Así trabaja una de las médicas de los bomberos porteños: “Me gusta pensar rápido y actuar cuando los tiempos corren”

María Cecilia Ruiz es subteniente de la Unidad Médica de esa fuerza desde 2022. El testimonio de su experiencia en el operativo que actuó en el derrumbe del edificio de la calle Cramer, en Belgrano

Guardar
Cecilia Ruiz, la médica de
Cecilia Ruiz, la médica de los bomberos (Prensa GCBA)

La ola de calor que azota Buenos Aires se hizo sentir de manera despiadada en los pasillos del hospital donde Cecilia Ruiz cumple guardia médica en Emergencias desde la noche anterior, cuando los aires acondicionados de varios sectores dejaron de funcionar.

Cuando atiende el llamado de Infobae, la médica de 38 años, nacida en Santiago del Estero y fanática de Boca, pide disculpa de antemano por si la llaman y tiene que salir corriendo para atender una emergencia. Hasta ese momento habían pasado más de 22 horas en esa tarea. Pese a lo que representa en el imaginario popular estar en la zona donde , muchas veces, la vida pende de un hilo, no es su actividad más arriesgada.

Desde 2022, integra la Unidad Médica de los Bomberos de la Ciudad de Buenos Aires, un grupo de profesionales de la salud que desafía el peligro para asistir a quienes arriesgan su vida combatiendo incendios, derrumbes y explosiones. Ella ya está acostumbrada al sonido de la sirena que corta alguna madrugada, por eso, en segundos, está lista con su equipo, compuesto por botiquines, medicamentos y un traje de protección, la acompaña en cada intervención. “Poder ayudar a los que trabajan en la zona de impacto es un sueño”, asegura la Subteniente de esa unidad médica.

El momento en que Cecilia asiste a una víctima del derrumbe de la calle Cramer, en Belgrano

Una vocación marcada por la emergencia

Desde hace más de una década, Cecilia hizo la emergencia su vocación. Ingresó a la Facultad de Medicina con 17 años, buscando una especialidad que la mantuviera en constante desafío. “Siempre me gustó todo lo que implica pensar rápido y actuar cuando los tiempos corren”, cuenta. Su pasión por la adrenalina y la atención crítica la llevó a trabajar en centros de salud como el Hospital Médico Policial Churruca Visca y, finalmente, a sumarse a los bomberos en 2022. “Cuando supe que se abriría este cuerpo y me propusieron ser parte, no dudé ni un segundo. No pregunté ni el sueldo, ni las condiciones... ¡Solo quise estar ahí!”, recuerda.

Desde entonces, la vida de la hija de un policía, orgulloso de su trabajo aunque a veces se asusta por lo que hace, gira en torno a la emergencia. “Arranco los jueves a la noche y salgo el viernes a las 16. Son casi 22 o 23 horas seguidas de guardia”, cuenta sobre su rutina extenuante en uno de los hospitales de la Ciudad. Pero además, los lunes cubre turno de 24 horas en la Estación Barracas del cuerpo de bomberos, y entre semana, si es necesario, coordina con sus compañeros para cubrir horarios extra. “Somos siete médicos, uno para cada día, y cuando hay imprevistos nos cubrimos entre nosotros”, explica.

En ese rol, uno de los que más la apasiona —lo deja ver cuando cuenta lo que hace— le tocó participar en innumerables operativos de alto riesgo, pero hubo uno que la marcó: el colapso de una obra en construcción en Belgrano.

El trabajador que quedó atrapado
El trabajador que quedó atrapado en el derrumbe la calle Cramer y fue asistido por Cecilia Ruiz

“En el derrumbe de la calle Cramer, un obrero quedó atrapado bajo los escombros. Uno de los rescatistas del Grupo Especial de Rescate grita que veía una mano inmóvil... Me metí por un hueco angosto, le coloqué una vía y le pasé morfina para estabilizarlo. Cuando lo sacamos, salió como si nunca hubiera tenido un techo sobre su pierna”, relata conmovida.

