Aprende a usar las luces antiniebla y evita multas

Con la temporada de del invierno y sus condiciones climáticas adversas, como la niebla densa, la lluvia intensa o la nieve, la visibilidad en carretera se reduce considerablemente, lo que incrementa el riesgo de accidentes.

Ante este escenario, el uso adecuado de las luces antiniebla se convierte en un factor clave para garantizar la seguridad vial. Sin embargo, muchos conductores desconocen cuándo deben activarlas, lo que puede derivar en sanciones económicas y situaciones de peligro.

Las luces antiniebla son sistemas de iluminación diseñados específicamente para mejorar la visibilidad en condiciones climáticas de baja visibilidad, como niebla, lluvia torrencial, nieve intensa o incluso humo denso. Estas luces están ubicadas de manera estratégica en el vehículo:

• Luces antiniebla delanteras: Se sitúan a baja altura en la parte delantera del coche y proyectan un haz de luz amplio y dirigido hacia el suelo. Su función es iluminar la calzada sin reflejarse en la niebla o la lluvia.
• Luces antiniebla traseras: Emiten una luz roja intensa, más potente que las luces de posición, y sirven para advertir a los conductores que circulan detrás sobre la presencia de un vehículo en situaciones de visibilidad reducida.

Según la normativa de tráfico, solo las luces antiniebla traseras son obligatorias en condiciones meteorológicas adversas. La Dirección General de Tráfico (DGT) establece que estas deben encenderse cuando haya:

• Niebla espesa que dificulte la visibilidad.
• Lluvias torrenciales que limiten la percepción de otros vehículos.
• Nevadas intensas que obstaculicen la visión en carretera.

Las luces antiniebla delanteras, en cambio, son opcionales y su uso se recomienda en situaciones de baja visibilidad, pero su activación no es obligatoria. Además, pueden utilizarse en vías estrechas, de menos de 6,5 metros de ancho, para mejorar la visibilidad.

Encender las luces antiniebla sin necesidad puede resultar peligroso para otros conductores y acarrear sanciones. En particular, las luces traseras proyectan una luz roja muy intensa que puede deslumbrar a los vehículos que circulan detrás. Su uso indebido está regulado y puede ser sancionado con multas de hasta 200 euros.

Situaciones en las que está prohibido usar las luces antiniebla:

• Días soleados o con buena visibilidad.
• En zonas urbanas iluminadas.
• Cuando la niebla, la lluvia o la nieve no afectan significativamente la visibilidad.

Para garantizar la seguridad en carretera, es fundamental conocer el uso correcto de las luces antiniebla:

• Evalúa la visibilidad: Antes de encender las luces antiniebla, asegúrate de que la niebla o la lluvia realmente limitan la visibilidad.
• Activa solo las necesarias: Enciende únicamente las luces traseras cuando la visibilidad esté comprometida. Utiliza las delanteras como refuerzo si es necesario.
• Apágalas cuando no sean necesarias: Una vez que la niebla o la lluvia desaparezcan, apaga las luces antiniebla para no deslumbrar a otros conductores.
• Complementa con otras medidas de seguridad: Reduce la velocidad, aumenta la distancia de seguridad y activa el desempañador del parabrisas.

Es común confundir las luces antiniebla con otros sistemas de iluminación, como los faros de largo alcance o las luces diurnas. Sin embargo, cada una tiene funciones específicas:

1. Luces antiniebla delanteras: Iluminan de forma amplia y baja, mejorando la visibilidad cerca del vehículo.
2. Luces antiniebla traseras: Hacen más visible el vehículo en condiciones de baja visibilidad.
3. Faros de largo alcance (exploradoras): Proyectan un haz de luz estrecho y potente para iluminar largas distancias. Solo deben usarse fuera de zonas urbanas y sin tráfico cercano.
4. Luces diurnas: Se activan automáticamente de día para aumentar la visibilidad del vehículo, pero no sustituyen a las antiniebla.

Las luces antiniebla pueden incorporar diferentes tecnologías de iluminación, cada una con sus propias ventajas:

• Luces LED: Ofrecen mayor durabilidad, menor consumo de energía y mejor iluminación.
• Luces de xenón: Producen un haz de luz más intenso y amplio, ideales para condiciones de niebla muy densa.
• Luces halógenas: Son las más tradicionales, aunque menos eficientes que las anteriores.