El músico callejero de 84 años que le robaron el bandoneón con el que se ganaba la vida y pide ayuda para recuperarlo

Enrique Fasuolo había comprado el instrumento hace tres décadas en un remate de Banco Ciudad. Por varios años actuó en las estaciones de Subte de la línea C para homenajear al amor de su vida. Hoy pide colaboración para retomar la rutina para completar su jubilación

Guardar
Hace unos días, Enrique Fasuolo
Hace unos días, Enrique Fasuolo volvió a tocar en Avenida Corrientes con el bandoneón que le prestó un amigo porque necesita hacer unos pesos (captura)

A media cuadra del Obelisco, cerca de las 2 de la tarde del martes 25 de febrero, a Enrique Fasuolo le apuntaron con un arma en el pecho y le quitaron su bandoneón. También le arrancaron el reloj pulsera de malla metálica que le habían regalado hacía un tiempo. A los 84 años, perder el instrumento, y de manera violenta, fue un golpe tan duro que lo dejó en shock y con una sensación de indefensión como no había tenido antes.

Él intenta estar bien, pero desde hace 10 días la tristeza lo vence al punto de que la ansiedad lo tomó tan fuerte que comenzó a rascarse las manos hasta levantarse la piel; al punto de escuchar menos y hablar entrecortado porque le falta el aire. Ese bandoneón no era solamente el objeto con el que salía a hacer música para ganarse la vida. “Es parte de mi familia”, le dice con la voz quebrada a Infobae. Pasaron juntos 30 años: se hizo del instrumento musical en un remate judicial del Banco Provincia y alentado por su esposa, que falleció en 2016, cumplió el sueño de comenzar a tocar en la calle como estilo de vida. No todos los músicos sueñan con escenarios lustrados de madera y luces que encandilan. Para él, el mejor lugar para tocar es el espacio público, para que todos lo pudieran oír.

Siento que la música me rejuvenece. A mi edad hay muchos que están sin hacer nada”, le había contado alguna vez a este medio, luego de que un video de él circulara por las redes. Entonces tenía 78 años y se lucía dando conciertos a la gorra en las estaciones Lima y Diagonal Norte de la línea C de Subte. Tenía su público. “¡Tóquese otra, maestro!”, le pedían entusiasmado aquellos que en sus sonidos reconocían el arte de un amante de la música porteña y clásica.

Enrique se jubiló en 2004 luego de trabajar como matricero, operario en una fábrica de tornos para odontólogos y portero del colegio ECEA en el barrio porteño de Villa Real. Allí conoció a Edelmira Funes, la cocinera del instituto. “Delmi”, como le decía, fue la que lo alentó a que realizara sus presentaciones públicas.

Enrique Fasuolo agradece la ayuda para recuperar su bandoneón

La tristeza de Enrique

Su rutina diaria, que hasta hace unas semanas transcurría entre la música y el movimiento constante, ya no es la misma. Antes del robo, Enrique se despertaba a las 7 de la mañana, hacía ejercicio, desayunaba y partía a tocar en el subte o en la calle. Le gustó siempre improvisar sus escenarios en el microcentro porteño para deleitar a quienes se regalaban unos minutos entre los pasos apurados para detenerse y escucharlo.

Hoy, eso cambió: hoy está muy decaído, hay días en los que permanece en la cama hasta pasadas las diez y media de la mañana, no hace tanto ejercicio como antes y sus jornadas transcurren entre el desánimo y la angustia.

“El primer día, después del robo, quedó en shock. Estaba como duro, paralizado y estaba muy ansioso”, cuenta Carlos Alberto Cuenca, su amigo, alumno y acompañante. La ansiedad que vivió fue tal que al segundo día del robo, lastimó la piel de una de sus manos de tanto rascarse. Para su suerte, la esposa de Carlos es licenciada en enfermería y lo atendió y le curó esas heridas. Pero el problema de fondo no se resolvió. Anímicamente, Enrique sigue muy afectado.

