La trama del negocio de “El Verdulero”, “El Boli” y “El Kinesiólogo”, los nuevos jefes narco del Oeste

Los sospechosos, acusados de integrar la cúpula de una banda con base en Moreno, fueron arrestados por la Policía Bonaerense y el fiscal Sebastián Basso pidió sus procesamientos. El Audi para entregas de droga, la concesionaria investigada y los ataques en un predio de Rafael Castillo que dieron comienzo a la causa

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Video: la concesionaria investigada, el Audi TT y las ventas de droga a plena luz del día

La semana pasada, cuatro sospechosos fueron allanados y arrestados por la Policía Bonaerense acusados, de ser los capos de una nueva tribu dealer de la zona oeste,.

Ernesto S., nacido en Paraguay, tiene 48 años y una casa en la Villa Santa Catarina de Ingeniero Budge. Se había registrado años atrás como un comerciante honesto en los rubros de verdulería y carnicería de la AFIP. Estuvo encerrado en un penal federal. Hoy, Ernesto, “El Verdulero”, está preso en la Unidad N°39 de Ituzaingó. Su mano derecha, César B., “El Kinesiólogo”, de 43 años, paraguayo también, tiene un domicilio porteño y una vieja alta impositiva en los rubros de enfermería y terapia. Tal vez, fue un kinesiólogo realmente. Ahora, operaba, según la acusación en su contra, un kiosco de coca en Las Lomas, partido de Moreno, disimulado detrás de un almacén.

Los siguen en importancia personajes como Elías M., “El Negu” o “El Boli” para sus amigos, nacido en Argentina, de 42 años, vecino de Moreno. Nunca tuvo un trabajo en blanco en su vida. Guardaba su stock, según la acusación en su contra, en una cueva sobre la calle Larralde. Adrián Gómez, otro argentino, “El Carnicero”, era empleado de un frigorífico de Los Polvorines, un aparente experto en finanzas, supuestamente a cargo de los números de la organización.

Así, la Bonaerense fue por ellos, con una causa en su contra a cargo del fiscal federal Sebastián Basso y el juez Juan Manuel Culotta.

En el sentido del reloj:
En el sentido del reloj: "El Carnicero", "El Boli", "El Verdulero" y "El Kinesiólogo"

En el expediente a cargo del juez Culotta y el fiscal Basso, se investigó a los cuatro acusados y a otros siete de sus subalternos como integrantes de “una estructura jerárquica y organizada, dedicada a la comercialización y distribución de estupefacientes en distintas zonas del conurbano bonaerense, con operaciones que se extienden a los Partidos de La Matanza, Lomas de Zamora, Moreno, Merlo y Morón”, según un escrito al que accedió Infobae.

La redada a cargo de la Dirección de Investigaciones de Delitos Federales, que depende de la Superintendencia de Delitos Complejos de la Bonaerense, incluyó 19 allanamientos a lo largo del Oeste, así como el secuestro de 15 millones de pesos, 3800 dólares, medio kilo de cocaína, armas y computadoras. La celda de Ernesto S. también fue allanada: entre los detenidos hubo otros cuatro subalternos que, de acuerdo al organigrama de la banda, reportarían directamente a “El Boli” y “El Kinesiólogo”. Las pruebas de la causa incluyen una serie de filmaciones que ilustran esta nota, transas a plena luz del día, con autos como un Audi TT blanco, impecable.

Entre los puntos allanados, se encuentra una concesionaria en San Justo, que, según sospecha Basso en su pedido de allanamiento a la Bonaerense, “podría ser uno de los destinos finales de aplicación de los activos económicos” de la banda de “El Verdulero”. Un testigo aseguró sobre uno de los imputados, nostálgico: “Desde que se metió en la falopa ya no es el mismo. Si lo vieran, anda con autos que ni en mi vida voy a tener”.

Balas y pistolas secuestradas a
Balas y pistolas secuestradas a la banda de "El Verdulero"

La nostalgia de perder a un amigo se mezclaba con cierta amargura. Este testigo involucró al acusado, miembro de la cúpula de la banda, con el dueño de la concesionaria. El Audi TT, precisamente, está vinculado a esa agencia de autos. Las filmaciones muestran al coche top de la industria alemana en varios movimientos sospechosos, con imputados del expediente a bordo.

Este miércoles, el fiscal Basso pidió al juez Culotta el procesamiento de “El Boli”, “El Carnicero” y” “El Kinesiólogo”, por el delito de narcotráfico. Sin embargo, no lo hizo para Ernesto S., del que solicitó información sobre la causa que lo mantiene preso. Su actual rol como jefe de la banda, por lo pronto, es una versión policial que llegó hasta el fiscal, que deberá plasmarse en el expediente. Al parecer, tiempo atrás, habría perdido el mando, algo que suele pasarle a los capos presos. Sin embargo, detectives del caso creen que todavía dicta las órdenes.

En la trama de la banda hay un lugar central, su zona cero. “La Ladrillera”, se llama, casi un descampado en un asentamiento de Rafael Castillo, sobre la calle Estanislao del Campo. Allí fue donde comenzó la historia de la organización.

Los siete detenidos del caso
Los siete detenidos del caso

Muerte a tiros en el feudo de “El Verdulero”

En “La Ladrillera”, la banda montó su primer kiosco dealer, que comenzó a ser vigilado por la Bonaerense en agosto de 2024. Se vieron las escenas usuales, con adictos, soldaditos y satélites. Pronto, las operaciones de la banda se convirtieron en un éxito del hampa, con tres cuadras de cola de adictos que esperaban para comprar estupefacientes.

Tiempo después, los policías que vigilaban la zona recibieron un alerta que los obligó a regresar de forma urgente a “La Ladrillera”: “Una vez en el lugar, se entabló conversación con varios vecinos de la zona, quienes informaron que en el día anterior, en horas nocturnas, una banda residente del barrio mantuvo un enfrentamiento armado para disputar el control del territorio del descampado, en virtud de lo cual una mujer y un hombre resultaron heridos con armas de fuego, luego de lo cual se hicieron presente móviles policiales quienes intervinieron en el lugar”, puede leerse en el expediente.

En ese ataque, una chica de 19 años fue asesinada. Su nombre era Candela Mustafá. Un chico de 22 años también resultó herido, con un disparo en una de sus piernas. Los vecinos protestaron poco después. Llegaron hasta la Municipalidad local, buscaron echar a los dealers con un cartel que decía: “ACÁ NO SE VENDE MÁS”.