Un presidente borracho, un discurso grosero y un golpe de Estado: la “fiesta inolvidable” de Carlos Arosemena Monroy
El 10 de julio de 1963 el presidente de Ecuador dio un banquete en homenaje a un hombre de negocios norteamericano. Su problema: era adicto a la bebida. En total estado de ebriedad, comenzó a hablar mal de los Estados Unidos e insultó a su embajador. Al día siguiente, las Fuerzas Armadas lo derrocaron y lo enviaron al exilio. Una historia digna del realismo mágico de García Márquez