Ahorra hasta 20 dólares al mes en la factura de energía del hogar con este truco

Un experto en eficiencia energética, compartió un sencillo consejo que podría representar un ahorro de hasta 20 dólares en la tarifa de energía mensual: reducir la temperatura del agua caliente del calentador.

Según detalló, la mayoría de los calentadores de agua están configurados para almacenar agua a temperaturas de entre 60 y 65°C, un nivel que excede las necesidades del hogar promedio.

Así que, de acuerdo a Stephen Hankinson, experto en eficiencia energética de Electric Radiators Direct, citado por Daily Express, configurar el calentador a 49°C es suficiente para satisfacer la mayoría de las necesidades diarias, como bañarse o lavar platos, y puede reducir el consumo de energía del aparato entre un 4% y un 8%.

El calentador de agua es uno de los electrodomésticos que más energía consume en el hogar. Al mantener el agua a temperaturas superiores a lo necesario, se genera un gasto energético adicional que podría evitarse con una configuración más eficiente.

Reducir la temperatura a 49°C disminuye el trabajo del calentador, lo que no solo ayuda a reducir la factura mensual, sino que también alarga la vida útil del aparato al disminuir su desgaste.

El experto destacó que este ajuste es especialmente relevante en los meses fríos, cuando el calentador suele trabajar aún más para mantener la temperatura deseada. Además, detalló que una temperatura más baja sigue siendo segura y funcional para el uso cotidiano del hogar.

Los refrigeradores deben ajustarse a una temperatura de entre 1 y 4°C, mientras que los congeladores funcionan eficientemente entre -15 y -18°C. Mantener estas configuraciones evita el consumo excesivo de energía sin comprometer el almacenamiento de alimentos.

Otro punto importante son las lavadoras y secadoras. Utilizar ciclos de lavado en frío o a baja temperatura no solo protege la ropa, sino que también reduce significativamente el consumo de electricidad. Asimismo, es preferible secar la ropa al aire libre siempre que sea posible, para limitar el uso de la secadora.

El aislamiento térmico del hogar juega un papel crucial en la reducción del consumo de energía. Un hogar bien aislado conserva mejor el calor en invierno y mantiene la frescura en verano, lo que disminuye la dependencia de sistemas de calefacción o aire acondicionado.

Para mejorar el aislamiento, se pueden sellar grietas en puertas y ventanas, usar burletes y optar por cortinas térmicas, para reducir el tiempo de uso de sistemas de climatización.

De acuerdo con especialistas, las áreas donde se pierde más calor suelen ser techos y paredes mal aisladas. Invertir en un aislamiento adecuado en estas zonas puede generar ahorros significativos en el largo plazo.

Los hábitos diarios tienen un impacto considerable en la factura de energía. Apagar luces y electrodomésticos cuando no se utilizan, desconectar cargadores de dispositivos electrónicos y optar por bombillas LED en lugar de incandescentes son prácticas simples que contribuyen al ahorro.

Otra clave es aprovechar la luz natural durante el día, abriendo cortinas y persianas para iluminar los espacios sin necesidad de encender luces. Del mismo modo, cocinar con tapas en las ollas y utilizar el microondas en lugar del horno convencional puede reducir el consumo de energía en la cocina.

Contrario a lo que se podría pensar, ahorrar energía no significa necesariamente renunciar al confort. Las tecnologías modernas, como los termostatos inteligentes, permiten regular la temperatura de los ambientes según las necesidades específicas de cada momento del día, lo que optimiza el uso de los sistemas de calefacción y aire acondicionado.

Asimismo, electrodomésticos con certificación energética, aunque inicialmente representan una mayor inversión, suelen compensar su costo con el ahorro en la factura eléctrica a lo largo de su vida útil. Adoptar estas soluciones permite mantener el bienestar del hogar mientras se reduce el impacto en el presupuesto mensual.