Rosario: asesinaron a tiros a una enfermera cuando salía a trabajar

La víctima, de 31 años, recibió siete disparos en la cochera de su casa de la zona noroeste de la ciudad. Su hijo de 11 años y su padre escucharon las detonaciones y llamaron al Sies. El caso es investigado por la fiscal María de los Ángeles Granato

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El hecho ocurrió en Pasaje
El hecho ocurrió en Pasaje Prusia al 6700

Una joven de 32 años fue asesinada a tiros en la mañana de este martes, cuando estaba por salir de su casa, ubicada en la zona noroeste de Rosario, rumbo al Hospital Centenario, donde trabajaba como enfermera. Según investiga la fiscal María de los Ángeles Granato, a Ailén Ayelén Oggero le dieron siete disparos desde un auto y minutos después falleció en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez.

La balacera tuvo lugar minutos después de las 7 en Pasaje Prusia al 6700, entre San Lorenzo y Santa Fe, cuando Oggero cerraba la puerta de su domicilio. De inmediato, testimonios recolectados por investigadores policiales dieron cuenta de que la víctima había denunciado en reiteradas oportunidades a una ex pareja por violencia de género, quien la había amenazado de muerte.

La mecánica de ataque directo, las declaraciones tomadas en el lugar y el hallazgo de las pertenencias y del auto de la víctima hacen que la línea investigativa de robo haya sido descartada en un primer momento.

“Tenemos varios datos, trabajamos sobre una hipótesis muy fuerte. Hay varias cámaras, tenemos algunos datos que nos pueden llevar a un buen puerto”, expresó en conferencia de prensa Diego Santamaría, jefe del Comando Radioeléctrico.

Según la revisión hecha por los médicos, Oggero sufrió cinco heridas de arma de fuego.

“El hijo fue uno de los primeros que la ve. La otra persona que escuchó los disparos fue su papá, que llega al lugar y llama al Sies (Sistema Integrado de Emergencias Sanitarias). Yo descartaría la hipótesis de robo. Esperamos llegar al asesino”, concluyó Santamaría.

Prisión perpetua para el ex prefecto que mató a puñaladas a su madre y al novio de la mujer

El pasado viernes, el ex prefecto Mauricio Cristian Marionsini (34) fue condenado a la pena de prisión perpetua por haber matado a puñaladas el 20 de enero del año pasado a su madre, Tamara Marionsini (53), y al novio de ella, Silvio Rubén Martini (65). El doble crimen ocurrió en el domicilio familiar, ubicado en Vera Mujica al 4800, donde también funcionaba el almacén que era atendido por la familia.

Mauricio Marionsini fue condenado por
Mauricio Marionsini fue condenado por el doble crimen

La audiencia se llevó a cabo en el Centro de Justicia Penal, tras el acuerdo entre el fiscal Alejandro Ferlazzo y el defensor de Marionsini, que fue homologado por el juez Pablo Pinto.

De acuerdo a la acusación, el ex prefecto agredió a las víctimas en dos secuencias diferentes y todo quedó filmado por las cámaras de videovigilancia que tenían la propiedad y el local familiar.

Además, el presunto homicida detalló en un papel todo el plan criminal. Dejó escrito que debía vender un auto, una moto y comprar un pasaje para irse a Perú. Al ser detenido días después del doble homicidio, dijo ante la Policía: “Yo los maté”.

Según la investigación, Marionsini esperó que se fuera el empleado que trabaja en el almacén que forma parte del inmueble familiar. Luego, cuando vio que su madre fue a apagar las luces del negocio, la apuñaló por la espalda. Inmediatamente después, se dirigió a la habitación donde dormía Silvio Martini y le dio varios puntazos. Esa fue la primera parte del ataque.

El ex agente federal después volvió a apuñalar en reiteradas oportunidades a su madre y, posteriormente, le dio otros puntazos más a Silvio, que había llegado a arrastrarse desde la cama hasta el sector del comedor. Por si fuera poco, al ver que continuaban con signos vitales, “comprimió sus zonas vitales” hasta matarlos.

Una vez que se aseguró que la pareja había muerto, robó dinero de la caja registradora del comercio de su madre, lo contó arriba de la mesa del comedor, sustrajo los teléfonos de las víctimas y se fue a la parte de arriba de la casa, donde se cambió de ropa. Después, volvió para limpiar la escena del hecho y metió los cuerpos en bolsas de consorcio.