“¿Por qué nos importan tanto los dinosaurios?”: “Es interesante saber qué pasó antes de que nosotros existiéramos”, dice Lucía, de 12 años. “Porque eran gigantes”, responde Lorenzo, de 9. “Porque son como estrellas, siempre salen en las películas y series”, aporta Emma, de 10. “Porque nos sirve para aprender de nuestro pasado”, dice Noa, de 11.
“¿Qué tendría que tener un jugador para ser considerado un dios?”: “Mínimo tiene que haber metido 500 goles”, dice Matías, de 10 años. “Debe tener habilidad, llevarse bien con sus compañeros de equipo y tenerle respeto al rival”, piensa Pedro, de 11. “Tener botines de la suerte”, suma Eloísa, de 9.
Esas preguntas y esas respuestas, entre otras, formas parte de las secciones del último número de Cordones desatados, el periódico hecho por chicos y chicas que “juegan a ser periodistas de verdad verdadera”, dice Jéssica Fainsod, quien lleva adelante la propuesta desde hace una década. “Cada noticia en Cordones desatados termina con una pregunta. Solo si uno incorpora una pregunta se puede transformar la información en pensamiento propio”.
En la última edición del periódico, la 23, los y las periodistas decidieron hacerle un homenaje al Dibu Martínez, que usa el buzo de arquero con ese número. Entonces el dibujo de la nota de tapa, hecho por Dante, de 8 años, es la ya inolvidable imagen del Dibu en el arco, brazos y piernas cubriéndolo todo, haciéndose gigante —lo que ya es— para proteger a su equipo. El titular que acompaña, que eligieron en la redacción, es “¡Grande, Dibu!”. Dentro del periódico hay una página destinada a contar quién es el Dibu, por qué le dicen así, qué premios ganó. También una sección de “Noticias prehistóricas”, en la que se cuenta por qué se extinguieron en realidad los dinosaurios, otra de “Policiales/Maltrato animal” que habla de la matanza de pingüinos en Punta Tombo, noticias cortas, opiniones, chistes, publicidad. Y una invitación: “Vení a jugar a ser periodista con nosotros”.
El periódico de los chicos y las chicas
“Jugamos a ser periodistas de verdad verdadera. Nos reunimos alrededor de una gran mesa de redacción, con recortes de diarios, de noticias de la actualidad. En cada encuentro elegimos una noticia. Pensamos títulos, los votamos. Los chicos y chicas dibujan, escriben. Dividimos funciones al igual que en una redacción profesional. Con las preguntas y las imágenes que les generan las noticias creamos un periódico: Cordones desatados. Ahora estamos haciendo el número 24″.
Jéssica Fainsod es periodista, dramaturga, poeta. Correntina de Paso de los Libres, porteña por los vientos de la vida. Siempre le gustó jugar.
—Ya tengo edad como para jugar con la misma seriedad con la que juegan los niños. Me gusta jugar con las palabras y su musicalidad. El periodismo siempre fue una excusa para escribir —dice.
Por ese impulso a los 19 años comenzó su propia revista de rock: Stock and Roll, en la que dedicaba cada número a una banda diferente. Llegó a hacer unas 24 ediciones. Las distribuía a las salidas de los recitales. Ella escribía la revista completa, con seudónimos, pero después empezaron a sumarse escritores y periodistas. Hubo fotos de Nora Lezano, avisos publicitarios. Esa experiencia, las 20 ediciones de su propio medio, la condujo a Clarín, donde trabajó 16 años en el suplemento de rock, en espectáculos, en la revista Viva y en el cuerpo central del diario.
De ese comienzo recuerda que en el suplemento “eran todos varones” y que era “una época muy machista, más en el ambiente del rock”. Ella era la única mujer y se le asignaban las notas de color, hasta que hizo una con la que se ganó el derecho de piso: entrevistó a la mamá de Pappo, quizás la más “intocable” del rock nacional.
—Fue la única nota que le hicieron a la mamá de Pappo, Angelita. Cuando se enteró, Pappo llamó a la redacción para quejarse, para preguntar quién era yo. Después de leerla, llamó para felicitar y agradecer. Fue un gran logro de esas épocas. Después, con el tiempo, siempre seguí escribiendo.
