El loco invento que prometía afeitar a 12 hombres al mismo tiempo

Diseñada para agilizar las barberías, esta máquina pretendía afeitar a varios hombres simultáneamente, pero su rigidez la convirtió en un fracaso

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Diseñada para agilizar las barberías,
Diseñada para agilizar las barberías, esta máquina pretendía afeitar a varios hombres simultáneamente, pero su rigidez la convirtió en un fracaso - (Imagen Ilustrativa Infobae)

En el siglo XIX, la innovación en el afeitado dio un giro inesperado con la invención de una máquina capaz de afeitar hasta a 12 hombres simultáneamente. Fabricada y comercializada por D Merry and Son en Birmingham, este excéntrico dispositivo prometía revolucionar la rutina del afeitado, pero terminó siendo un experimento fallido.

En qué consistía la extraña máquina

El concepto de la máquina surgió como una solución para agilizar el proceso de afeitado en barberías concurridas. Con un costo de siete guineas, su diseño consistía en un sistema de cuchillas sincronizadas que se movían al unísono para rasurar a varios clientes de manera simultánea. Sin embargo, el invento presentaba una falla crucial: la falta de adaptación a la forma del rostro de cada persona.

A diferencia de una navaja manejada por un barbero, que ajusta su movimiento según la estructura facial de cada cliente, esta máquina aplicaba el mismo patrón de corte a todos, sin distinción. Como resultado, en lugar de lograr un afeitado preciso, muchos usuarios terminaban con cortes y raspaduras en la piel, lo que limitó su adopción en el mercado.

Antes de las maquinillas de
Antes de las maquinillas de afeitar modernas, una empresa intentó mecanizar el proceso con una máquina que terminó causando más cortes que beneficios - (Imagen Ilustrativa Infobae)

A pesar de su fracaso comercial, el peculiar invento ha despertado curiosidad a lo largo del tiempo. En la década de 1960, el guionista y comediante británico Eric Sykes recreó la máquina en un programa de televisión para ilustrar lo aterrador que sería confiar el afeitado a un dispositivo tan implacable.

La recreación demostró de manera humorística los riesgos de un sistema de afeitado automatizado que no tenía en cuenta la individualidad de cada rostro.

Cómo ha sido la evolución del afeitado

El desarrollo de esta máquina de afeitado masivo coincidió con la evolución de otros métodos más efectivos. Antes de la aparición de las maquinillas de afeitar modernas, los hombres solían utilizar navajas de barbero, herramientas que requerían habilidad y cuidado. La invención de King Camp Gillette a finales del siglo XIX revolucionó la industria con maquinillas que ofrecían mayor seguridad y comodidad.

Gillette diseñó una cuchilla desechable que eliminaba la necesidad de afilado constante, reduciendo el riesgo de cortes accidentales. Su modelo se convirtió en un estándar, al punto de ser adoptado por las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos durante la Primera Guerra Mundial, estableciendo el hábito del afeitado diario en millones de soldados.

El extraño invento que quiso
El extraño invento que quiso automatizar el afeitado en el siglo XIX - (Imagen Ilustrativa Infobae)

¿Qué nos dice esta historia sobre la tecnología?

La máquina de afeitado múltiple es un recordatorio de que no todas las innovaciones tecnológicas tienen éxito, especialmente cuando la funcionalidad no está alineada con la comodidad y seguridad del usuario. Aunque su premisa era práctica en teoría, la falta de personalización y los riesgos asociados impidieron su adopción masiva.

Hoy en día, el afeitado ha evolucionado con tecnologías que combinan múltiples hojas, vibraciones y mecanismos ajustables para adaptarse mejor a cada tipo de piel y vello facial. Sin embargo, el intento del siglo XIX por automatizar el proceso sigue siendo una anécdota fascinante sobre los límites de la ingeniería en la vida cotidiana.

Cuáles otros inventos curiosos que no lograron triunfar

Estas son algunas de las
Estas son algunas de las ideas más descabelladas de la antigüedad - (Imagen ilustrativa Infobae)

A lo largo del siglo XX, se idearon ingeniosos pero fallidos inventos. En 1939, una fotografía en Montreal mostró una máscara plástica diseñada para protegerse de tormentas de nieve, aunque su aspecto inusual la hizo poco popular.

Otro invento llamativo fue una boquilla doble de 1955 que permitía compartir un cigarrillo, una idea poco práctica y difícil de transportar. En 1962, el británico M. W. Hulton diseñó zapatos flotantes con hélices para caminar sobre el agua, aunque eran difíciles de maniobrar.

Uno de los más extravagantes fue la “dinoesfera”, un vehículo de 1930 con una única rueda en la que el conductor permanecía inmóvil. Aunque su creador lo veía como el transporte del futuro, nunca prosperó.

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