La Unión Europea ha establecido un plan para eliminar gradualmente las calderas basadas en combustibles fósiles y avanzar hacia la neutralidad climática en 2045. Esta estrategia incluye medidas como la prohibición desde 2025 y la eliminación total de estas calderas en 2040, por lo que los hogares europeos tendrán que adaptarse pronto a este cambio.
Según el eurodiputado Ciarán Cuffe, estas medidas tendrán un impacto positivo en el medioambiente y en los sectores más vulnerables, al reducir las facturas energéticas y combatir la pobreza energética. Además, se espera que generen “miles de empleos de calidad en toda Europa”, fortaleciendo la economía
Cuáles son las prohibiciones y desde cuando inician
A partir de 2025, ningún Estado miembro de la Unión Europea podrá subvencionar la instalación de calderas que funcionen exclusivamente con combustibles fósiles. La legislación vigente fomenta el uso de tecnologías sostenibles, como bombas de calor, calderas híbridas y redes de calefacción urbana.
De hecho, las calderas híbridas, que combinan sistemas tradicionales con fuentes renovables, seguirán recibiendo apoyo financiero, en contraste con las que dependen exclusivamente del petróleo y el gas, cuyo futuro es incierto.
En España, la transición será compleja, especialmente en zonas rurales o en edificios antiguos que requerirán modificaciones técnicas significativas. Para facilitar el cambio, se implementarán programas de ayudas económicas, subvenciones y créditos blandos, orientados principalmente a los hogares con menos recursos.
Sin embargo, las autoridades reconocen que esta transformación no será inmediata y requerirá esfuerzos coordinados entre gobiernos y ciudadanos.
La normativa contempla excepciones para edificios históricos, como iglesias, y otros casos en los que la instalación de alternativas renovables sea técnicamente inviable. Países como Polonia y Hungría han manifestado su preocupación por los costos económicos de estas medidas, reflejando la diversidad de desafíos dentro de la Unión.
La transición hacia sistemas de calefacción sostenibles se dará de forma gradual, con fechas concretas marcadas en la agenda europea:
- 2025: A partir de este año, los Estados miembros no podrán otorgar subvenciones para la compra e instalación de calderas que funcionen exclusivamente con combustibles fósiles. Este será el primer gran paso hacia la eliminación de estas tecnologías.
- 2026: Se prohibirá la instalación de nuevas calderas de gas y gasoil en edificios residenciales.
- 2040: Fecha límite para la eliminación total de las calderas basadas en combustibles fósiles.
Aunque las calderas existentes podrán seguir funcionando hasta el fin de su vida útil, no se permitirá su reemplazo por sistemas similares. En su lugar, se incentivará el uso de tecnologías renovables y más eficientes.
Por qué eliminar las calderas de combustibles fósiles
Durante décadas, las calderas de gas, carbón y gasoil han sido esenciales en los sistemas de calefacción de los hogares europeos. Sin embargo, su impacto ambiental es muy grande: los edificios residenciales representan el 40% del consumo energético y el 36% de las emisiones de dióxido de carbono en la Unión Europea.
Este elevado porcentaje ha motivado a los líderes europeos a tomar medidas contundentes para descarbonizar el sector de la construcción y reducir las emisiones contaminantes.
La decisión de priorizar este cambio se basa en el cumplimiento de los objetivos climáticos establecidos en el Acuerdo de París, que busca limitar el aumento de la temperatura global. Reducir el uso de combustibles fósiles en la calefacción es crucial para alcanzar la neutralidad climática para 2045, una meta ambiciosa pero esencial en el contexto actual de crisis climática.
Cuáles serán las soluciones para los usuarios europeos
Ante la desaparición de las calderas tradicionales, la Unión Europea ha impulsado alternativas sostenibles que se convertirán en los sistemas de calefacción predominantes en el futuro. Entre estas opciones están:
- Bombas de calor: estas tecnologías utilizan fuentes renovables como el aire exterior (aerotermia) o el suelo (geotermia) para generar calor de manera eficiente y limpia. Su capacidad de triplicar la eficiencia energética de las calderas convencionales las convierte en una de las soluciones más prometedoras.
- Energía solar térmica: la instalación de paneles solares en edificios públicos y residenciales será obligatoria antes de 2030, siempre que sea técnicamente viable. Estos sistemas permiten aprovechar la energía del sol para reducir la dependencia de combustibles fósiles.
- Calderas híbridas: combinan tecnologías tradicionales con fuentes renovables, como paneles solares o bombas de calor, permitiendo una transición gradual hacia sistemas completamente sostenibles.