“Devolvé lo que debés, no vas a tener donde esconderte”: el crimen sicario en Recoleta y una escucha clave

La investigación apunta a que Fabián Sturn fue asesinado por alguien a quien consideraba su amigo y que fue compañero de prisión en Uruguay. Las coincidencias con una causa conexa y la trama narco que ventiló la escucha

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Crimen sicario en Recoleta: así fue el ataque

El crimen por encargo ocurrido en diciembre del año pasado en pleno barrio de Recoleta tiene alcances cada vez más oscuros y misteriosos. Todo está teñido de un manto con sello narco. La Justicia cuenta con una escucha clave entre el asesino y la víctima. Sospechan, además, que existía un vínculo de “amistad” entre ambos.

El 12 de diciembre pasado, exactamente a las 00.51, en pleno Recoleta, un sicario asesinó de tres disparos a un uruguayo llamado Fabián Sturn. Fue un crimen por encargo con evidente sello narco. Ese homicidio, en plena calle y a la vista de cualquiera, fue el inicio de una investigación que devela una inquietante trama de traiciones, escuchas telefónicas, vendettas y homicidios.

Ese expediente, al que tuvo acceso Infobae, logró avances importantes en los últimos días.

En la investigación, que lleva adelante el fiscal Marcelo Roma, se sospecha que quien asesinó a Sturn es una persona de su círculo íntimo. Un “amigo”, si es que en el submundo en el que transcurren estos hechos existe esa palabra.

Fabián Sturn, víctima del ataque
Fabián Sturn, víctima del ataque sicario en Recoleta

Incluso, se presume que pudieron haber sido compañeros de celda en una cárcel uruguaya años atrás. En los archivos que manejan los investigadores hay, además, una escucha clave. Un audio fundamental para entender qué hay detrás del crimen.

¿Quiénes dialogan en esa conversación? Se cree que el sicario y la víctima, los “amigos”. ¿Cuándo sucedió esa charla? Semanas antes del homicidio. ¿Qué se dicen? El sicario le advierte: “Te lo digo por tu bien. Devolvele lo de “El golpe” a “Fulano”. No vas a tener donde esconderte. Ni en Uruguay ni España ni Bolivia. Haceme caso”.

Podría pensarse que era un mensaje premonitorio, pero, más que eso, era un anticipo de lo que podía pasar. Y que finalmente pasó.

Antes de continuar con los datos que arroja el expediente, es necesario repasar la reconstrucción de los hechos que hizo la justicia para entender el contexto de lo sucedido.

La pista de los autos y el arma asesina

El 11 de diciembre pasado por la mañana, un vehículo se estacionó en la puerta de un quiosco en la calle Paraguay al 2900. Quien conducía se bajó y se tomó un taxi rumbo al barrio de Saavedra. El coche quedó estacionado. Algunas horas después, alguien movió ese auto para que estacione una Volkswagen Suran, que quedó aparcada unas 11 horas.

Cerca de la medianoche, llegó un sospechoso que ingresó en el asiento trasero de la VW Suran y esperó pacientemente su momento de actuar. Era el sicario.

Esto último quedó registrado por la cámara de seguridad del quiosco, que permitió que los investigadores entendieran que el primer auto que estacionó estaba guardándole el lugar a la VW Suran. Es decir, el homicida sabía perfectamente que la víctima iba a pasar por ahí y necesitaba estar en ese lugar preciso.

La escena del crimen
La escena del crimen

A las 00.51, con la VW Suran estacionada y el sicario aguardando en la parte trasera del auto, llegó al lugar un Renault Logan que frenó a mitad de cuadra y del que se bajó Sturn. No sabía, en ese momento, que le quedaban apenas un puñado de segundos de vida.

Sturn subió a la vereda -pareciera que con rumbo al quiosco- y el sicario descendió de la parte trasera de la VW Suran. Tenía anteojos negros, una peluca y capucha. Sin decir una sola palabra, disparó tres veces contra la víctima y lo mató. Luego, le robó una riñonera y se fue caminando en sentido a la calle Agüero.

En su huida de la escena del crimen, a los pocos metros, se topó de frente con un policía que se acercó por los gritos de la gente. El sicario se tiró al suelo aparentando ser un vecino más, con simulado temor. El oficial de la Policía de la Ciudad nunca se enteró de que estaba frente al asesino y siguió sus pasos al lugar del hecho.

