Dedicó su vida a trabajar en catástrofes, pero dejó todo para adoptar a una beba que vivía sola en un hospital
Pablo Fracchia intervino en el accidente de LAPA y en el "post Cromañón", en el alud que sepultó a Tartagal y también en el Líbano, colapsado por el aluvión de refugiados sirios. A la vez, luchó activamente por los derechos de la diversidad sexual. Pero todo se puso en pausa cuando apareció Mía, una nena que había sobrevivido a la muerte en el inicio de su vida. El camino de un papá hasta conocer a su hija