Este jueves comienza el juicio por el crimen de Mariano Barbieri, el ingeniero que perdió la vida en 2023 en los bosques de Palermo. El homicidio tuvo lugar en la intersección de Lafinur y Av. Del Libertador, cuando un delincuente lo apuñaló para robarle su celular.
El imputado, Isaías José Suárez, enfrenta cargos de robo agravado por el uso de armas y homicidio calificado, debido a que fue perpetrado para facilitar otro delito -criminis causae-. Ambos cargos concurren en forma real, y se prevé una sentencia de prisión perpetua.
Con esa calificación, en caso de ser declarado culpable, Suárez, quien en el expediente declaró como ocupación ser “cartonero”, será condenado a prisión perpetua y deberá pasar 50 años en la cárcel, sin posibilidad de pedir libertad condicional, hasta 2073, cuando tenga 79 años.

El proceso está a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional N°11 de Capital Federal, integrado por los jueces Julio Pablo Quiñones, Julio López Casariego y Matías Buenaventura.
El fiscal Munilla Lacasa y la jueza Bernan dieron por probado en la instrucción que Suárez, quien ya contaba con múltiples ingresos a comisarías y penales, cometió el crimen de Barbieri cerca de las 22.40 del 30 de agosto, en la Plaza Sicilia, ubicada en la intersección de las avenidas Del Libertador y Casares, en Palermo.
La víctima había salido de la casa de un amigo en la que circunstancialmente paraba ese día, sobre la avenida Santa Fe y Malabia, y se encaminó hacia la zona de los bosques de Palermo para ver la luna llena, según le contó a algunos allegados con los que se mensajeó minutos antes del crimen.

Cuando se encontraba sentado en el centro de la Plaza Sicilia, el ingeniero fue abordado por un delincuente armado con un cuchillo tipo “Tramontina” que lo apuñaló en medio de un forcejeo para robarle el teléfono celular con el que huyó.
Barbieri, herido, logró cruzar avenida Del Libertador e ingresar a una heladería situada en la esquina con la calle Lafinur, donde frente a empleados y clientes se desplomó luego de pedir ayuda, tras lo cual murió camino al hospital.
La autopsia determinó que Barbieri murió de un paro cardiorrespiratorio producto de una “hemorragia interna”, provocada por una puñalada que ingresó en el tórax entre seis y siete centímetros y afectó “la pleura, el pericardio y la aurícula derecha” del corazón de la víctima.

El cuchillo con manchas hemáticas -los estudios de ADN corroboraron que era sangre de la víctima-, fue hallado al día siguiente, no por peritos, sino por un movilero de un canal de noticias, tirado en la plaza.
Fuentes judiciales revelaron que a la hora de mencionar los elementos que incriminan a Suárez, el fiscal Munilla Lacasa enumeró en su requerimiento el mismo cúmulo probatorio ya mencionado en el procesamiento que le dictó la jueza Bernan el 13 de septiembre y que fue confirmado por la Sala V de la Cámara del Crimen el 10 de octubre.
En primer lugar, está la declaración del testigo clave de la causa, un vecino de Palermo que por esas horas paseaba a su perro por la plaza Sicilia, vio el ataque y llamó al 911 para darle a la Policía de la Ciudad una descripción del agresor que se fugaba y vestía una campera tricolor azul, blanco y rojo con capucha roja y que llevaba una bufanda y lo que parecía una mochila.

Con esos detalles, los investigadores de la División Homicidios de la policía porteña reconstruyeron con al menos 15 cámaras el recorrido que en 56 minutos hizo el presunto homicida para llegar a la escena del crimen y huir de ella rumbo al Barrio 31 de Retiro, donde Suárez fue detenido el 4 de septiembre.
El testigo clave luego reconoció en rueda de presos a Suárez como el autor del crimen de Barbieri.
Además, se destacó los estudios realizados por la División Reconocimiento Antroposcopométrico de la Policía de la Ciudad que concluyeron que Suárez poseía ciertas características fisonómicas, antropométricas, gestuales y en su marcha compatibles con las del presunto autor del hecho.
A su vez, se estableció que Suárez presentaba varias lesiones en su cuerpo, particularmente en el cuello y los hombros, compatibles con la situación de lucha descripta por el testigo y con una data de producción concomitante al día del hecho.

Otro elemento valorado por la fiscalía es que, al momento de su detención, Suárez tenía una gorra y una bufanda similares a las que se visualiza en los videos.
El crimen de Barbieri provocó el desplazamiento del entonces ministro de Justicia y Seguridad porteño, Eugenio Burzaco, quien el día del hecho se encontraba en Estados Unidos viendo un torneo de tenis. Fue reemplazado por Gustavo Coria.
El 8 de septiembre del año del crimen, la familia del ingeniero encabezó en Palermo una marcha para pedir Justicia por el crimen y por todas las víctimas de violencia, bajo el lema “No me quiero morir”, en referencia a las últimas palabras que pronunció Barbieri antes de desplomarse en la heladería.
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