Tesla, la empresa de vehículos eléctricos liderada por Elon Musk, mostró avances en la conducción autónoma total. Según informó a través de su cuenta oficial en X, los modelos Model 3 y Model Y fabricados en su planta de Fremont, California, son capaces de desplazarse de manera completamente autónoma por un trayecto de 1,9 kilómetros ( 1,2 millas) dentro de las instalaciones.
Este recorrido, que conecta las líneas de producción con el área de carga, se realiza sin necesidad de intervención humana ni de infraestructura externa, como sensores adicionales en el entorno.
Asimismo, el video compartido por Tesla muestra cómo los vehículos activan el sistema de conducción autónoma total (FSD) para moverse entre diferentes estaciones dentro de la fábrica. Una vez completado el trayecto, los autos son estacionados para luego ser cargados en camiones para su transporte hacia los concesionarios o directamente a los clientes.
Cómo Tesla pretende ofrecer una conducción autónoma segura
De acuerdo con lo publicado por Tesla, el sistema FSD utilizado en este proceso no requiere de elementos externos, como sensores instalados en el suelo o en el techo de la fábrica.
En su lugar, los vehículos dependen exclusivamente de sus propios sensores y cámaras para detectar el entorno y tomar decisiones en tiempo real. Este enfoque, que busca replicar las condiciones del mundo real, podría ser clave para la implementación de la conducción autónoma en las calles y carreteras.
El avance en Fremont no solo representa un logro técnico, sino que también podría tener grandes implicaciones para la industria automotriz. La capacidad de los vehículos para operar de manera autónoma en un entorno controlado podría servir como un modelo para futuras aplicaciones en entornos urbanos y rurales.
Sin embargo, el camino hacia la autonomía total en escenarios más complejos aún enfrenta desafíos técnicos y regulatorios, junto con críticas de varios sectores.
Cuál es la visión de Elon Musk para el futuro de los vehículos autónomos
Elon Musk, conocido por sus ambiciosas proyecciones, ha señalado que espera que los vehículos de Tesla sean completamente autónomos en los próximos años.
Según declaraciones recientes del empresario, 2025 será un año crucial para la compañía, porque planea lanzar un servicio de conducción autónoma sin supervisión en la ciudad de Austin, Texas, en junio de ese año. Este servicio, que sería de pago, sería la primera implementación comercial de la tecnología FSD.
Antes de llevar esta tecnología a las calles, Tesla está realizando pruebas en sus instalaciones de Fremont y planea extenderlas a su planta en Texas.
Musk ha reiterado su confianza en que la conducción autónoma revolucionará la industria automotriz y transformará la manera en que las personas se desplazan. Sin embargo, no todos comparten su optimismo respecto a los plazos establecidos.
Cuáles son las críticas hacia la conducción autónoma
A pesar de los avances mostrados por Tesla, expertos de la industria han expresado dudas sobre la viabilidad de los vehículos completamente autónomos en un futuro cercano.
Ali Kani, responsable de la división de Automoción de Nvidia, afirmó en una entrevista con Autocar que: “los coches verdaderamente autónomos no aparecerán en esta década”.
Según Kani, la tecnología actual aún está lejos de alcanzar el nivel de sofisticación necesario para garantizar la seguridad y la confiabilidad en todas las condiciones de conducción. El tiempo será el encargado de saber si esta revolución será inmediata o de forma progresiva.
Este escepticismo no es nuevo en torno a las promesas de Elon Musk. A lo largo de los años, el magnate ha realizado múltiples anuncios sobre la conducción autónoma, muchos de los cuales no se han materializado dentro de los plazos previstos.
Cuál es el futuro de esta tecnología
El progreso de Tesla en su planta de Fremont representa un paso importante hacia la autonomía total, pero también pone de relieve los desafíos que aún deben superarse.
La capacidad de los vehículos para operar sin intervención humana en un entorno controlado es un logro significativo, pero trasladar esta tecnología a las calles, con sus variables y riesgos, es un reto de una magnitud completamente diferente.
Mientras tanto, la industria automotriz y los reguladores observan de cerca los avances de Tesla y otras compañías en el desarrollo de la conducción autónoma.