Voces divergentes en la comunidad LGBT: rechazan la ideología de género y la sexualización temprana de los niños

Preocupados por la asociación pública entre su lucha -por la igualdad de derechos- y la agenda del transgenerismo, la sexualización temprana de la infancia a través de la ESI y los excesos exhibicionistas de las marchas del Orgullo, entre otras cosas, afirman: “No somos eso. No nos representa. No en nuestro nombre”

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Voces divergentes dentro de la comunidad LGBT

En los Estados Unidos se ha formado el grupo “Gays against Groomers”, y esta última palabra alude a la alarma que están causando los contenidos abusivos transmitidos a los niños en la escuela a través de la ESI. En nombre de una diversidad mal entendida, se ha abolido toda la prudencia y se somete a los chicos a imágenes y temáticas inapropiados para su edad, en lo que constituye una forma de abuso. De grooming institucional puesto que es avalado y promovido por el mismo Estado. La romantización de la transición de género a través de la ESI está provocando una epidemia de disforia entre los adolescentes.

Conscientes de estas realidades y preocupados por la asociación pública entre sus luchas y reclamos y este atropello a la inocencia infantil, Elías Bustos, Carlos Herrán, Sebastián López Fernández y Mariano Schneider se unieron para clarificar su posición, negar que exista un aval de toda la comunidad LGBT a la doctrina que niega el binarismo sexual y postula la fluidez de los géneros y, sobre todo, denunciar el avasallamiento de la infancia.

El movimiento actual, su corriente mainstream o más ruidosa, está perdiendo el enfoque en la igualdad de derechos, advierten, y se está volcando a una agenda que consideran perjudicial para la misma comunidad, sobre todo por esta pretensión de modificar la biología humana.

“La inclusión es otra cosa -dice Elías Bustos, 39 años, relacionista público, en referencia al modo en que muchos se suman a la ola enarbolando el arco iris-, hay chicos que están muriendo de hambre, desnutridos, con otros problemas muy graves”.

Que exista la homosexualidad no implica la negación del sexo biológico: “Tenemos que entender que el binarismo es irrefutable: somos varones o somos mujeres”, dice por ejemplo Mariano Schneider, 40 años, traductor y profesor de inglés.

Arriba, de izq a der,
Arriba, de izq a der, Carlos Herran y Mariano Schneider. Abajo, Elías Bustos y Sebastián López Fernández

“Se le ha vendido a la sociedad que ser trans o cualquier espectro LGBT es cool, es libertad, y que ser heterosexual es represión”, dice Sebastián López Fernández, arquitecto, ex estudiante de Psicología, que cuenta cómo la perspectiva de género es impuesta hasta en las cátedras de urbanismo.

“Sexualizar a los chicos es aberrante. Desde algún lugar tienen respaldo para ser inmorales, para romper a los chicos. Los padres pierden poder sobre sus hijos, se están metiendo con la familia, se están metiendo con la base de la sociedad”, dice Carlos Herrán, 60 años, terapeuta holístico, padre de dos hijos, especialmente preocupado por este avance sobre la patria potestad.

A la comunidad LGBT, que se dice en lucha por el respeto a la diversidad y la libertad personal, le reclaman un espacio para quienes cuestionan la hormonización de menores, la sexualización prematura y las cirugías de reasignación de sexo en personas jóvenes.

“La igualdad ya la tenemos,” dicen. Ahora aspiran a un movimiento que respete las diferencias y permita que jóvenes y adultos tomen decisiones informadas, sin presiones externas y sin adoctrinamiento.

Lo que sigue es la charla con Infobae, de la que puede verse un extracto en la apertura de esta nota y el video completo al final.

— Últimamente hemos visto una identificación entre las reivindicaciones de las personas homosexuales con lo que se llama ideología de género y en particular con el transgenerismo. Lo mismo sucede con el feminismo que, al menos en la esfera pública, ha sido copado por el transgenerismo. ¿De qué forma esto los afecta a ustedes?