Notas en medios nacionales e internacionales —como la prestigiosa revista colombiana Gatopardo, la chilena Surcos, las argentinas Planeta Urbano, Rolling Stones, Inrockuptibles—; un ciclo de poesías y canciones que se estrenó en el Teatro Colón y en Estados Unidos; un libro editado por Sudamericana —Se nos fue María y mi vida es un caos—, una adaptación de ese libro para una obra de teatro. Fainsod exploró y jugó con géneros y palabras.
—El tema de los niños siempre, siempre me interesó. La esencia de la infancia, esa mirada tan especial desde el asombro, desde el absurdo, desde otro sentido. Y Alejandro Ariel, un gran doctor y psicoanalista, y Claudia Najar, otra psicoanalista especializada en niños y adolescentes, tenían una fundación, la Fundación Estilos. Yo colaboraba allí con ellos y comenzamos a pensar, hace diez años, en hacer un espacio en el cual darle la voz y la palabra a los niños y las niñas, donde pudieran contar qué les pasaba con las noticias o cuáles eran las que les interesaban y los atravesaban, con sus palabras y sus imágenes.
Las redes sociales ya formaban parte del mundo y el boca en boca, que nunca pierde eficacia, fue un aliado. De ese modo se inauguró el proyecto Periodismo por chicos, “un espacio realmente único donde pueden hablar con sus pares de temas que les interesan, desde su mirada. Donde tratamos de despejar todas esas voces de adultos que no los dejan expresarse”, dice Jéssica.
Comenzaron con dos redacciones —que luego se multiplicarían—, en la Biblioteca Infantil la Nube, en el barrio de Chacarita, y en el Teatro El Excéntrico, ubicado entre Palermo y Villa Crespo. Allí se reunían una vez por semana. “Los chicos traían recortes de noticias y así nació Cordones desatados, un periódico hecho por niños y niñas que sale dos veces al año”.
Una década más tarde siguen reuniéndose una vez por semana pero las redacciones a las que los y las periodistas pueden asistir son cuatro: el Bar Roma, en el Abasto; la librería Suerte Maldita, en Palermo; la Escuela Del Sol, en Colegiales; y la redacción online a la que se suman desde diferentes puntos del país y el mundo.
Allí, a partir de las noticias escogidas por los chicos y las chicas, experimentan los roles, funciones y actividades que tienen lugar en un medio gráfico. Leen, debaten, charlan, desmenuzan títulos y discursos para encontrar los sentidos y significantes de las noticias, formulan preguntas, proponen y votan los títulos, ilustran las notas, eligen cuál va a ir a la tapa, crean secciones, organizan entrevistas con especialistas en temas que les interesan o con personalidades de la cultura. Investigan, producen, piensan, dibujan y escriben. Se expresan libremente, trabajan en equipo. Crean un medio y una identidad compartida.
Cordones desatados, el multimedio
En una década de encuentros y talleres el proyecto creció y se diversificó. Desde hace tres años sumaron adolescentes a la propuesta. “Con quienes hacemos Cordones desatados, La secuela” —dice Jéssica—. Lo que extendió las edades a quienes está dirigido el espacio: desde 7 a 17 años, ya que los y las periodistas deben saber leer para acudir.
La dinámica continúa siendo la inicial pero ahora no se vuelca únicamente en el periódico sino que exploran en diferentes plataformas y medios.
—Los chicos traen recortes de noticias, temas que les interesa contar, investigar, dibujar. Con todo eso hacemos un programa de streaming, de radio, un periódico y un canal de Youtube para el que hacemos videos. Recomiendan música, libros, películas, juegos, recetas, historietas. Hacen entrevistas a personalidades, van a la radio, aprenden a hacer guiones, a formular preguntas, a reflexionar y a leer. También elegimos música, poesía, adivinanzas, chistes, inventamos secciones que luego salen en Clásicos desatados, el programa que comenzamos a hacer en Radio Nacional Clásica, en el 2020, donde los niños, niñas y adolescentes tienen la voz y la palabra. Y lo seguimos haciendo semanalmente en Spotify y en los estudios de Éter. Ya hicimos más de 200, cada uno con una temática especial —cuenta Jéssica.
Tanto el programa de radio como el periódico ganaron premios: Premio Aire Nacional 2021 como Mejor Programa Infantil, Premio de Honor por la contribución radial y el Premio Nacional y Latinoamericano de Lij “La hormiguita viajera”, recibió Clásicos desatados; y Premio Pregonero al Periodismo Gráfico, que otorga la Fundación El Libro, Cordones, la publicación en papel.