El sicario luego se subió a un Fiat Cronos que estaba estacionado a pocos metros y partió rumbo a la zona del barrio de El Abasto. Finalmente, dejó el vehículo abandonado y se pasó a una moto con la que escapó y su rastro se perdió.

Rastros de sangre en la
Rastros de sangre en la vereda

El Fiat Cronos utilizado para el escape quedó abandonado, pero con un mensaje en su interior. Un mensaje sumamente potente. Cuando los efectivos encontraron el vehículo, hallaron en su interior el arma homicida. La pistola con la que Sturn había sido asesinado. Nadie cree que haya sido un descuido. El sicario la dejó a propósito, quiso que fuera encontrada. ¿Por qué?

El otro crimen

Tal como contó Infobae semanas atrás, la respuesta a este último interrogante está en Pilar, zona norte del conurbano bonaerense. El 12 de octubre del 2024, un hombre llamado Marcelo Algerini, de 36 años, fue asesinado a balazos frente a un quisco en Derqui.

Al momento del crimen, estaba en su camioneta Chevrolet Tracker acompañado por un conocido que, casualmente, al momento de los disparos había bajado a comprar en el quisco. Era Teófilo Américo Sturn González, padre de Fabián.

Una Jeep Renegade se puso a la par de la camioneta de Algerini y abrió fuego hasta asesinarlo. La causa quedó en manos de la fiscal especializada Marcela Semería que, a las pocas horas de investigación, decidió detener a Sturn padre, acusado de entregador. Además, pidió la captura de Fabián Sturn como coautor del hecho.

Uno de los balazos del
Uno de los balazos del sicario impactó en el quiosco

La búsqueda de Sturn estaba activa al momento de ser asesinado por el sicario en Recoleta. Pero lo que llamó poderosamente la atención es que el arma encontrada en el Fiat Cronos abandonado, con la que habían asesinado a Sturn era exactamente la misma con la que habían acribillado a Algerini.

Otro dato que suma más interrogantes. La misma noche del 12 de diciembre en la que Sturn era asesinado, su padre estaba saliendo de la cárcel, beneficiado con prisión domiciliaria. ¿Una mera casualidad?

El perfil del asesino

Con este escenario es que la justicia comenzó a buscar al asesino de Recoleta. Si bien en un primer momento trabajó la división homicidios de la Policía de la Ciudad, esta fuerza fue desplazada y comenzó a investigar la Policía Federal. Por distintos trabajos de inteligencia, se llegó a la sospecha de que el sicario podría pertenecer al círculo íntimo de Fabián Sturn.

Concretamente, la presunción es que quien disparó tres veces sería una persona uruguaya, de la que no hay registro de ingreso al país. También se sospecha que habría sido compañero de celda en una cárcel uruguaya con Sturn.

Un policía parado frente al
Un policía parado frente al quiosco donde ocurrió el crimen en la calle Paraguay

Tenemos entendido que la víctima tenía un aprecio por esta persona. Incluso, le decía “sobrino”, porque es alguien que habría conocido preso y que era menor que él. Creemos que forjaron cierta amistad que perduró hasta el momento del crimen”, explica un miembro de la fuerza federal.

A raíz de esta pista, es que se le dio intervención a Interpol para tratar de dar con el paradero de este sospechoso. Llegó la información, por parte de trabajos de inteligencia, que podría estar escondido en Uruguay, su país de origen.

A finales del año pasado, mientras la investigación del fiscal Roma avanzaba, llegó al expediente la escucha clave del caso. Se trata de una conversación entre Sturn y alguien no identificado, pero que muy posiblemente sea el “sobrino”. Es decir, su futuro asesino.

Allí la persona no identificada le dice a Sturn, primero como advertencia y luego con claro tono amenazador, según pudo reconstruir Infobae: “Devolvé lo de “El Golpe” a “Fulano”. No vas a tener donde esconderte. No tenés idea lo que hacés, te aconsejo que me escuches. Devolvelo. No te vas a poder esconder ni en Uruguay ni en España ni en Bolivia”.

De este tramo de la conversación surgen varias interrogantes para las que ni siquiera la justicia tiene respuestas. ¿A qué “golpe” se refiere? ¿Quién es Fulano? Se sabe que Sturn era uruguayo y que, además, tenía pasaporte español, pero, ¿por qué le menciona Bolivia?

A medida que la justicia avanza en la investigación empiezan a abrirse más y más aristas con nuevos personajes y nuevas hipótesis. Una causa con ramificaciones y alcances, por ahora, desconocidos. Todo sigue siendo un misterio.

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