Elías: — Yo en realidad no tengo problemas con ese tema, siempre y cuando sean adultos los que deciden sobre sus cuerpos, con la información y el consentimiento adecuados. Pero no creo que sea correcto promover estos cambios irreversibles en la biología de los menores; en vez de darles el acompañamiento que deberían recibir, buscan convencerlos de que nacieron en un cuerpo equivocado. A largo plazo no se conocen los efectos adversos de estos tratamientos. No podemos permitir que experimenten con niños. Ese es mi límite de la inclusión, la diversidad y demás. Aparte es muy fuerte el adoctrinamiento que hay en la materia, en los contenidos educativos, en los medios, en las películas, y a veces hasta resulta un poco incómodo, ¿no? Yo soy comunicador y cuando llega junio, que es el mes gay, a veces me da vergüenza porque digo ¿qué hace una corporación como PwC con la banderita multicolor? Entiendo que tienen políticas de inclusión, pero la inclusión es otra cosa. Hay chicos que están muriendo de hambre, desnutridos, con otros problemas muy graves, pero se le da atención a estas cosas. Obviamente es un problema. Se ve cada vez más chicos con disforia de género pero no se lo está tratando correctamente; se está embolsando todo en una ideología que los arrastra a tomar decisiones que no corresponde a chicos de esa edad, porque son irreversibles. Ya hay casos de arrepentidos e incluso de suicidios y hay países que están retrocediendo en estos temas. No es algo que se tenga que impulsar desde una política pública.

Elías Bustos
Elías Bustos

— ¿Son muchos los que piensan de este modo entre las personas homosexuales, que sienten que en su nombre se está transmitiendo un mensaje que no es el que querrían dar?

Elías: — A mí no me representa este movimiento, es una imposición. Hay un grupo en Estados Unidos que se llama Gays Against Groomers que propone una separación de la T y la Q [N. de la R: transgénero y queer] del abecedario multicolor, porque sus propuestas no tienen nada que ver con la igualdad, ni son una conquista social. Es más bien lo que se llama grooming, si en un aula están transmitiendo contenidos para decirle al nene que puede cambiarse de sexo, aunque en realidad no es un cambio de sexo sino sólo una operación estética, que tampoco resulta tan estética porque nadie habla de las cicatrices y complicaciones. Lo que propone el transgenerismo es la libertad de identidad, indefinida e in eternum. Entonces tenemos el caso de niños en las escuelas que se identifican con cabras. Me llama la atención este secuestro ideológico que hace que ni en una escuela se pueda combatir eso eficientemente y que todos se tengan que amoldar a esas identidades, inventadas y nuevas cada vez.

— ¿De qué forma se puede proteger a los menores de las consecuencias de esta ideología?

Carlos: — Primero quiero aclarar que la energía sexual es la energía más fuerte que tenemos. De hecho con eso generamos vida. La sexualidad se fusiona con los sentimientos. Primero hay que integrar lo que uno siente y, una vez que se integra, aprender a usar la cáscara. Que modifiques la cáscara, que modifiques tu estructura, no te va a cambiar los sentimientos. Hay que hacer un análisis profundo de aceptación, de autoconocimiento, y sólo como última instancia caer en una cirugía. Si la persona está bien guiada y puede llegar a conocerse no tendrá la necesidad de mutilarse, de agredir su cuerpo. Esas agresiones son aberrantes a nivel mental, psicológico, psíquico. Más aun si se trata de un nene. Por otra parte, la sexualidad es del ámbito de lo privado. Hay que conocerse, entenderse y disfrutarse. Pasa por una mirada seria ante uno mismo. Con los anteojos empañados no te podés ver. Que te ayuden a verte, pero no a modificarte para hacerte encajar en algo. Te estás adaptando y dejás de ser vos, para buscar la aceptación de encajar en un colectivo. Hay que invitar a la gente a que se conozca y agotar todos los recursos. Te ofrecen soluciones que no son soluciones.

Carlos Herran
Carlos Herran

— ¿Les sorprende que haya tantos psicólogos y médicos, incluso pediatras, que aceptan esto como algo natural?