Entre un encuentro y otro Jéssica fomenta la actividad periodística enviando noticias por Whatsapp a los adultos referentes de los talleristas, estimula la investigación y la lectura de noticias compartida para analizar en la redacción. Involucra a las familias en la propuesta, teje lazos.
—Se trata, de algún modo, de formar lectores. Nuestro lema siempre fue: “Recortar y escribir, es un modo de leer” —dice.
No trabaja sola. Está formando un equipo entre los que hay docentes, estudiantes de Psicología, profesionales relacionados con el mundo de las artes, de la escritura. Y el proyecto se expande hacia otros espacios: acuden donde los llamen. Así dieron talleres en escuelas, como en La Banderita, de Devoto, donde ayudó a armar la radio que se lanzó con hincapié en el cuidado de los baños y del cuerpo, tema que preocupaba a esa comunidad educativa y que trabajaron todo el año “desde el lado escatológico y desde la historia, la literatura, la poesía”.
También la convocaron el año pasado desde el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti —cerrado recientemente por el Gobierno de Javier Milei— para trabajar con chicos, chicas y adolescentes de diferentes escuelas la historia de El eternauta, de Héctor Germán Oesterheld, y que pudieran contarla con sus palabras, con sus dibujos.
—Titularon algunas de las escenas de esa tremenda y preciosa historieta. No se llegó a imprimir por un tema de presupuesto pero está online. En el Conicet hicimos un periódico especializado en ciencias, trabajamos en la Universidad de Quilmes, en la Fundación del Libro hicimos hace unos cinco o seis años un especial de la Feria del Libro. Estamos ahí a donde nos llaman, podemos armar un periódico o un programa de radio o streaming, que es lo nuevo. Ahora empezamos a jugar con la imagen, que es superinteresante.
El mundo desde los ojos de los niños y las niñas
Según un análisis de los temas abordados en los primeros trece números de Cordones desatados que realizó María Laura Korell, licenciada y profesora en Comunicación Social, para una tesis académica, los niños y niñas que pasan por las redacciones de este proyecto sienten inquietudes e intereses por temas sociales, ambientales y políticos.
La autora del trabajo ordena los temas que tuvieron mayor representatividad en esas ediciones. La lista está encabezada por “el cuidado del planeta, el ambiente o la ecología; las prácticas socioeconómicas y políticas que dañan el ambiente, como el incendio del Amazonas, la actitud de los políticos frente a ese desastre ambiental, el calentamiento global, los deshielos, la fumigación de los campos”. Y cuenta que en la décima edición del periódico “se crea la sección Desastres naturaficiales”.
Siguen en la lista el trato de los humanos hacia los animales (cabe aquí el maltrato animal, la extinción de los zoológicos, animales de otras eras geológicas, el uso de mascotas en la campaña presidencial 2019); el uso de la tecnología con diversos fines (la inteligencia artificial, la robotización de la sociedad, el uso de drones y otras tecnologías para la guerra); la cultura del miedo y el terror hacia los niños (los nuevos monstruos como Momo, la desprotección de los niños frente a internet); política, sociedad y economía (la falta de empleo y los despidos en el mundo del trabajo, el triunfo de Donald Trump en los Estados Unidos, la carrera nuclear entre los Estados Unidos y Corea del Norte, las personas que no tienen casa en Buenos Aires, el Ratón Pérez, el ahorro y la inflación, las noticias falsas, describe Korell.
No faltan la literatura, el cine, la cultura general, como el 151 no cumpleaños de Alicia [en el país de las maravillas], recetas de cocina, reseñas de libros, chistes y adivinanzas. “Somos especialistas en en chistes malos, está nuestra sección “Cazadores de chistes malos” que, en Clásicos desatados, en Radio Nacional Clásica, era una de las más pedidas y aclamadas”, dice Jéssica.
La directora del espacio se corre del adultocentrismo para mirar el mundo con los lentes de sus periodistas. Disfruta de verlos analizar ese mundo adulto con elementos del suyo.
—Hace varios años habían titulado “Peleas de bebés” a la pelea de Trump con el presidente chino; o cuando pasó lo de Loan, uno de los títulos tremendos que surgió fue “Lo han perdido”. Ese fue el título de la nota. El título y la imagen es algo que trabajamos mucho porque es una de las cosas más importantes en los medios, es lo primero que uno ve, así que hacemos mucho hincapié en eso y [a los chicos y las chicas] les interesa mucho contar con sus palabras, con sus dibujos, con su mirada tan especial y siempre tan sorprendente. Cuando falleció el cantante de One Direction —entre quienes se suman online hay dos chicas que viven en Inglaterra, ellas trajeron el tema— el título que le pusieron a esa noticia fue “La música terminó temprano”. Así de poético y tremendo.
