
Esteban Alejandro Suárez, señalado como el femicida autor del brutal crimen de San Antonio de Areco, donde mató a su ex pareja de tres disparos y luego se quitó la vida, escondía un prontuario macabro.
Suárez, según descubrió Infobae, fue condenado como uno de los asesinos de Claudio “La Clotta” Lanzetta, el icónico relacionista público asesinado en octubre de 2001 en su departamento de la calle Juncal, en medio de un supuesto encuentro con varios jóvenes de la zona de Tigre. Ninguno de los imputados superaba los 21 años de edad al momento del hecho. A Lanzetta, según la condena del caso, lo mataron para robarle.
Intentaron quitarle efectivo, así como la clave de su tarjeta. Guga Pereyra, también relacionista público, estaba allí. Le robaron también, un reloj Bulgari y su billetera, entre otras pertenencias. Ataron a ambos mientras le exhibían un arma a Lanzetta, que, según testimonios de los delincuentes, se disparó por error. La Justicia creyó lo contrario: para los magistrados, lo mataron con saña. Suárez fue uno de tres sospechosos aquella noche, que comenzó en un restaurant en Las Cañitas.
El caso, bajo el rótulo de robo a mano armada calificado por homicidio, investigado por la jueza de instrucción Silvia Ramond, llegó a una condena en el Tribunal Oral N°4 en marzo de 2003. Marcos Germán Araujo, acusado de dispararle a Clotta y darle muerte, recibió 15 años y cinco meses de prisión con la unificación de una condena previa en suspenso, a Matías Ezequiel Elorza a 13 años y a Esteban Suárez a 10, penas considerablemente menores que las pedidas por la fiscal del proceso, Cecilia Pombo, que había requerido 22 años de prisión para el principal imputado.

Así, Suárez terminó preso en un penal federal, purgó su pena y salió. En 2019, volvió a caer: fue condenado por violencia de género, lesiones agravadas y amenazas, tras ser denunciado en diciembre de 2019 por su ex pareja -que no era Florencia Revah- luego de que la tomara del cuello en la estación de servicio de Escobar donde trabajaba y asegurarle que le cortaría la cara con un cuchillo si no volvía con él.
“Estuve ahí”, reconoció Suárez en su indagatoria tras presentarse al saber las acusaciones en su contra. “Discutimos, lloramos, nos abrazamos... No la agredí, no hice nada”, afirmó: “Está todo filmado. Les digo de corazón, soy inocente”.
La declaración de la ex pareja fue particularmente incriminadora. La hermana de la víctima también fue testigo y relató un cuadro de violencia, según consta en el expediente de la UFI de Violencia de Género de Tigre, un caso investigado por el fiscal Diego Callegari. El caso fue elevado a juicio y Suárez volvió a prisión, con celdas en la alcaldía de Campana y la Unidad N°46 de San Martín. Estuvo un año preso: salió en junio de 2020.
Un año después, Suárez era denunciado por Florencia Revah, a la que finalmente asesinó.
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