Carlos: — Es una cuestión de ética, de moralidad. Tendría que haber algo que lo regule pero los que deberían regular esto lo están motivando. Es como un padre maltratador, que esperás que te cuide, pero te maltrata. El Estado no está cumpliendo su función. Al contrario, está avalando todo esto. Cada 100 alumnos hay un diplomado en ESI. Es una locura.

— Decías que la sexualidad es privada, pero hoy se instala la idea de que con los chicos hay que hablar de sexo en la escuela desde que tienen cinco años, que todo debe ser público. Pero hay una construcción interior que es muy difícil hacerla en público.

Carlos: — Desde ya que sexualizar a los chicos es algo aberrante. Es meterse con su energía divina. El estado de inocencia es lo que te lleva a creer. Para los judíos es como la partícula divina de Dios, es el estado de inocencia. Están rompiendo esa inocencia. Los chicos en ese estado de inocencia no están preparados para ser sexualizados. Los confunden, los aturden, los vuelven locos. Es gente rota a la que en el futuro le va a costar un montón tener una pareja, poder destilar su perfume. Es una locura. Está totalmente fuera de control. Pero lo que más me preocupa es el Estado, el rol que no está cumpliendo. Hoy leía que en la facultad de Cuyo, por ejemplo, dictan diplomaturas de ESI y ese título te mejora el salario docente; o sea que lo impulsa el Estado, en vez de tener un par de huevos, perdón, para imponer el respeto a la niñez, porque esto es un atropello. Es complicarle la vida a los chicos, por un montón de años o de por vida. Cada uno tiene sus despertares y tiempos de maduración diferentes. Hay que respetar la parte mágica de la niñez, la ilusión, que es cuando se forman un montón de emociones.

En todas partes, los integrantes
En todas partes, los integrantes de la comunidad trans presionan para que se acepte la transición social, hormonal y quirúrgica de los menores. En la imagen activista mexicanos reclaman la aprobación de la Ley de Infancias transgénero (FOTO: GRACIELA LÓPEZ /CUARTOSCURO.COM)

— Esto de meterse con la sexualidad de los niños y adelantarles cosas que no les interesan en ese momento. ¿Qué consecuencias puede tener?

Carlos: — Es no poder integrarse. Una persona que no integra la sexualidad, queda boyando. Si no puede integrar esa energía con los sentimientos, o termina siendo promiscuo o no siendo nada. Si la sexualidad la reprimís, te genera mucha disfunción. No está bueno reprimir. Y no es bueno desmadrarse. Tenés que sí o sí fusionarla con los sentimientos. No es algo separado la sexualidad, que es para el placer, pero también para un uso mucho más profundo. Es un camino a la espiritualidad, a despertares de conciencia, si está bien usada, bien canalizada. Pero si a vos te vuelven loco y la sexualidad no la tenés resuelta, quedás como en el primer escalafón. Es gente que va a quedar rota en la sociedad. ¿Están rompiendo a los chicos para que no puedan tener familia, para que no puedan procrear, para qué? Para poder manejarlos. A la gente rota la manejás mucho más fácil. Lo peor es que todo va bañado con un aura de libertad. Además están respaldados por la ley. Desde algún lugar tienen respaldo para ser inmorales, para romper a los chicos. Los padres pierden poder sobre sus hijos, se están metiendo con la familia, se están metiendo con la base de la sociedad.

Promoción del transgenerismo infantil
Promoción del transgenerismo infantil

— A Mariano le preguntaría por la ESI, si efectivamente los contenidos tienen poco que ver con la educación sexual.