Movilizada y emocionada por ese recuerdo, sigue: “¡Fue impresionante! Me agarraban de los pies porque me caía. Esa adrenalina no te la quitan más”. También estuvo en el incendio de Villa Devoto, donde un bombero cayó mientras rescataba a una mujer atrapada. “Parecía estable, pero noté que tenía signos de confusión. No dudé y ordené su traslado inmediato al hospital. Si no, el desenlace pudo haber sido otro”, revive pensativa.

El trabajo en la Unidad Médica de los Bomberos de la Ciudad no es para cualquiera. Los médicos deben entrenarse, al igual que un bombero, en condiciones extremas y portar equipamiento de protección que puede pesar más de diez kilos. “Imaginate subir diez pisos con eso encima y atender a un paciente en crisis”, dice Cecilia, quien entrena cuatro días a la semana. “Me compré un chaleco con peso, de diez kilos para entrenar y estar a la altura de las circunstancias”, asegura.

Los momentos de acción de
Los momentos de acción de Cecilia Ruiz (Prensa GCBA)

También recuerda un incendio en Palermo en el que su rápida observación evitó una tragedia. “Había un hombre desesperado buscando a su madre. Cuando lo vi de cerca, noté que llevaba audífonos. Le pregunté si él era sordo o hipoacúsico, y si su mamá también lo era. Me dijo que era sorda. Salí corriendo a avisar a los jefes que allí había una mujer, que no se autoevacuó porque nunca escuchó nada... Subieron y la encontraron dentro del departamento. Nunca se había enterado del incendio”, cuenta. “La sacaron en pijama, sin haberse enterado de nada”.

La médica destaca que su papel es asistir y cuidar a sus propios compañeros, y a las personas (civiles) que están cerca de la zona del desastre. “A mis compañeros los vuelvo locos con los controles médicos. Les pregunto si tomaron agua, si hicieron su chequeo físico... Una vez le detecté un problema de cadera a un compañero que había sido mal diagnosticado desde los 22 años. Hoy, después de la cirugía, me escribió para decirme que volvió a caminar sin dolor”, relata emocionada.

Por su accionar en el
Por su accionar en el derrumbe de la calle Cramer recibió un reconocimiento del Gobierno de la Ciudad

Un equipo que crece y se fortalece

La Unidad Médica de los Bomberos de la Ciudad de la que Cecilia forma parte está integrada por siete médicos y siete bomberos, que trabajan con una ambulancia de alta complejidad. La prioridad es asistir a los efectivos en operativos de riesgo, aunque también brindan atención a civiles en peligro.

“Los bomberos son un ejemplo de vocación de servicio y dedicación. Para cuidarnos, ponen en juego lo más valioso que tienen: su vida. Es una enorme tranquilidad contar con este equipo médico, que está siempre preparado para ayudarlos cuando más lo necesitan”, destaca el Jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri.

El equipo que hoy causa admiración sigue en expansión. “Nos falta un enfermero, estamos viendo cómo sumarlo y que se integre con médico, chofer y enfermero”, detalla. Mientras tanto, Cecilia sigue formándose y buscando nuevas formas de mejorar su desempeño. “Estoy pensando en estudiar Medicina del Deporte. Quiero ayudar a mejorar el acondicionamiento físico de los bomberos, porque su estado puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte”, dice.

Preparando los elementos para asistir
Preparando los elementos para asistir a sus compañeros (Prensa GCBA)

Convencida de la importancia de su trabajo —que además la tiene como médica de vuelo sanitario donde es tripulante— la mujer destaca: “Cuando estás en medio del fuego o los escombros, todo depende de cómo actúes en ese momento. No hay margen de error”, afirma la mujer que encontró su vocación en la emergencia, desafiando el peligro cada día para salvar a otros.

“Yo me imaginaba trabajando en un consultorio, pero me aburría”, confiesa entre risas. “La emergencia me atrapó. Saber que podés hacer la diferencia en un instante es algo incomparable”. Con 38 años y una trayectoria marcada por la adrenalina, no se detiene. “Escucho una sirena y ya pienso que estoy atrás de ellos”, dice. Para ella, salvar vidas es más que un trabajo: es un propósito único y hacerlo es “un sueño cumplido”.