiéndolas tanto a partículas de polvo de frenos como a emisiones de diésel.

Los resultados mostraron que las células expuestas al polvo de frenos sufrieron daños más severos, lo que podría derivar en enfermedades como asma, cáncer de pulmón o enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Este problema no se limita a los vehículos con motores de combustión, ya que los coches eléctricos también generan estas partículas debido al desgaste de sus frenos.

British Medical Journal detalló que, a pesar de la gravedad del problema, actualmente no existe una legislación específica que regule la cantidad de polvo de frenos que los vehículos pueden liberar al medio ambiente. En el caso del Reino Unido, donde se realizó el estudio, no hay normativas que aborden este tipo de emisiones. Una situación se repite en la mayoría de los países, aunque en Europa se están dando los primeros pasos hacia una regulación más estricta.

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Es posible que las futuras regulaciones vehiculares tengan en cuenta la cantidad de emisiones por frenos que tiene el vehículo. (Imagen Ilustrativa Infobae)

La legislación EURO 7, propuesta en 2022, busca mejorar la calidad del aire al incluir un control sobre las emisiones de los tubos de escape y las partículas generadas por el desgaste de frenos y neumáticos.

Sin embargo, estas medidas aún no han sido implementadas, ya que se requiere tiempo para desarrollar métodos efectivos que permitan cuantificar estas emisiones. Según el estudio, las partículas más preocupantes son las PM10, aquellas con un diámetro inferior a 10 micras, ya que tienen la capacidad de infiltrarse en los tejidos pulmonares y causar daños significativos.

El estudio también reveló que el cobre, un componente clave en los recubrimientos actuales de las pastillas de freno, es uno de los principales responsables de la toxicidad del polvo de frenos.

En el pasado, las pastillas de freno contenían amianto, un material que fue reemplazado debido a su alta toxicidad. Sin embargo, los materiales que lo sustituyeron, aunque menos peligrosos, no están exentos de riesgos. Los investigadores observaron que al eliminar el cobre de la composición del polvo de frenos, los efectos dañinos sobre las células pulmonares se reducían considerablemente.

El cobre es uno de
El cobre es uno de los responsables de la toxicidad del polvo de frenos. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Este hallazgo resalta la necesidad de desarrollar materiales alternativos para las pastillas de freno que no sean tóxicos para la salud humana. Mientras tanto, los expertos insisten en la importancia de dar a conocer este problema y de implementar medidas regulatorias que limiten la cantidad de partículas liberadas por los vehículos.

En este sentido, los investigadores aseguran que si las medidas propuestas por la legislación EURO 7 se implementan correctamente, en el futuro podría ser obligatorio analizar las emisiones de polvo de frenos durante las inspecciones técnicas de vehículos. En caso de que un vehículo libere una cantidad excesiva de estas partículas, podría prohibirse su circulación.