Mariano: — Aunque ahora estoy trabajando de manera autónoma, tuve la oportunidad de estar en diferentes escuelas cuando hacía la práctica en institutos y he tenido la posibilidad de hablar con muchos adolescentes de estos temas. Noto que hay un libertinaje y es como que cualquier situación está abierta a la aceptación y cualquier persona se puede percibir como quiera, es como una guerra, van todos contra todos y no se están respetando a sí mismos. Lo que puedo aportar a los adolescentes es siempre recordarles que no es necesario apurarse, que hay una integridad, un poco de la mano con lo que decía Carlos, hay que integrar esa sexualidad con las emociones, cuidarse, preservarse, no hay necesidad de empezar a tan temprana edad. La escuela no debería ser un lugar donde se donde se impartan ideologías, sino que es el lugar donde se enseña, y cuando los contenidos de la ESI incluyen conceptos como cisgénero, transgénero, fluidez de la identidad de género, etc., si no está dado en un contexto y a adolescentes que tengan un conocimiento previo, estamos forzando las cosas. Y en el caso de los niños, a que traten de internalizar algo que todavía no han tenido tiempo de entender. Creo que la educación sexual debería empezar en la casa, sobre todo cuando hablamos de niños, y luego continuar en las instituciones educativas, siempre y cuando haya un consentimiento de quienes tienen la patria potestad. Deberíamos poder garantizar que los contenidos que se imparten en la ESI sean consonantes con la buena moral, con las buenas costumbres y no permitir que se imponga una realidad desfachatada donde cualquier cosa está permitida y que se exponga sobre todo a los más pequeños a contenidos que no son apropiados para su edad. Sobre todo considerando que el niño busca la aprobación, la admiración y el respeto de un adulto y de esa manera, al estar sexualizándolos, se los convierte en presa fácil.

Mariano Schneider
Mariano Schneider

— Hay psicólogos que afirman que familiarizar a los chicos con el lenguaje sexual y hablarles de estas cosas, en vez de prevenir el abuso, lo puede llegar a favorecer porque genera una naturalización y les reduce el pudor, la vergüenza e incluso el asco, que son barreras defensivas.

Mariano: — Sí, aclaro que no estoy en contra de la educación sexual, me parece que es necesaria en el secundario, y anteriormente tiene que ser en la casa. Son los padres los que tienen que ejercer esta responsabilidad. Hoy con el tema del teléfono, que pasó a ser la niñera de muchos chicos, tienen acceso a un sinfín de contenido que lamentablemente les lava la cabeza, les implantan ideas horribles. Hay que hacer ese llamado de atención: si se empieza en casa seamos también conscientes de lo que le estamos permitiendo consumir a nuestros niños.

— Ahora bien, la ley de ESI dice que el conocimiento que se va a impartir está científicamente validado. Pero la ideología de género postula que no hay ningún vínculo entre el sexo biológico y la identidad sexual, lo cual no tiene fundamento científico. ¿Qué piensan de ese concepto?

Mariano: — No comparto esa postura. Primero, el sexo no es algo que se asigne cuando nacemos. El sexo es algo que reconocemos incluso antes del nacimiento. El transgenerismo es una teoría o ideología que postula que el género de las personas es un continuo no binario entre dimensiones masculinas y dimensiones femeninas. Yo creo que el transgenerismo es una decisión de la persona y no un género. Entonces no puede ser probado de ninguna forma, ni biológica ni científica. Es una decisión y se debería postergar lo más posible cualquier intervención quirúrgica u hormonización para realmente estar seguro de lo que se quiere hacer. No se podría discutir con la persona que tomó esa decisión, siempre y cuando no esté afectando a terceros y no quiera imponer esa ideología, esa forma de pensar, a la sociedad.

En muchos países es el
En muchos países es el propio Estado el que promueve el transgenerismo (Fuente)

— Hay chicas, adolescentes, que creen estar en el cuerpo equivocado, pero a veces es una atracción por su mismo sexo, y confunden eso con una disforia de género incluso como una forma de negar la homosexualidad. Entonces, después de tanto tiempo de luchar para que se acepte que un varón puede sentirse atraído por otro varón, una mujer por otra mujer, sin por ello dejar de ser varón y mujer, ahora pasamos a confundir a veces ese sentimiento y empujar a la persona a una transición de género innecesaria.

