Google DeepMind (GDM), liderada por el laureado Demis Hassabis, se ha posicionado como el núcleo estratégico de la evolución de Google en inteligencia artificial. La fusión en abril de 2023 de DeepMind y Google Brain consolidó años de trabajo en un solo equipo cuya ambición no solo busca competir con otros gigantes como OpenAI, sino también trazar el camino hacia la inteligencia artificial general (AGI). Según un artículo reciente de Fast Company, este centro de investigación ha sido descrito por Hassabis como “el motor de Google”.
Desde su creación, DeepMind trazó una línea de avances significativos. En 2020, su sistema AlphaFold 2 revolucionó el estudio de proteínas al predecir con extraordinaria precisión sus estructuras, mientras que proyectos actuales como Gemini, un modelo de lenguaje masivo, están en el núcleo de los productos tecnológicos de masas de Google. “Cada producto de Google con mil millones de usuarios, a estas alturas, tiene integraciones con Gemini”, afirmó Eli Collins, vicepresidente de producto de GDM, a Fast Company.
Gemini enfrenta aún el desafío de destronar a ChatGPT, el chatbot insignia de OpenAI, en términos de asociación pública, pero sigue ocupando un lugar central. Asimismo, Fast Company detalla que al menos “nueve productos de Google con base de mil millones de usuarios cuentan con integraciones de Gemini”. Sin embargo, no todo son buenas noticias: algunos lanzamientos suscitaron críticas debido a fallos evidentes en las capacidades del software, como imágenes generadas de manera anacrónica o recomendaciones absurdas.
Una visión pionera y multidisciplinaria
El experto en IA ha demostrado que su formación entrelaza ciencias, tecnología, filosofía y hasta arte, elementos que han impregnado también las oficinas de Google DeepMind en Londres. En palabras suyas: “El mundo necesita aportar lo que espera de la inteligencia artificial, no solo en un parche de cien millas cuadradas en California”. Fast Company resalta que esta visión de Hassabis nace de una pasión personal y un compromiso profesional con crear tecnología que “no solo resuelva retos técnicos, sino problemas reales del mundo”.
Esta filosofía se manifiesta en proyectos pragmáticos liderados por GDM. GraphCast, por ejemplo, es capaz de generar pronósticos meteorológicos precisos a 10 días en menos de un minuto, y GNoME identificó trescientos ochenta mil nuevos cristales inorgánicos útiles para mejorar baterías y paneles solares. Además, destaca Torax, una herramienta para predecir cómo controlar temperaturas extremas para la fusión nuclear. “Estamos abordando retos científicos directamente”, comentó Pushmeet Kohli, vicepresidente de investigación en GDM.
La intensificación tecnológica también conjuga colaboraciones estratégicas. Isomorphic Labs, un proyecto derivado de DeepMind para comercializar la tecnología de AlphaFold, cuenta actualmente con socios como Eli Lilly y Novartis en el ámbito farmacéutico. Aunque los ingresos proyectados podrían alcanzar los 3 mil millones de dólares (unos 2.8 mil millones de euros), Hassabis afirmó que aún priorizan los beneficios sociales sobre el corto plazo. Según explicó a Fast Company: “¿Qué mejor uso de la AI que curar enfermedades terribles? Pero será enormemente valioso para Alphabet también”.
Google frente a la presión competitiva
Desde el lanzamiento de su competidor directo ChatGPT en noviembre de 2022, Google se ha enfrentado a crecientes presiones de mercado que influyen sobre su estrategia en inteligencia artificial. Según el medio, Geoffrey Hinton, conocido como “el padrino de la IA” y miembro de Google Brain, renunció poco después de la creación de Google DeepMind para advertir públicamente sobre los potenciales riesgos del desarrollo acelerado de tecnologías basadas en modelos de lenguaje masivo (LLM).
De acuerdo con Anthony Aguirre, director ejecutivo del Future of Life Institute, citado por Fast Company, “la industria se vio arrastrada a competir en este ámbito” debido a la apertura que OpenAI dio con su modelo. No obstante, Hassabis le dijo al medio que conservar el enfoque fundacional en la investigación científica sigue siendo fundamental. “Uno de los principios que siempre hemos seguido es apoyarnos en el método científico, lo que incluye experimentar y publicar constantemente”, manifestó.
Pese a los retos, los “experimentos a largo plazo” marcados por Google DeepMind podrían ser clave para sus metas más ambiciosas. Proyecto Astra, anunciado en mayo de 2024, encapsula esta visión: un asistente de IA con capacidades de visión y comprensión del entorno físico, que aspira a ser mucho más que un simple chatbot. En palabras del propio Hassabis: “No puedes quedarte sólo en el mundo de lenguajes y matemáticas, también tienes que comprender el mundo físico.”
El legado de DeepMind y sus “moonshots”
DeepMind, desde sus inicios, priorizó hitos de investigación que definieron gran parte de lo que hoy consideramos avances en IA. Desde sistemas que dominaron el juego del Go hasta tecnologías aplicadas en laboratorios biotecnológicos, la empresa predijo caminos que revolucionarían no solo la tecnología, sino la sociedad. En ese sentido, Google ha sido pieza clave al fusionar la escala corporativa con ambiciones de mejora a gran escala. Helen King, directora de responsabilidad de GDM, comentó al medio que uno de los objetivos fue garantizar que Hassabis “dejara de hablar constantemente con inversores y se enfocara en avanzar la investigación”.
Con una mezcla de logros y desafíos, el impacto de Google DeepMind no queda en duda. Como subrayó James Manyika, vicepresidente sénior en Google: “El primer paso para preservar el enfoque de investigación es mantener vivo el espíritu DeepMind dentro de Google DeepMind.” Y mientras la industria sigue pisando el acelerador en la carrera tecnológica, no es descabellado suponer que este laboratorio podría dictar el rumbo a seguir.