Muchas personas siguen cometiendo el error de elegir contraseñas fáciles de recordar pero extremadamente vulnerables a ataques para su red WiFi. Estas claves, en su mayoría, utilizan combinaciones simples como “123456″ o palabras comunes como “contraseña”, lo que facilita el trabajo de intrusos, hackers y programas especializados en descifrar claves.
Según datos de organizaciones de ciberseguridad como NordPass, “123456″ y secuencias numéricas de ese tipo, están en la lista de las contraseñas más utilizadas a nivel mundial y también son las más vulnerables.
Este tipo de claves pueden ser descifradas en cuestión de segundos, poniendo en riesgo no solo la red WiFi, sino también los dispositivos conectados y la información personal de los usuarios.
Por qué es un error usar combinaciones simples para la clave del WiFi
Elegir contraseñas simples como “123456″ o “Contraseña” es un error común por su facilidad para recordarlas. Sin embargo, estas combinaciones son las primeras en ser probadas por herramientas automatizadas utilizadas por intrusos o delincuentes cibernéticos.
Las bases de datos con listas de contraseñas más comunes suelen incluir este tipo de secuencias, lo que reduce significativamente el tiempo necesario para vulnerar una red.
Además, estudios de ciberseguridad han demostrado que muchas personas reutilizan las mismas contraseñas en diferentes cuentas y dispositivos. Este hábito incrementa los riesgos, porque una sola brecha de seguridad puede comprometer múltiples plataformas.
Cómo pueden hackear una red WiFI
Los ataques a redes WiFi pueden realizarse mediante diversas técnicas, siendo el método de fuerza bruta uno de los más comunes. Este procedimiento consiste en probar sistemáticamente todas las combinaciones posibles de contraseñas hasta encontrar la correcta. Cuando se utilizan claves simples, este proceso se vuelve extremadamente rápido.
Otra técnica frecuente es el uso de diccionarios de contraseñas, que incluyen las combinaciones más utilizadas a nivel global. Estas listas se actualizan constantemente con datos obtenidos de filtraciones de seguridad, haciendo que las claves comunes sean un blanco fácil.
Qué riesgo implica tener una red WiFi sin una clave segura
Una red WiFi con una contraseña débil no solo expone la conexión a usuarios no autorizados, sino también compromete la seguridad de los dispositivos conectados. Los intrusos pueden interceptar datos sensibles, como contraseñas, información bancaria y comunicaciones privadas.
Además, el uso no autorizado de la red puede generar problemas legales si los atacantes utilizan la conexión para realizar actividades ilícitas. En muchos casos, el propietario de la red puede ser considerado responsable de un delito hasta que se demuestre lo contrario.
Cómo crear una contraseña segura para la red WiFi
Para mejorar la seguridad de la red, es esencial crear contraseñas únicas y complejas. Los expertos sugieren utilizar una combinación de letras mayúsculas y minúsculas, números y símbolos especiales. Una longitud mínima de 12 caracteres también aumenta la resistencia frente a ataques.
Otra medida efectiva es cambiar periódicamente la contraseña y evitar compartirla con terceros. Además, es clave utilizar herramientas de gestión de contraseñas para generar credenciales robustas y almacenarlas de manera segura.
Cómo prevenir ciberataques y mantener seguras las redes y cuentas personales
Organizaciones como la Agencia Nacional de Seguridad Cibernética y empresas en ciberseguridad sugieren adoptar buenas prácticas en el manejo de contraseñas para diferentes plataformas digitales, que resguarden información sensible, como documentos personales, fotos y videos, entre otros archivos privados.
Esto incluye habilitar sistemas de autenticación de dos factores (2FA), disponibles en algunas aplicaciones de mensajería como WhatsApp siempre que sea posible, junto con evitar conectarse a redes públicas de restaurantes o aeropuertos, o que sean desconocidas sin tomar precauciones adicionales.
Otro punto clave es educarse sobre ciberseguridad y mantener el software actualizado en todos los dispositivos conectados a la red es clave para prevenir ataques. Una red segura comienza con el uso de contraseñas robustas y medidas de protección adicionales.