La trama detrás de la banda que seducía hombres para secuestrarlos, torturarlos y publicar sus videos en las redes sociales

Se trata de un grupo de violentos que cometió graves delitos, con penas que llegan a los 25 años de prisión. Hay un menor involucrado. Cómo fue su detención

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Seducían hombres en redes sociales, los secuestraban, torturaban: uno de los ataques de la banda que decía capturar pedófilos, pero todo era un ardid

Para entender esta historia, tan oscura y macabra que asusta, es necesario prescindir de cualquier recurso literario y narrar, desde el comienzo, los hechos de manera absolutamente lineal. Veamos.

En los últimos días, la Justicia detuvo a una banda integrada por cuatro hombres y una mujer que se dedicaba a seducir hombres en redes sociales, privarlos de su libertad durante horas y torturarlos en departamentos de alquiler temporario en plena Ciudad de Buenos Aires.

Todos los ataques los grababan y subían los videos a las redes sociales. Las humillaciones y vejaciones llegaban a límites insospechados. Solo para ejemplificar: a una víctima le hicieron comer excremento y le hundieron la cabeza en el inodoro. Las humillaciones iban conjugadas con golpizas crueles.

Hay más datos que tornan esta historia increíble. La banda se hacía llamar en las redes sociales los “caza-violines”. El grupo creaba contenido donde “atrapaba” a presuntos violadores de menores. Según la investigación de la justicia, muchas de esas situaciones eran inventadas y generadas por ellos mismos.

Seducían hombres en redes sociales, los secuestraban, torturaban: otro de los crueles videos que postearon en las redes sociales

Infobae logró reconstruir parte de la acusación que consta en la justicia de menores, ya que uno de los detenidos tiene 17 años.

Los “Caza -Violines”

La organización, que fue desbaratada por la justicia el 2 de abril pasado, estaba conformada por cuatro hombres cuyas edades oscilan entre los 17 y los 29 años. También pertenecía al grupo una joven de 21 cuya participación en todo el asunto era fundamental.

El líder del grupo es un hombre de 29 años llamado Brandon Joaquín Maldonado. Con más de 80 mil seguidores en Instagram, comenzó a hacerse viral hace algunos años por sus videos en los que, presuntamente, “cazaba” a supuestos pedófilos que, siempre según lo que él mismo contaba, había citado en un lugar público, haciéndose pasar por una menor de edad.

Cuando los tenía frente a él, en lugar de llamar a la Policía, los golpeaba.

“Comenzó mostrando ese tipo de material y cobró cierta notoriedad en el mundo de las redes sociales. Sus videos, muchas veces, se hacían virales. Luego de eso, se cebó y formó un grupo de personas que llevaron esas situaciones a límites insospechados. Ya no sólo golpeaban en la vía pública, también los secuestraban durante horas para torturarlos”, explica alguien que investigó en profundidad el caso.

Además de generar videos virales, Maldonado, que utilizaba también el sobrenombre de “Brandom Lee”, generó una comunidad que lo empezó a ver como un héroe contra la pedofilia y el grooming. De hecho, conocida la noticia de su detención, se generó una especie de clamor para lograr su liberación.

El caso que destapó la olla

A comienzos de marzo de este año, un hombre de unos 40 años ingresó a una aplicación de citas. Una vez allí, conoció virtualmente a una mujer de 21 años con quien empezó a chatear. Esa conversación luego se trasladó a WhatsApp. Lo que no sabía el hombre, es que esa mujer era parte de la banda que ahora está detenida.

Siempre teniendo en cuenta las capturas de chat que analizó posteriormente la justicia, la conversación continuó de manera normal entre dos personas adultas. Incluso, la mujer hizo hincapié en que tenía 21 años y envió sus fotos, donde claramente se veía a alguien mayor.

“La tendencia de la joven era tornar la charla en algo más sexual”, reveló una fuente judicial.

La joven en cuestión, durante la charla, enviaba muchos mensajes seguidos y, en medio de la conversación, envió la frase “tengo 13”.

“Esto lo solían hacer. Entre medio de los mensajes enviaban esa frase, aunque el hombre, desde el principio, estaba charlando, claramente, con una mujer mayor. La foto de perfil y las imágenes que ella mandaba era de una persona adulta. Luego, cuando el hombre quería clarificar esa situación, cambiaba de tema y la charla seguía”, contó otra fuente del caso

Para la justicia y el juzgado que interviene, no se trataba de alguien que estuviera haciendo grooming, sino de una persona engañada.

