La aparición de la Virgen a una novicia francesa y el encargo de la Medalla Milagrosa
El 18 de julio de 1830 Catalina Labouré, después de haber orado fervientemente a Jesús para que le concediera el deseo de ver a la Santísima Virgen, vio a los pies de la cama un niño misterioso, a quien identificó como su ángel de la guarda. Lo acompañó hasta la capilla, donde la esperaba la Virgen sentada. En su segunda aparición, el 27 de noviembre de ese año, le hizo un pedido especial