Lo que más le duele no es solo la pérdida del instrumento, sino también la de su independencia, dentro de los parámetros de la edad. “Desde el robo, su visión y audición empeoraron”, lamenta el amigo que cuenta que el hombre, con quien inició amistad al verlo tocando en la calles, fue operado de cataratas hace unos tres meses y la recuperación no fue la esperada. “Ahora, necesita más cuidados: el ojo derecho está sentido y al ojo izquierdo hay que cuidarlo mucho. Está en tratamiento con gotas, tiene el descuento que cubre PAMI, pero tienen su costo. Y para la audición usa un audífono que no es el común porque necesita uno de mayor amplitud. Por esto, ya no se siente seguro desplazándose solo por la ciudad que conoce desde hace ocho décadas”.

Enrique Fasuolo y el bandonéon
Enrique Fasuolo y el bandonéon que le robaron en Avenida Corrientes 983

Viejo fuelle

“Cuando toqué por primera vez me sentí contento. Fue una sorpresa todo para mi”, dice Enrique, con un poco de esfuerzo para hablar. Su historia con el bandoneón comenzó cuando tenía apenas cuatro años: un vecino de Devoto tocaba el instrumento y lo fascinó con el sonido. Poco tiempo después, su padre lo llevó a una casa de música para que eligiera qué aprender. “Quiero un bandoneón”, dijo sin dudar. Don Ángel, el papá, reunió el dinero y, en 1955, le compró su primer instrumento en la tienda de Jorge Kessel, en Barracas. “Todavía está. La nieta maneja el negocio”, cuenta Enrique.

Desde entonces, a los 10 años, Enrique nunca dejó de tocar. Su formación con el maestro Alejandro Barletta, un concertista, lo llevó a destacarse en la música clásica, una disciplina poco común entre los bandoneonistas. Desde los 15 años daba conciertos y en la década del 60 fue una de las primeras figuras que llegó a tocar en Canal 7, la actual Televisión Pública, y fue presentado por la conductora Lidia Satragno, conocida como “Pinky”, una de las más reconocidas de esos años.

El bandoneón que le robaron —cuenta Carlos— lo había comprado hace 30 años en un remate del Banco Ciudad. “Era de marca Germania con peines de zinc, una característica técnica que le confería una sonoridad especial. Ese bandoneón era parte de él, lo acompañaba desde los 80, desde que tenía 55 años″, revela. Desde 1985, Enrique se presentaba en las calles de Buenos Aires, cuando una normativa del gobierno de Raúl Alfonsín permitió que los artistas callejeros pudieran tocar en la vía pública. Durante casi 40 años, su música formó parte del paisaje urbano de la ciudad.

En 2019: Enrique sostiene una
En 2019: Enrique sostiene una partitura, que no usa, con un broche porque toca de memoria temas de Vivaldi, entre otros autores clásicos (Lihue Althabe)

“Antes enseñaba dando clases particulares y en su taller; daba conciertos en distintos lugares. Su especialidad es la música clásica con el bandoneón y eso es una condición de muy pocos bandoneonistas en el mundo: toca tango, folclore y todo lo que quieras, pero pero lo que a él le gusta tocar con el bandoneón es la música clásica, Beethoven, Chopin, Vivaldi...”, señala Carlos al hablar del talento de su profesor.

El robo (que aún sufre) ocurrió el martes 25 de febrero a plena luz del día, en Avenida Corrientes al 900, a pocos metros del Obelisco. Enrique volvía a su casa con su bandoneón en un carrito cuando un hombre se le acercó, lo amenazó con un arma y le exigió todo lo que llevaba. No solo le arrebató el instrumento, sino también sus otras partencias. “Cuando abrió la puerta de casa, estaba parado, duro, con los ojos grandes. ‘Carlos, me robaron’, me dijo”, recuerda el amigo y alumno. Al principio, pensó que se trataba de dinero, pero cuando miró y vio que no estaba el carrito, comprendió la magnitud de la pérdida.

Pese a todo, Enrique dice que se siente mejor ahora. “Me siento fuerte porque Carlos y yo somos creyentes y pensamos que por algún motivo Dios permitió esto”, dice con absoluta fe. “Sé que en algún momento mi bandoneón será devuelto porque hay gente de buena fe”, confía Enrique en la solidaridad.

