El asesinato del teniente coronel Varela, que fusiló a los obreros patagónicos, y la cadena de venganzas que provocó
El 25 de enero de 1923 un anarquista alemán, Kurt Wilckens, mató a Varela en la puerta de su casa. El atentado abrió la puerta a una serie de muertes que parecían no tener fin