El espía de la CIA que vendió secretos a la KGB y se hizo millonario para “darle una vida de lujos” a una mujer
Aldrich Ames entró en la agencia de inteligencia norteamericana a los 21 años y durante más de dos décadas fue un agente ejemplar. Todo cambió cuando se enamoró de la colombiana Rosario Casas Dupuy y, para ofrecerle todo lo mejor, se contactó con los soviéticos y les entregó a diez agentes que operaban en Moscú, ocho de los cuales fueron ejecutados. Durante casi una década se enriqueció a la vista de todos, menos de la CIA, que no sospechó de él hasta que fue muy tarde