El bandoneón para mí es como parte de mi familia. Hay un tango de Rubén Juárez que dice: ‘Sí parece que nació conmigo, y de purrete jugamos juntos, mi bandoneón y yo’. Así lo siento”, asegura el hombre que nació el 3 de septiembre de 1940 en Buenos Aires.

La denuncia

En el momento, el shock no le permitió a Enrique realizar la denuncia. Pero, lo llamativo es que en pleno microcentro, a 50 metros del Obelisco, no había policías. Fue luego, con ayuda de Carlos —y varias vueltas para dar con la comisaría ante la que correspondía hacer la presentación— que el robo fue denunciado, pero hasta el momento la Policía de la Ciudad no le dio ninguna respuesta.

Llamé a la policía al 911 y la persona que me atendió me derivó a las denuncias telefónicas, para tener más celeridad. Se hizo la denuncia, se dieron todos los detalles. El joven que me atendió dijo que no podía tomarla porque nuestra dirección no figuraba, así que estuvimos que esperar un tiempo hasta que por el Google Maps ubicó la zona y recayó en la comisaría de Lavalle 451, cuenta Carlos.

La denuncia inicial quedó radicada en la Comisaría 1D, pero no hubo avances. “No nos llamaron, no nos citaron, no sabemos nada”, se queja. Sin embargo, Interpol tomó la denuncia y el caso ya está en manos de la justicia. “Desde el Gobierno Nacional se comunicaron. El secretario de Cultura, Leonardo Cifelli, que también es músico se sintió tocado por la situación, por el robo a una persona de 84 años y nos recibirá la próxima semana”, dijo el amigo.

Desde 2015, cuando falleció su esposa Delmy, Enrique vive bajo el cuidado de Alberto y su familia. “Somos su apoyo desde entonces. Lo acompañamos, lo contenemos. Pero ahora tenemos que encontrar la manera de que no se sienta solo, de que pueda seguir adelante sin su bandoneón”, concluye el gran amigo y apoyo en el difícil momento. La ausencia del instrumento no es solo una pérdida material, sino la sustracción de su identidad, de la pasión que lo acompañó toda su vida. Es el recuerdo que le arrebataron del amor de su vida.

*Quienes deseen colaborar, está la cuenta de Enrique Fasuolo, Banco Nación CBU 0110095230009504084401

ultimas

Primer día del juicio por la muerte de Maradona: la foto de Diego, la violencia de Luque contra un periodista y el pedido para apartar a un abogado

El debate contra siete de los ocho profesionales de la salud acusados comenzó este martes en los Tribunales de San Isidro y sigue el jueves, con el tratamiento de la situación de Rodolfo Baqué. Los detalles de todo lo que sucedió en la jornada de apertura

Primer día del juicio por

Pidieron apartar al abogado de uno de los enfermeros acusados de la muerte de Maradona: las razones

La fiscalía, la querella y los defensores de Luque, Cosachov y Díaz cuestionaron la participación de Rodolfo Baqué en el juicio, argumentando un posible conflicto de intereses por patrocinar también a Dahiana Madrid, quien enfrentará un proceso separado. Los detalles

Pidieron apartar al abogado de

Misterio por el hallazgo del cuerpo de un hombre flotando en el Riachuelo

Bomberos de la Ciudad encontraron un cadáver en estado de descomposición bajo el Puente Alsina. La justicia investiga las causas de la muerte y busca identificar a la víctima

Misterio por el hallazgo del

Cayó un dealer en Núñez: tenía más de un kilo de cocaína de máxima pureza

El sospechoso, de 51 años, fue detenido cuando circulaba en bicicleta. La Policía de la Ciudad allanó su departamento y, además de la droga, secuestró dinero y varios DNI, entre otras cosas

Cayó un dealer en Núñez:

La violenta reacción de Leopoldo Luque con un periodista en el juicio por la muerte de Maradona: “¿Estás filmando?"

El reportero lo capturó con su celular durante un cuarto intermedio y el cirujano lo increpó y lo empujó. El médico está acusado de no haber hecho lo suficiente para que Diego no muriera. Enfrenta este primer debate junto a otros seis profesionales de la salud imputados

La violenta reacción de Leopoldo
MÁS NOTICIAS