Luego, en este caso puntual, la charla continuó entre ambos hasta que la mujer invitó al hombre a tener un encuentro presencial en su departamento, ubicado en avenida Corrientes al 4300. El lunes 3 de marzo, por la noche, la víctima se hizo presente en el domicilio. Ni siquiera imaginaba lo que estaba a punto de vivir.

La mujer de 21 años lo recibió en la vereda, según revelan las cámaras de seguridad de la zona, y lo hizo subir. Una vez en el departamento, cuando el hombre estaba sentado en el sillón, aparecieron los cuatro hombres que completaban la banda. Todos con físicos imponentes y con celulares grabando la situación.

Lo que siguió después es imposible de narrar en detalle. El hombre fue sometido a múltiples vejaciones, humillaciones y golpizas salvajes. En medio de ello, gritos donde se lo acusaba de pedófilo y celulares encendidos grabado la escena. Pero eso no era lo único que iba a soportar el hombre. Era sólo el comienzo.

La banda comenzó a realizar una transmisión en vivo a través de la aplicación de streaming Kick. Allí tomaron el teléfono del hombre malherido y mostraron la parte de la conversación de la “fantasía de los 13 años” para justificar que habían atrapado a un pedófilo que había cometido grooming con una menor. Nunca revelaron el chat completo.

No fue lo único que hicieron con el teléfono, siempre según los datos que figuran en el expediente. Mientras esa noche la audiencia comenzaba a multiplicarse, revelaron ante miles de personas los números de teléfono de todas las personas de confianza del hombre. En pocos minutos, los teléfonos de familiares, amigos, empleadores, socios y conocidos comenzaron a llenarse de mensaje y acusaciones. La vida de la víctima estaba prácticamente arruinada.

Al cabo de dos horas y media, que es lo que aproximadamente duró el vivo, decidieron liberarlo con la amenaza de que no hable. A pesar de esto, el hombre realizó la denuncia en la justicia y ahí comenzó la investigación.

Un dato más de la mujer de 21 años que resultaba fundamental para atraer a los hombres, ya que en algunas ocasiones se hacían videollamadas. En las redes sociales se hacía llamar abiertamente “La carnada”.

Cómo cayó la banda

A pesar de que la denuncia recayó en manos de una fiscalía de mayores, rápidamente, al comprobarse que había un menor entre los agresores, todo se traspasó al Juzgado Nacional de Menores N°1, a cargo de Cristian Von Leers y de la secretaría N°3 de Rodrigo Lozano. Ambos realizaron una rápida y exhaustiva investigación, junto a la brigada de investigaciones de la Comuna 5 de la Policía de la Ciudad.

Durante 20 días, los investigadores consiguieron datos de los acusados, domicilios y, sobre todo, la patente de una camioneta que la banda solía usar. Mientras se recababan esos datos, sucedió algo inesperado.

En la madrugada del 2 de abril pasado, la banda encendió un vivo en su cuenta de Kick. Había un nuevo hombre que estaba siendo torturado. Esto encendió las alarmas y los efectivos de la brigada comenzaron a revisar, a contrarreloj, los datos de los anillos digitales para encontrar el recorrido de la camioneta y, de esta manera, llegar al lugar donde estaba sucediendo la nueva situación.

Luego de algunas horas, lograron encontrar la camioneta, aunque no el departamento exacto donde se estaba produciendo la transmisión en vivo. Por eso, se decidió poner una consigna en el vehículo a la espera de que aparezcan los agresores. Al cabo de unos minutos llegaron los cinco integrantes que, desde ese momento, están detenidos.

Hasta ahora existe un solo denunciante en el expediente, aunque se sabe, por los videos publicados, que son muchas más. Por eso, el juzgado que investiga busca nuevas víctimas para engrosar la causa.

La calificación que pesa sobre los cinco imputados es sumamente grave. Están acusados de privación ilegítima de la libertad agravada por violencia, cantidad de personas y por obligar a la víctima a hacer o tolerar actos en contra de su voluntad. La pena por este delito es de 10 a 25 años. Sin embargo, para los cuatro mayores puede ser aún peor, ya que los montos se agravan por haber utilizado a un menor.

Aunque parezca increíble, los videos donde quedaron registradas las vejaciones y las golpizas todavía siguen publicadas en redes sociales de uso masivo.

Más allá de la investigación de la justicia, hay algo que aún no pudo ser revelado del todo. ¿Cuál era el objetivo de semejantes aberraciones? Para los especialistas que tomaron contacto con el expediente, la única explicación pasa por dos puntos: el goce del sufrimiento ajeno y la creación de contenido para las redes sociales.