Las bandas de escruchantes, ladrones de casas con o sin ocupantes, expertos en entraderas, son una figura repetida en el partido de San Isidro. Algunas son más sanguinarias que otras. “La Banda del Millón”, integrada en su mayoría por menores de Villa La Cava como “Piraña”, de 12 años, con la mayoría de sus miembros encarcelados, está acusada de golpear hasta la muerte al empresario Jorge De Marco, así como asaltar al hermano del intendente Ramón Lanús, al periodista Baby Etchecopar y a un jubilado de Acassuso al que torturaron para quitarle 200 mil dólares. Su líder cayó en una disco de Don Torcuato mientras compraba un champagne: intentó coimear en dólares a los policías que se lo llevaron por orden del fiscal Patricio Ferrari. Días atrás, otra banda intentó robarle en La Horqueta a la familia de Ricardo Manoukian, una de las víctimas del clan Puccio.
Las víctimas son, en su mayoría, jubilados, gente sola en sus casas, marcada con inteligencia previa, por visitas de falsos delivery.
Así, los arrestos se repiten, a cargo de la Policía Bonaerense y el comando de patrullas local, con detenidos temerarios que se aventuran con barretas, guantes y autos de apoyo en una de las zonas más ricas de la Argentina. Ayer jueves, personal de la Departamental San Isidro Superintendencia AMBA Norte I a cargo del comisario mayor Lucas Borge se llevó a otra banda, acusada de intentar robarle a un hombre de 64 años, ejecutivo de una reconocida farmacéutica. Viajaban en un Peugeot 308 un poco embarrado, con el consabido kit de herramientas de robo y hasta una extensión capilar, rubio claro ceniza.
La chofer del Peugeot, el vehículo de fuga, era una mujer: Daniela Raquel P.
Su historia, interesante, sale de la norma.
Daniela, de 25 años, hija de una familia de clase media, había asistido a un colegio bilingüe de Vicente López. Tuvo varios empleos en blanco, con aportes pagos, al menos, hasta noviembre de este año. Trabajó, por ejemplo, para una conocida empresa de zapatillas y otra firma de recursos humanos. Al ser arrestada, declaró un domicilio en un coqueto edificio del Bajo Belgrano. Su domicilio fiscal es una casa remodelada a nuevo en Martínez.
Ayer, el programa municipal Ojos en Alerta recibió un contacto de un vecino de la zona de las Barrancas, que denunció que descansaba en su casa cuando tres hombres lo encañonaron para robarle efectivo y joyas. Asi, escaparon en el Peugeot 308, que fue visualizado por el Centro de Monitoreo Municipal.
El auto, vieron los investigadores, escapaba hacia La Cava. Así, comenzaron un operativo cerrojo: el Peugeot fue cruzado por patrulleros en 3 de Febrero y Bergallo, San Isidro.
Daniela fue la primera en caer; otros tres chicos corrieron, intentando escapar. Los encontraron en el Barrio Angelita, cerca de La Cava: tenían 15 y 17 años, además de un BMW.
El chico de 15 tenía el antecedente más pesado: según un informe policial, habría formado parte del robo y tormento al jubilado de Acassuso, con un botín de 200 mil dólares y cinco costillas fracturadas para la víctima.
Era, según investigadores, el prófugo que faltaba por encontrar en el caso.
La causa de Daniela y sus cómplices, al igual que la del jubilado, está en manos del fiscal Patricio Ferrari.