Mariano: — Es que si se empieza a hablar a los menores de estos temas, cuando no tienen todavía la capacidad madurativa, al abrirlos a este tipo de conceptos, estamos poniendo en riesgo su desarrollo biológico natural, porque en definitiva, si una criatura tiene la idea de cambiar su sexo, que además es algo biológicamente imposible, y se termina hormonizando, estamos poniendo en riesgo la salud de ese menor de por vida.

— Sebastián, hay universidades que están reempadronando a estudiantes y profesores para incluir su género entre una decena de opciones. Quieren que la persona se identifique no sólo por su sexo biológico, sino por su orientación, autopercepción, etc. ¿Qué clima ves en la universidad?

Sebastián: — En realidad ya no hay trámite que hagas, público o privado, que no te pregunten ¿de qué género sos? Y no se limita a mujer y hombre, sino que está la opción de no binario. En algunos casos tenés pronombres. No pasa sólo en la Universidad. Pero ahí sí se da mucho debate porque los profesores pareciera que tocan adrede estos temas. Yo me recibí de arquitecto y nos han puesto género en las materias de urbanismo. Uno se pregunta, ¿cómo mechan el género con la construcción de una ciudad, con la planificación urbana? Y lo hacen. Comparaban el auto como herramienta opresora machista con el peatón que es la mujer… Se arman debates, pero al final uno no discute con el que te pone la nota, ¿no? Hace poco empecé la carrera de Psicología y ahí son debates más marcados y un poco más agresivos, porque ahí ya hay una tendencia. Te dan temas de aborto, como si fuese moralmente correcto, o te dan ideología de género o feminismo, y en una clase, literalmente, dijeron que todos los hombres éramos potencialmente violadores y asesinos. En una universidad es un poco más difícil convencer a alumnos porque son más grandes, pero me imagino la ESI…

Sebastián López Fernández
Sebastián López Fernández

— También he escuchado decir que las ciudades por ejemplo, son fálicas, y no lo dicen en broma, porque los edificios crecen en alto.

Sebastián: — Tratan de dar una explicación feminista o de género a las ciudades para tapar problemáticas que me parece que son mucho más importantes y que no tienen que ver con si la ciudad la construyó un varón o una mujer, porque al fin y al cabo la ciudad la construís pensando en la sociedad, que está integrada por ambos géneros. El problema no es la sociología o la antropología, sino que muchas feministas son sociólogas o antropólogas y explican todo desde la teoría del poder: el hombre es educado para matar mujeres, para violar mujeres. Nos dieron toda una clase sobre Rita Segato, una antropóloga argentina feminista, y su explicación de la muerte de las mujeres en Brasilia, por ejemplo, era que al hombre lo educaban para matar a la mujer. Es algo muy superficial y mega dañino.

— Les propongo que hagamos una ronda y cada uno agregue lo que quiera. Empiezo por Elías.

Elías: — Para mí todos estos temas son alarmantes realmente. Especialmente estos contenidos totalmente inapropiados y que se dictan a espaldas de los padres. No son conscientes los padres de que literalmente hay pornografía. ¿Y quiénes son estos educadores que proponen enseñar la masturbación o auto-exploración a nenes de 2 a 9? Lo que me alarma es que esto abre la puerta para posibles abusadores en espacios donde hay nenes. Se van a ir infiltrando avalados por esta Ley de Educación Sexual Integral, que no ha servido para nada, porque si necesitás una ley de aborto, es que la ESI no sirvió para nada. Esta identificación infinita que propone el transgenerismo les roba la verdadera identidad a los niños. Es triste ver que estamos tan anestesiados como sociedad que no vemos esto. Para mí están corriendo la ventana de Overton, en Argentina y en todo Occidente, para permitir lo que antes era impensado. Y ya veo muchas propuestas, incluso de la agenda LGBT mainstream, para despenalizar la pedofilia o sumarla como una categoría más. No hablan en mi nombre. Las personas grandes que quieran parecer mujer, no son una mujer. Podés ponerte peluca, siliconas, lo que quieras, pero me alarma como copan otros espacios, como los de las mujeres. Si se necesita, creen una categoría nueva de baños para transgéneros. El transgenerismo tiene una contradicción en términos, porque propone que ser sexualmente algo no necesariamente pasa por tus genitales, pero después proponen cambiarte los genitales para reafirmar tu género…

