En un allanamiento por robo, descubrieron un búnker narco y detuvieron a un policía que era cliente

Ocurrió en una vivienda de las calles Sánchez de Bustamante y Verona, en el barrio San Marcelo de la ciudad de Corrientes

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En un allanamiento por robo
En un allanamiento por robo se desmanteló un búnker narco en la ciudad de Corrientes

Un allanamiento en el marco de una causa por robo en Corrientes derivó en el hallazgo de una operación de narcotráfico que sorprendió a los investigadores. En el lugar, funcionaba un bunker narco que tenía como cliente a un oficial de policía.

Es que lo que parecía ser una rutina de investigación por un delito menor se convirtió en un operativo que destapó una red de venta de estupefacientes a gran escala, con al menos tres personas detenidas, incluyendo a un policía provincial que, según las primeras declaraciones, habría sido cliente del lugar.

El operativo se llevó a cabo el último sábado pasadas las 15, por personal de la Comisaría Décimosexta en una vivienda ubicada en la intersección de las calles Sánchez de Bustamante y Verona del barrio San Marcelo de la ciudad de Corrientes, una zona que hasta ese momento no había sido señalada como un punto de conflicto.

La investigación que llevó a los agentes a la dirección comenzó con una denuncia por un robo reciente en una cancha de fútbol cercana según informó el portal del Diario Época.

Los investigadores tenían indicios de que una motocicleta Zanella ZB de 110 cc., que había sido sustraída, podría encontrarse en esa casa. Sin embargo, lo que inicialmente parecía ser un allanamiento rutinario por un caso de robo, se transformó rápidamente en algo mucho más complejo.

En la vivienda no solo se había encontrado la motocicleta robada, sino que también se detectaron otros ilícitos. Durante el procedimiento, los agentes se toparon con una operación de narcotráfico en curso, en la que se vendían microdosis de cocaína a los vecinos de la zona.

A raíz de esto, se produjo la demora de tres personas, identificadas como Acosta, Saucedo y Sena, quienes tenían antecedentes por robos y hurtos. Acosta, en particular, era el principal responsable del “búnker narco”, mientras que otra mujer, identificada como Mora, no fue detenida.

Dentro de la vivienda, los efectivos encontraron elementos que evidencian la actividad ilícita que se desarrollaba allí. Entre los objetos incautados se incluyen 13 teléfonos celulares de diferentes marcas y modelos, cuyo origen era sospechoso, 47 microdosis de cocaína, y más de 200.000 pesos en efectivo. Los agentes también hallaron cuatro vainas servidas y una intacta de balas calibre 9 milímetros, lo que generó más inquietud, ya que no se localizó el arma de la que fueron disparadas.

Entre los detenidos hay un
Entre los detenidos hay un efectivo de la Policía de Corrientes que sería cliente del lugar

Sin embargo, lo más sorprendente ocurrió en el momento en que se descubrió que uno de los detenidos en este búnker narco era un cabo primero de la Policía de la provincia de Corrientes, quien estaba armado y uniformado en el momento del allanamiento.

Según la versión que brindó, habría ido a esa casa para reparar su celular. Tiempo después, el efectivo habría admitido que consumió estupefacientes dos horas antes del procedimiento.

Posteriormente, el oficial, que presta su servicio en la localidad de Mocoretá, una localidad correntina situada a 410 kilómetros de la capital provincial, fue arrestado y sometido a las pruebas correspondientes para determinar si había consumido drogas. Tras su detención, fue trasladado a la comisaría Primera y desafectado de la fuerza con un sumario interno para investigar lo sucedido.

Ante lo ocurrido, el caso, que inicialmente estaba bajo la órbita de la comisaría Decimosexta, fue derivado a un Juzgado Federal, que ahora se encarga de la causa.

Ahora, el juez interviniente quien tendrá que analizar los vínculos entre los detenidos, el posible vínculo de la policía en el hecho y la magnitud de la operación de narcotráfico descubierta en el procedimiento. En tanto, las autoridades no descartan que haya más personas involucradas, tanto en la venta de estupefacientes como en la posible protección de estas actividades.