Cuatro hombres que robaban autos para venderlos en remiserías clandestinas del conurbano cayeron el viernes después de que la DDI de La Matanza de la Policía Bonaerense irrumpiera en sus casas y encontrara armas y elementos que permiten deducir que habrían sido los autores de al menos ocho hurtos en la zona de La Matanza. Se hacían llamar “La Banda de los Perkins”.
Los Perkins perdieron cuando en agosto pasado robaron la Ford F-100 de una mujer de 45 años en la localidad de Gregorio de Laferrere. Quedaron registrados en una cámara de seguridad de la casa de la víctima en el momento en que se llevaban sigilosamente la camioneta estacionada sobre la vereda.
Llegaron en un Fiat Duna blanco con el que monitoreaban la zona en la búsqueda de seleccionar el auto a robar. Y ese fue el elemento clave para dar con ellos: el vehículo se vio en la filmación y fue el hilo que condujo a los investigadores hasta sus aguantaderos.
Por eso durante la madrugada del viernes un equipo especial de la Policía Bonaerense entró en los domicilios de los sospechosos y detuvo a J.L.A., de 44 años, en una casa de la calle Besares al 7200 donde hallaron el Duna blanco; también a L.E.D. (25) y a S.D.G. (32) en un domicilio de la calle Marcos Paz al 3400 de donde se secuestraron un Ford Falcon con patente adulterada, una moto Honda XR 250 Tornado con la patente adulterada, un arma calibre .22, municiones, documentación de autos, cinco teléfonos celulares, dos ganzúas y 11 llaves de arranque de distintos vehículos; y en un domicilio en la esquina de Rodney y Chassaing (Laferrere) se llevaron esposado a E.L.G. (38), quien tenía en su poder una pistola 9 milímetros con cargador y balas, dos chapas patente y documentación apócrifas, siete ganzúas, cuatro celulares y un Fiat Siena negro con motor y chasis adulterados.
Según la investigación a cargo de los fiscales Fernando Garate y Gastón Duplaá, que incluyó observación de cámaras públicas y privadas, declaraciones de testigos, escuchas e investigadores encubiertos, la banda estaba liderada por L.E.D., conocido como “El Melli”, quien fue identificado en un video como el autor material del hurto de la F-100. E.L.G., alias “Lucho”, era quien conducía el Fiat Duna blanco y S.D.G. es señalado como el encargado de reducir y ocultar los vehículos robados, que inicialmente se guardaban en el domicilio de J.L.A, alias “José”.
Para todos los hechos respetaron un patrón común: sin violencia. La banda primero monitoreaba la zona, elegía el auto a llevarse y concretaba el hecho. En una de las filmaciones donde quedaron registrados por el robo a la camioneta F-100 puede verse cómo abortan en un primer momento el operativo alertados por el paso de un patrullero. Uno de los ladrones se va caminando a la par del Duna y se saludan como si se estuvieran despidiendo después de un asado.
Con las pruebas reunidas, se solicitaron órdenes de allanamiento, secuestro y detención, que fueron otorgadas por la jueza interviniente, Carina Andrejasevich, titular del Juzgado de Garantías 6 de La Matanza.
Los integrantes de “La Banda de los Perkins” están imputados por los delitos de robo agravado por tratarse de un vehículo dejado en la vía pública, tenencia ilegal de armas de fuego y municiones y encubrimiento.
La conclusión de los investigadores es que tenían como modus operandi el hurto de automóviles, especialmente aquellos más demandados en el mercado negro, para adulterar sus identificaciones y comercializarlos a precios muy por debajo del valor real en redes de remiserías ilegales. Según la evidencia colectada por los fiscales hay al menos ocho hurtos de autos ocurridos entre septiembre y noviembre pasados que llevan el sello de los Perkins: un Renault 9, un Peugeot 504, un Dodge 1500, un Fiat Siena, un Peugeot 206, un Chevrolet Corsa y una Renault Kangoo.