El último grito del soldado Hermindo Luna, ametrallado a sangre fría por los montoneros: “¡Acá no se rinde nadie, mierda!”
Como conscripto fue uno de los defensores del ataque al Regimiento de Infantería 29 de Formosa, el 5 de octubre de 1975, donde murieron 12 soldados. Se negó a rendirse y a balazos partieron su cuerpo en dos. Su coraje define al formoseño, criado en el esfuerzo diario por salir de una pobreza que golpeaba duro. Hoy muchos conocen como murió pero son pocos saben cómo vivió