El juicio contra la científica del Conicet acusada de matar a un amigo durante un presunto juego sexual se vio interrumpido luego de que uno de los jueces sufriera una grave complicación en su estado de salud. Tras haber sido dado de alta, establecieron la fecha para la reanudación del debate.

Guillermo Adárvez, quien integra el tribunal junto a Gerardo Fernández Caussi y Matías Parrón, debió ser atendido de urgencia tras sufrir un ataque cardíaco el fin de semana pasado.

Tal como pudo saber el portal local Tiempo de San Juan, ante esta situación, el juicio que comenzó el 8 de abril contra Luciana Teresita Bustos Sánchez, tuvo que ser interrumpido.

El debate tenía fecha de continuidad el próximo lunes, pero se postergó para el 19 de mayo, con el fin de que el magistrado pueda recuperarse durante estas cuatro semanas y retomar sus funciones en el tribunal. De no poder reincorporarse, el juicio tendría que empezar desde cero, lo que implicaría que todos los testigos que han sido convocados hasta ahora tengan que volver a declarar. Esto demoraría aún más la resolución del caso.

La última audiencia se llevó a cabo el miércoles 16 de abril, justo antes de la Semana Santa y, hasta la próxima convocatoria, habrá transcurrido poco más de un mes.

Sánchez está acusada de “homicidio doblemente agravado por el vínculo y por mediar alevosía en perjuicio de Amarfil, Marcelo José“, durante un presunto juego sexual. El episodio tuvo lugar la noche del 16 de enero de 2024, cuando Bustos, de 34 años, pasó a buscar a la víctima por su casa en un Ford Fiesta color gris. Juntos fueron a un local de comidas y, en horas de la madrugada, se estacionaron cerca del aeropuerto Domingo Faustino Sarmiento, donde mantuvieron relaciones.

El expediente —al que tuvo acceso Infobae— describe cómo fueron los minutos antes de que se produjera el deceso. “En estas circunstancias, la pareja se dispuso a mantener un encuentro sexual en el interior del rodado; Marcelo José Amarfil se encontraba en el asiento del conductor, completamente desnudo, con la movilidad de sus manos reducida, debido a que tenía colocadas unas muñequeras de cuero, color marrón oscuro, con un gancho y cadena (esto es un accesorio sexual y/o erótico); además, Amarfil se encontraba sin poder ver, toda vez que tenía sus ojos cubiertos con un antifaz de tela negra (similar a los que se usan para dormir), mientras que Luciana Bustos se encontraba en el asiento del acompañante”, relata la reconstrucción del caso.

Según los detalles revelados por la investigación, Bustos habría aprovechado el momento de vulnerabilidad de Amarfil para tomar un cuchillo, el cual había afilado días antes, y aplicarle seis cortes. Una de las heridas fue en el rostro y otra en el cuello, lo que resultó ser fatal debido a que “seccionó completamente la arteria carótida primaria derecha, además de vasos y arterias”. El hombre logró romper el elemento que lo mantenía atado al volante y, gravemente herido, salió del vehículo e intentó huir a pie, pero finalmente perdió la vida junto a su auto debido a un shock hipovolémico.

Un policía que realizaba una recorrida de seguridad de rutina por la zona, se encontró con Bustos, quien estaba sin remera, en ropa interior y con un líquido de color rojo en sus manos. “Mi amigo se mató, se mató con un cuchillo”, le manifestó.

En tanto, el abogado de la acusada, Néstor Olivera, aseguró que el ataque fue en legítima defensa ante un intento de abuso sexual de parte de la víctima. “Ella es lesbiana y está en pareja con una mujer desde hace cuatro años”, sostuvo.