Ilustración de los libros de
Ilustración de los libros de ESI de escuelas bonaerenses: el enfoque es transgenerista

Carlos: — Mi pregunta es ¿quién sostiene todo esto? ¿Quién banca los doctorados de género y toda la infraestructura que hay? Lo paga el pueblo, y nos estamos autodestruyendo. Toda esta maldad, este ensañamiento con los chicos, eso es lo que me preocupa, la parte inmoral. Y ese es el miedo, porque le están dando poder a gente que está ideologizada y va a educar ideologizada, va a captar gente, no a despertar gente. Además, todo lo que es mutilación, hormonización, es pasar un límite que para mí es inadmisible. La inmoralidad de los médicos, de los colegios, de abogados que tienen que defender a la niñez…

— Hay una defensora de menores, pero nunca abrió la boca sobre esto.

Carlos: — Sí. Y Ginés González García era el ministro de Salud cuando aparece la ESI y de algún modo avalaba toda esta aberración. Alguien vendió todo eso y alguien lo compró. Me parece aberrante que venga desde arriba y que por más que gritemos desde abajo, te dan a entender de que no, porque como la ley es bonita.

— ¿Creés, como Mariano, que la educación sexual debería empezar con los chicos en la casa y en todo caso en la escuela en la secundaria? Porque ahora quieren arrancar ya en jardín de infantes.

Carlos: — A los dos años arrancan. La educación sexual es del ámbito privado y del ámbito familiar. Vos decidís como padre, cómo querés educar a tu hijo. Sí, tiene sus derechos. No hablo de un atropello, sino de una orientación porque es tu hijo. Lo guiás por el camino que vos considerás es el mejor. No que venga alguien de afuera y te quiera modificar eso. Aparte rompen la inocencia, eso no se hace. Eso es inmoral. Todos los nenes tienen curiosidad sobre la sexualidad, pero es algo que van a descubrir en el futuro y vos tenés que mantener esa ilusión. Pero lo que va más allá de los chicos es romper la familia. Quebrar la base de la sociedad. A esos chicos les va a costar formar una familia, una pareja, porque van a estar atravesados por algo que no entienden.

Mariano: — Perdón que voy para otro lado, pero quiero decir que estoy en contra de este despropósito de querer crear un sinfín de pronombres, de desvirtuar el idioma, Y totalmente en contra de querer multiplicar los géneros basándonos en los intereses sexuales que tenemos las personas. Tenemos que entender que el binarismo es irrefutable: somos varones o somos mujeres.

— En el fondo es discriminación porque es contrario al principio de que somos todos iguales, que compartimos una común esencia humana, porque nos quieren dividir en colectivos.

Mariano: — Vuelvo a insistir en que si el adulto, luego de haber hecho todo ese proceso consciente, y mejor si fue apoyado y estuvo encuadrado con terapia y acompañamiento para decidir, es una cosa. Tiene que ser una decisión de adulto. Pero no podemos tomar esto como motivo para negar que nacemos hombres o mujeres y que somos todos iguales. No puede ser que un niño tenga la decisión o que el Estado tenga la decisión sobre un niño.

Sebastián: — Me parece que antes de sacar estas leyes se tuvo que haber amasado a la sociedad para que sea permisible. Ya no se habla de infancias gays, sino directamente de infancia trans. Me parece que se le ha vendido a la sociedad que ser trans o cualquier espectro LGBT es cool, es libertad y que ser heterosexual es represión, que ser hombre es malo, que ser mujer es un cuerpo o una construcción. Tenés que preparar de alguna manera a la sociedad antes de eso. No sé, liberalizar las drogas, ayudar a la libertad sexual, perturbar y enfermar a la sociedad, para después convencerla de que amputarle los genitales a un nene de 14 años es cool, está bueno y es divertido. Y se convenció a los padres también. Los padres te dicen “las cosas cambian, los chicos vienen más avanzados”. Tenés que haber enfermado previamente a la sociedad para hoy poder convencer a padres, que supuestamente son adultos, que deciden sobre la educación y la salud de sus hijos, que su hijo Fermín, de 14 años, se va a poner dos bochas de plástico y se va a llamar Juliana. Me parece extremadamente peligroso.

