Por la cuarentena cerró su peluquería y creó una página web para vender comida: “Me tengo fe, pero no quiero tirar mis años con las tijeras”
Tenía su local en San Isidro, donde impuso el "corte facha" que lucen muchos chicos de la zona. Su mujer, que atiende un espacio de belleza, también debió dejar de trabajar. Sin ingresos, con dos hijos y alquileres que pagar, lanzó un emprendimiento en el rubro de los alimentos