Los videos de TikTok de la policía que fue presa por ser viuda negra y el error que la llevó a la cárcel

Micaela Garrido está alojada en un penal de Merlo. Cómo engañó junto a su hermana y a otra mujer a la víctima, quien la denunció y aportó un perfil de Facebook que fue clave en la investigación

Guardar
Los Tiktoks de Micaela Garrido, policía y viuda negra

En TikTok, Micaela Garrido ofrecía “regalitos”. Claro que la cabo de la Policía Federal parece aclarar en la mismo bio que, para acceder a los obsequios, se debe abonar una contribución. Al menos así lo sugiere el alias que puede apreciarse en su perfil de la red social.

En las fotos y videos que publicó aparece armando tragos, en ropa interior y en locales nocturnos, imágenes que nada tienen que ver con el trabajo que hacía en la comisaría Terminal de Ómnibus del barrio porteño de Retiro.

Y, a juzgar por la causa en su contra, esa no era la única actividad que le generaba dinero. Días atrás fue detenida acusada de haber cometido un robo como viuda negra, un modus operandi que creció durante los últimos meses en la Ciudad de Buenos Aires y en el conurbano.

El caso, a cargo del fiscal de Benavídez, Cosme Iribarren, casi queda impune debido a que la víctima desconocía la identidad de la mujer que se presentó como “Flor” en un boliche de Palermo y fue a su casa de Villa La Ñata junto a otras dos amigas.

Micaela Garrido
Micaela Garrido

Sin embargo, y para fortuna del hombre que cayó en la trampa, un detalle permitió a los investigadores de la SubDDI de Tigre llegar al fondo del asunto.

Todo comenzó el 14 de diciembre, cuando la víctima fue con un amigo a una de las discos que rodean Plaza Serrano. En el lugar, mantuvo “una charla con un grupo de chicas”.

“Pegué buena onda con una que tenía pelo morocho y se hacía llamar ‘Flor’, de 30 años aproximadamente”, relató el denunciante. Se trataba de Garrido.

Junto a ella, se encontraba otra mujer de cabellos rubios. Recordó que llevaba un tatuaje de San La Muerte en su brazo derecho. La tercera participante, era colorada y era más joven que las otras dos, según describió.

A las 8, los cuatro salieron del boliche y las mujeres le propusieron “seguirla” en algún lado. El hombre accedió ir a su casa. Fueron en su auto. Cuando llegaron, fue a su habitación con “la morocha”, mientras las dos se “quedaron en el living”.

Cuando salió, después de unos minutos, notó que estaban jugando con sus instrumentos: dos guitarras eléctricas, otras dos criollas, amplificadores y micrófonos, entre otros elementos como padales y cables. Se los sacó. “No son para jugar”, les dijo.

En ese momento, la mujer de cabello colorado le ofreció un vaso de Vodka. Le dio un sorbo y regresó a la habitación. Se acostó en la cama junto a la morocha. Llegó a ver a la rubia recostarse junto a ellos antes de quedarse profundamente dormido.

La víctima de la viuda negra despertó cerca de las tres de la tarde. Estaba mareado y se caía al piso. Dedujo que no era una simple resaca. Las mujeres con las que había compartido la noche ya no estaban. Tampoco encontró su celular ni su billetera. Ninguna de sus guitarras estaban a la vista. Las ladronas, además, se habían llevado su auto.

El error que la llevó a prisión

Un amigo de la víctima recibió, el 2 de enero, un mensaje de un amigo en el que le advertía que le habían ofrecido dos guitarras eléctricas, idénticas a las que le habían robado.

El número en cuestión estaba asociado al usuario de Facebook “Belleza de Manos y pies Micaela”. En ese momento recordó que una de las mujeres, de cabello rubio, le había indicado que era manicura. Los detectives lograron determinar que esa cuenta y celular pertenecían a Naiara, hermana de Micaela.

De acuerdo a los informes de la empresa de telefonía celular y la apertura de antenas, el dispositivo había estado físicamente el día y horario del hecho en Villa La Ñata, para luego, a la noche, ubicarse en Villa Lugano, donde residen las hermanas.

Otro detalle: el vehículo de la víctima había sido abandonado el 18 de diciembre, a 13 minutos de distancia del domicilio de las imputadas. Por último, los agentes descubrieron que el día del robo, Naiara llamó con su celular a una línea. Ese teléfono pertenecía a Micaela.

Según el informe, el aparato emitió señal en la zona de Tigre desde las 8.42 hasta las 940. Era la misma mujer que había sido retratada por la víctima, antes de dirigirse a su casa, y que envió a sus amigos para jactarse de la conquista.

Con toda las evidencias en sus manos, Iribarren pidió el procesamiento de Garrido por el delito de robo agravado por haberse cometido en poblado y en banda y por su calidad como integrante a la fuerza policial.