En el último número de Cordones desatados, el 23, además del homenaje al Dibu y los dinosaurios, los y las periodistas inauguraron una sección policial con la noticia de la masacre de los pingüinos en Punta Tombo. “Que en el diario de los adultos está en la sección de Sociedad”, dice Jéssica.
—Ellos no entendían por qué estaba en Sociedad y la pusieron en la sección Maltrato animal/Policiales. El título es “Topadora versus pingüinos”. Y la bajada habla del terrateniente “Ricardo Adolfo La Regina que destruyó 292 nidos de pingüinos al avanzar con una topadora para poner un alambrado eléctrico en Punta Tombo, Chubut, el sur de la Argentina”. Cuando escuchaban esta noticia se tapaban los oídos porque no podían creerlo pero a la vez fue la que más les impactó. Y cuando se enteraron de que esos campos habían sido donados por el abuelo de este señor que destruyó los nidos se preguntaban por qué había hecho algo así y decían: “Desobedeció a su abuelo”. Y alguien dijo: “Yo creo que lo hizo porque estaba enojado con su abuelo que le dejó el campo a los pingüinos y no a él”. Los niños son profundos. Es otra, realmente, la mirada. Son una reserva ética y también económica del futuro.
El arte de hacer preguntas
Estimular la lectura, el pensamiento crítico y la formulación de preguntas son los ejes que forman la columna vertebral de la propuesta. Las lecturas, que comienzan en las redacciones a partir de las noticias que los y las periodistas llevan, se inician generalmente con el análisis de los títulos, copetes, fotografías, epígrafes y continúan con el cuerpo de los textos. Una de las maneras de fomentar la formulación de preguntas se relaciona con analizar las palabras utilizadas en los medios e intentar comprender aquellas que les resultan extrañas. A partir de esta actividad analítica, de cuestionar y arriesgar significados, del diálogo y el intercambio, comienzan a imprimir el sentido que tendrá la noticia en su periódico.
Además, los y las periodistas dibujan sobre el tema, quienes lo desean proponen un título y luego votan para definir cuál quedará. Una vez escogido, uno de los periodistas lo escribe de la manera que lo hayan pautado, lo dibuja, lo pinta.
“Por lo general, cuando una nota cierra, los periodistas han ampliado su conocimiento del tema, incorporado vocabulario, formulado un esquema de la información que los habilita para ser también ellos mediadores, comentar la información en otros ámbitos y relacionarla con la vida cotidiana, de manera que cada uno ha podido poner en juego esta lectura con otras previas, o relacionar esa información nueva con el capital simbólico desde el que cada uno lee y significa”, escribe Korell.
Jéssica dice que de todos los trabajos que tuvo y que tiene el que más disfruta es este, “cuando estoy jugando de verdad verdadera con ellos. Cuando nos sumergimos en cada uno de los temas y encontramos el sentido más profundo”.
Al cierre de cada nota se propone una pregunta, como por ejemplo: “¿Por qué nos importan tanto los dinosaurios?”, y los y las periodistas que lo desean responden lo que piensan.
En el número 12, cuenta Korell en su trabajo, debajo de la nota titulada “Mascotas presidenciables”, que hablaba de las mascotas de los candidatos, preguntaban qué propondrían los chicos para mejorar el país si pudieran ser candidatos. Esto respondieron: “Que el aborto sea legal, que se den los mismos meses de licencia por maternidad/paternidad, y crearía el Ministerio de la Mujer”; “Tratar de pagar la deuda. Y luego armaría casas comunes para los pobres”; “Valorizaría el peso argentino, abriría más escuelas con maestros que enseñen muy bien”; “Bajar el dólar y buscar que todos tengan trabajo”. La ilustración mostraba la vista de una gran ciudad y la pregunta: “¿Por qué los chicos no votamos?”.
—Los niños se preguntan cosas diferentes de las que los padres creemos que se preguntan. En Cordones desatados siempre decimos que las preguntas son más importantes que las respuestas. Periodismo por chicos es un modo de pensar el presente y el futuro.