Un enfrentamiento armado entre barras de Sarmiento de Junín dejó tres heridos de bala

Ocurrió en las afueras del estadio, en la previa de Sarmiento-Barracas. El partido se detuvo a los 27 minutos por los incidentes, aunque el árbitro decidió reanudarlo tras una larga pausa

Guardar
La barra de Sarmiento de Junín a los tiros

La previa del partido entre Sarmiento y Barracas, por la fecha 9 del Torneo Apertura, estuvo marcada por un episodio de violencia que empañó el encuentro: barras del club de Junín, en el interior de la Provincia de Buenos Aires, se enfrentaron a los tiros, dejando un saldo de tres heridos de bala.

Todo comenzó cuando los hinchas ingresaban al estadio Eva Perón, y a 300 metros del anillo de seguridad, donde chocaron miembros de la barra oficial y la disidente.

Según la información, se escucharon “no menos de 15 disparos” en un lapso de media hora. Fuentes policiales aseguraron que se registraron dos personas con heridas de arma de fuego, uno en el brazo y el otro, en la pierna. Ambos fueron atendidos en el Hospital Piñeyro.

Un tercer herido fue trasladado al mismo centro de salud en ambulancia con una herida de arma de fuego en un brazo. El medio Junín 24 confirmó que se trata Pablo “Pokemón” Farías, un boxeador local, quien fue interceptado en 12 de Octubre y Pueyrredón por hombres que llegaron en moto, y estaría relacionado con el inicio de los incidentes.

Por último, se conoció que un hombre recibió un golpe contundente en la cabeza.

A raíz de los incidentes, el árbitro Adrián Merlos resolvió detener el encuentro a los 27 minutos del primer tiempo. Sin embargo, tras una pausa de 12 minutos, decidió retomarlo.

En ese momento, algunos hinchas, en desacuerdo con la decisión, se subieron al alambrado para pedir la suspensión y otros optaron por salir del estadio. Incluso, desde la tribuna arrojaron un palo en dirección al arquero de Barracas Central.

El partido finalizó con un empate, luego de que Merlos añadiera 11 minutos de tiempo adicional.

A los tiros en Nueva Pompeya

Cerca de las once de la noche del viernes, se escucharon varios disparos de arma de fuego en Nueva Pompeya, más precisamente, en la calle Corrales, ahí donde manda el jefe de la barra de Huracán, Claudio De Respinis.

Mientras el ruido de los percutores se confundía con el de los truenos, un tiroteo intenso cruzaba de uno a otro lado de la arteria donde vive el líder de la José C. Paz, la facción oficial que lidera la tribuna del Globo. Los vecinos llamaron a la Policía y después de varios minutos de cruzarse con armas de fuego, todos fueron identificados aunque no se produjo ninguna detención porque cuando vieron venir a los patrulleros los barras descartaron los revólveres, extrañamente ninguno apareció y no se les pudo imputar el delito de abuso de armas por lo que la causa quedó caratulada como daño, por los impactos de bala en los vehículos y el frente de la casa y averiguación de ilícito.

La Fiscalía Sur dio la orden de identificar a los que agarraron in situ, hacer pericias sobre el hogar de De Respinis y sobre el auto donde habían llegado los miembros de la facción disidente y cada uno a su casa.

Lo sucedido anoche es el último eslabón de una cadena que se viene gestando desde el año pasado. Un grupo de barras de Huracán de la Villa Zabaleta, Villa Lugano, Soldati y de Parque Patricios que lidera el Gordo Pablo está tratando de desbancar a la familia De Respinis que lideran la tribuna hace casi 30 años.