De vendedora ambulante a supervisora de un oleoducto: el día que le pidió aguante a su mamá y una llamada mágica
Rocío Suliban le contó a República Zeta cómo logró dejar atrás un pasado con incertidumbres y consiguió un trabajo que le da satisfacciones en lo personal y lo económico. El accidente que tuvo mientras hacía delivery y la conquista de sus sueños. “Nunca hay que bajar los brazos. Siempre se puede. Aunque uno toque fondo, se puede salir”, alienta a quienes alguna vez trabajaron en la calle como ella