Se liberó de un pasado tormentoso, encontró su vocación y con 78 años pintó los murales del Jardín Japonés
Tras haber enviudado y terminar así con una relación complicada en la que estuvo inmersa durante más de cuatro décadas, Julia Funai decidió emprender una carrera como artista, creó un estilo propio y se convirtió en una figura muy reconocida dentro de la comunidad nipona de la Argentina