La Policía Bonaerense se encuentra trabajando en un intenso operativo para poder encontrar a Thiago Daniel Aguirre, un joven acusado de homicidio que se escapó mientras estaba siendo trasladado desde La Plata hacia el interior de la provincia.
El episodio ocurrió el lunes, en una estación de servicio ubicada en la intersección de Ituzaingó y Ruta 215, en la localidad de Coronel Brandsen, cuando los agentes a cargo del operativo hicieron una parada técnica. En ese momento, el adolescente de 16 años pidió ir al baño. Según detallaron en el portal 0221, el recluso escapó tras haber atacado al guardia que lo custodiaba.
Inmediatamente, las fuerzas policiales iniciaron una intensa búsqueda, aunque hasta el momento no han logrado localizarlo. El joven estaba siendo trasladado desde La Plata hacia la localidad de Azul, en el interior de la provincia, un recorrido de casi 300 kilómetros.
Aguirre es considerado un delincuente peligroso debido al cargo de homicidio que enfrenta. Por tal razón, las fuerzas de Seguridad desplegaron numerosos patrullajes y controles vehiculares en el centro de Brandsen y en áreas circundantes, con el objetivo de localizarlo antes de que pueda abandonar la región.
También se reforzaron los rastrillajes en rutas y otros accesos a la ciudad, con el objetivo de cerrar posibles vías de escape. Se espera que en las próximas horas se sumen más efectivos a la búsqueda para intensificar los esfuerzos.
Según informó el portal DLN, la Policía solicitó la colaboración de los vecinos para reportar cualquier información relevante llamando al 911, y recomendó extremar las precauciones ante la peligrosidad del fugitivo.
En este último tiempo, la Ciudad de Buenos Aires ha estado en el foco de los interrogantes debido a reiteradas fugas de presos e intentos frustrados, en al menos tres alcaidías.
El jueves pasado fue el turno de la Comisaría 8 Bis, ubicada en el barrio porteño de Villa Lugano. Los agentes del lugar detectaron dos agujeros en una de las paredes de una celda durante una inspección de rutina. Este descubrimiento, que evidenció un boquete en proceso, llevó a las autoridades a colocar bajo estricta vigilancia a los ocho reclusos que ocupaban el pabellón investigado.
La alerta inicial surgió luego de que los celadores percibieran ruidos extraños y movimientos sospechosos mientras realizaban su rutina de vigilancia. Ante esta situación, se activó de inmediato el protocolo de seguridad y se convocó a la División Unidad Táctica de Intervención de Alcaidías (DUTIA) para llevar a cabo la revisión detallada del lugar.
En el procedimiento, los agentes incautaron una punta de hierro de ocho pulgadas, un elemento que habrían utilizado para realizar el hueco en la pared; además de drogas como marihuana y cocaína, en posesión de los internos.
Por protocolo, se realizó una verificación exhaustiva de todos los espacios circundantes, incluyendo techos, puertas, rejas, incluso las paredes, con el objetivo de descartar otras posibles irregularidades o planes similares.
A fines de diciembre, 17 detenidos lograron escapar de la Alcaidía 9 ubicada en Gana al 400, en Liniers. Según trascendió, los internos utilizaron un agujero de 30 centímetros de diámetro en una pared de ladrillo hueco situada en un patio interno para evadirse.
El escape fue descubierto en la madrugada del 25, lo que activó un operativo cerrojo de manera inmediata que terminó con la captura de dos de ellos.
Anteriormente, 11 detenidos —la mayoría provenientes de la Villa Zavaleta— se habían fugado por los techos de la Alcaidía 4 Bis, ubicada en el barrio de Barracas. Para alcanzar el objetivo, los presos aprovecharon la oscuridad provocada por un corte de energía en la zona para trepar al techo desde un pasillo y escapar.