Un hombre de 45 años fue detenido en las últimas horas, acusado de ser parte de la turba que, el domingo por la noche, intentó incendiar la casa de la fiscal Patricia Hortel en la ciudad bonaerense de Saladillo, creyendo que habría beneficiado a una pareja acusada del abuso sexual de una niña de 13 años, que quedó embarazada y dio a luz a una bebé, cuando ni siquiera participó de la causa.
Se trata de Efraín Unamuno, quien fue arrestado este martes ayer martes por l noche por pedido del fiscal Juan Cruz Condomí Alcorta, en el frigorífico en el que trabaja, indicaron fuentes del caso a Infobae.
El sospechoso fue identificado por la vestimenta que llevaba al momento del hecho: remera de mangas cortas, un pantalón largo de tela grafa y botas. Todo, de color blanco. El mismo uniforme llevaba cuando se presentó la Policía Bonaerense para ponerle las esposas. Según documentos del caso, habría sido filmado iniciando un foco ígneo frente a la casa de Hortel.
Antes de Unamuno habían sido detenidos Alejandro Acosta y Martín Bravo, quienes fueron señalados como agitadores del disturbio por el titular de la UFI N° 16 de La Plata.
Hoy, están libres: los soltaron en menos de 24 horas. La decisión fue tomada por la jueza de Garantías Patricia Noemí Altamiranda. Finalmente, fueron acusados de atacar el edificio de la Municipalidad en la pueblada, pero no del incendio en la casa de Hortel.
Según la investigación, los violentos se dieron cita en la UFI N°2, que interviene en la causa. Allí, dijeron: “Vamos para la casa de Hortel... Ortivas de mierda, hagan algo, se abusaron de una menor, hablen con la basura de Hortel, no va a salir... Vamos a la Municipalidad... ahora vamos por el intendente...”, gritó uno de los manifestantes.
Así, agitada por un rumor local, una turba de cien personas llegó hasta su casa y echaron fuego a una pila de neumáticos; las llamas llegaron al portón de madera. Tuvieron que ser apagadas por policías de la Bonaerense con los matafuegos de sus patrulleros.
Condomí Alcorta intenta determinar por qué los vecinos atacaron con fuego el domicilio de la fiscal Hortel cuando no tenía nada que ver en la historia, si acaso fueron motivados por un tipo de vendetta zonal o agitación externa. Su nombre jamás atravesó el expediente, aunque versiones locales ubicaban a la funcionaria a cargo de la causa, algo que fue negado, hasta por la propia Municipalidad de Saladillo en un comunicado.
Fuentes oficiales también desmintieron otra versión que se repitió con insistencia, que determinaba que habrían existido denuncias previas por situaciones de violencia en la familia, cuando no existe ninguna en los registros saladillenses. La Asociación de Fiscales de la Provincia de Buenos Aires expresó en un mensaje propio:
“Este hecho, vinculado a su labor profesional, es una muestra más de la grave situación que enfrentan los fiscales en nuestra provincia. Resulta inadmisible que los fiscales, quienes desempeñan una función esencial para el funcionamiento de la Justicia y el Estado de derecho, sean objeto de ataques y amenazas, es imprescindible el cumplimiento de las directrices internacionales que establecen las garantías mínimas”, aseguraron.