Denunció los horrores que sufría en su casa y la familia que se comprometió a cuidarla la devolvió: el dolor de Luz y su final feliz
La infancia de Luz está sumida en la desgracia: su progenitora le pegaba, su padrino la abusaba, hasta que a los once años decidió alzar la voz. Llegó a un hogar de niños, pero su experiencia no resultó gratificante. Una profesora de su colegio la cobijó en su casa y, al tiempo, la devolvió. “Me sentí un paquete”, contó. Su vida cambió cuando conoció a Belén, su mamá adoptiva. Una historia de dolor, amor y paciencia