Ricardo Campos, de 22 años, oriundo de Puerto Madryn, da la vuelta en cámara y se ríe mientras baila cumbia. Lo hace y se filma para un breve video posteado en la cuenta de Instagram de un amigo el último fin de semana. Posa con cara de pícaro, mientras un grupo de amigos lo aplaude. Se da vuelta en su danza y muestra lo que tiene puesto: es un chaleco antibalas, propiedad originalmente de la Policía de Chubut, lo dice en la espalda.
Ricardo también tiene un problema: estaba bajo prisión domiciliaria por una cuestión médica, imputado por tentativa de homicidio. Lo habían acusado de apuñalar a un hombre en un bar de la ciudad en septiembre del año pasado.
Así, el video llegó a las autoridades. Un cotejo de la División de Investigaciones reveló la identidad de Ricardito, que debía estar a disposición de la jueza Stella Eizmendi. También se identificó al titular de la cuenta de Instagram: es Osvaldo Gabriel Suarez, de 18 años, hijo de Mario Suarez, detenido por homicidio, y hermano de “Marito” Suarez (20), prófugo en una causa de robo con arma. Posee una causa en su contra por robo en grado de tentativa porque el 21 de febrero fue detenido tras golpear a una persona y sustraerle el teléfono celular.
Así, se formó una nueva causa contra Ricardo, que fue allanado en la mañana del viernes por la fuerza chubutense a pedido de la fiscal María Alejandra Hernández.
En el pedido de allanamiento también se solicitaba la detención de Mario “Marito” Suarez, de 20 años, hermano de Gabriel. El chaleco pudo ser recuperado. Se detectó que había sido robado a una efectivo de la fuerza en el año 2019, con la correspondiente denuncia.
Así, el proceso judicial continuará con las audiencias donde se formularán nuevos cargos penales por encubrimiento y además se podrían revocar las prisiones domiciliarias. En diciembre de 2021, Campos sufrió un feroz ataque contra su vida: un grupo de criminales lo apuñaló mientras salía a la vereda para firmar el control de su prisión domiciliaria. El cuchillo le perforó los intestinos.
La semana pasada, otro hombre con una cuenta pendiente con la Justicia fue detenido en Puerto Madryn por delinquir con una marca sobre su cabeza. Carlos Marcelo Lencina tenía que estar preso. Sobre el hombre de 55 años pesaba una condena a 33 años de cárcel emitida en mayo de 2007 por los delitos de violaciones reiteradas, robo simple y privación ilegítima de la libertad, una pena unificada compuesta de varias sentencias en tribunales bonaerenses y porteños que se consideraría cumplida en julio de 2032.
Sin embargo, Lencinas, nacido en Rosario, con domicilio registrado en Isidro Casanova, ex empleado de una empresa de seguridad privada, estaba suelto, caminaba por las calles de Puerto Madryn y continuaba delinquiendo. La semana pasada, el hombre fue arrestado otra vez. Hoy se lo acusa en una causa a cargo del fiscal José Bugueño del MPF de la ciudad de dos atracos consecutivos donde a punta de pista luego de robarle a varias mujeres, las obligó a desnudarse para después manosearlas.
Tras su arresto, primero aparecieron en los registros antecedentes por robo en la ciudad de Trelew, pero mientras avanzaban las horas, se conoció que el hombre tenía una condena de 33 años cárcel por graves delitos, emitida por el Tribunal Oral en lo Criminal N°17.
“No sabemos por qué estaba libre”, indicó un investigador del caso a este medio.
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