Hasta Unicef (ONU) promueve el
Hasta Unicef (ONU) promueve el transgenerismo infantil

Mariano: — ¿Cuál es el motivo final de todo esto? ¿Cuál es el fin último? Esta agenda a nivel global, que empezamos a ver hace muchos años en otros países y que hoy vemos replicarse en Argentina, ¿cuál es el propósito? Porque asusta. ¿Hacernos a todos andrógenos?

— Tenemos que hacer otro zoom de una hora para hablar de eso…

Elías: — Quería decir que dentro del movimiento trans también hay personas que dan su testimonio, por ejemplo, de que siguen siendo biológicamente varón. Hay trans que dicen ‘yo no soy una mujer, o sea, que hay trans que también se animan a decir las cosas como son. Porque me preocupa es que ya no se pueden decir las cosas como son. Y si esto está ocurriendo en las aulas es abuso sexual de alguna forma. Me sorprende que haya padres que envían a sus hijos a shows de drag queens, por ejemplo. Esa normalización…. o la indecencia que se ve en las marchas del Orgullo Gay. Que haya niños expuestos a eso no me parece correcto. No me representa. Y hay que decir algo por los niños porque no tienen cómo defenderse.

Carlos: — Le están arrobando a la comunidad gay toda una parafernalia que no nos corresponde y que es un problema que le estamos pasando a futuro a los que vengan. ¿Qué pasa si esto da una vuelta de campana dentro de 20 años, 30 años, y descubrimos que fue una aberración y la gente empieza a odiar a los gays, por ejemplo? Porque yo no soy todo eso. Yo soy gay, tengo dos hijos. Mis hijos siempre fueron respetados por mis amigos. Acá le están agregando un montón de peso a la historia, y si en un momento la historia no soporta ese peso, yo no quiero que me arroben a mí para pagar esos platos rotos, porque yo no soy parte de eso. ¿Me explico? A la comunidad gay lo que le están haciendo es envolvernos a todos en un paquete y nosotros ahora estamos pegando el grito y diciendo “No, no somos así nosotros”. Estamos integrados en la sociedad. No salimos a mostrar el culo por la calle. No. Yo no soy eso. Hay algo que es respeto.Si una mujer es obscena en público, es lo mismo. Porque una cosa es mostrar amor, ternura y cariño y otra cosa es pasarse de la raya. Cuando te pasas de esa raya, es lo grosero, lo invasivo, podés poner incómodo al otro. Es incomodar y sobre todo si hay menores. Esa es la parte que me preocupa, ese límite que se cruzó, que está naturalizado. Que haya gente revoleando el culo en una escuela es una locura. ¿Cómo aceptan esto los directores, las maestras, que también tienen hijos? Es la parte de aturdimiento de la sociedad que no estoy entendiendo. ¿Cómo no levantan la voz, cómo no gritan? Lo que más me preocupa es cómo se desautoriza a los padres. Un nene es rebelde por naturaleza. Usan esa rebeldía y le quitan autoridad a los padres. Autorizan el error y al padre lo corren. ¿Cómo pueden correr a un padre de la educación de su hijo? Si tu hijo está confundido a los 14 años vos lo tenés que enderezar, vos elegís qué psicólogo, qué herramientas utilizar. No que la escuela y otros se metan donde no les corresponde. El Estado te arrebata a tu hijo porque el Estado es el que permite todo eso.

VIDEO DE LA ENTREVISTA COMPLETA

Voces divergentes dentro de la comunidad LGBT